Capitulo 1 🥀

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Asedio a los Tumultos Funerarios🥀

   — Necesito que huyan, por favor. No puedo perderlos a ustedes también. — Wei Ying suplicaba a su familia Wen que se mantuviera a salvo. No pudo salvar a Wen Qing, no pudo salvar a Wen Ning. Solo le quedaban ellos. Un peso en su pierna llamo la atención. Miró hacía abajo y vio a pequeño A-Yuan, con ojitos llorosos, llenos de miedo.

   — Xian-gege por favor no se vaya... — su vocecita llena de miedo y tristeza provocó que lagrimas cayeran por las mejillas del patriarca de YiLing. Se agacho a la altura de su pequeño y lo tomo en brazos atrayéndolo hacia sí para abrazarlo. El pequeño escondió su cabecita en el cuello del mayor y apretó con su manita la cinta roja que ataba el pelo de Wei Ying. Este último luchaba por no perder la conciencia ante la energía demoníaca que lo consumía poco a poco

    - Mi pequeño A-Yuan, mi niño. Prometo que nos volveremos a ver muy pronto. - lagrimas sin control caía por el rostro de Wei Ying. Odiaba mentirle a su hijo, por qué sí, A-Yuan era su hijo. Pero no podía decirle la verdad, no podía decirle que venían a por él y no precisamente para hablar. Las sectas solo venían a destruir, por codicia, por poder, por avaricia. Es lo único que sabían hacer. Lastimar. - Necesito que te quedes con tu abuelita y jueguen a las escondidas. ¿Sí? ¿Recuerdas cuando nos escondíamos en los arboles de la montaña? - el más pequeño asintió, pero siguió derramando lágrimas. - Esto será lo mismo. Necesito que te escondas y te quedes allí, no importa lo que oigas, mantén tus ojitos cerrados. ¿Me lo prometes pequeño? - Wei Ying bajo a A-Yuan al suelo y se agachó a su altura. El niño al soltarse de sus brazos se llevó consigo la cinta roja de su gege. - A-Yuan prométemelo, por favor. - rogó Wei Ying, podía sentir la mirada de los demás Wen sobre ellos, tristes pero orgullosos de su niño. No se merecía nada de todo esto. Les dio un hogar cuando creyeron haberlo perdido todo, los salvó sin pedir anda a cambio. Para ellos Wei Ying era el alma mas pura que jamás habían visto. Y si tenían que quedarse y morir a su lado lo harían. Él no los había abandonado a su suerte en el pasado, ellos no lo abandonarían a él.

   - A-Yuan promete. - el niño le tendió la manito y toco tiernamente la cara de su gege. - A-Yuan promete esperar a Xian-gege. - el mayor solo pudo derramar más lágrimas.

   - Nunca olvides que te amo mi pequeño rabanito.

   - A-Yuan también ama a A-Niang. - la sorpresa de todos los presentes no se hizo esperar. A-Yuan acababa de llamar a Wei Ying mamá. El mayor sin poder contenerse abrazó nuevamente a su hijo.

   - Recuerda hijo mío, siempre sigue tus sentimientos, nunca dejes que alguien te obligue a ser algo que no eres, nada en la vida es blanco o negro, mientras tu corazón este tranquilo nada más importa. Quizás eres muy chico para entenderlo. Pero esta es mi última enseñanza para ti mi rabanito. - lo que Wei Ying no sabía es que las palabras dichas por el mayor quedaron arraigadas en lo más profundo de su mente. - A-Niang siempre estará contigo, quizás no me veas, pero estaré aquí. - señaló el lugar donde estaba el corazoncito de su niño. - Recuerda A-Yuan, no olvides que te amo. - sin esperar mas soltó a su hijo y miró a la abuelita la cual tenía lagrimas en los ojos. -Llévatelo, por favor. No dejes que se lo lleven. - la ancianita asintió y tomo a A-Yuan en sus brazos mientras este gritaba, pidiendo por su madre. Dándose la vuelta Wei Ying miró a los demás. Miró a cada uno de ellos, las personas que fueron su familia, que lo apoyaron en su peor momento. Lagrimas caían de sus ojos grises, pero sin embargo hizo una reverencia a su familia.

    - Lo siento...y...gracias. - dijo sin más. Las palabras que Wen Qing le regaló antes de irse a la torre Koi aún dolían en lo mas profundo de su corazón.

   - No. Gracias a usted YiLing Laozu. - dijeron los remanentes Wen correspondiendo la reverencia.

   - Avisen cuando lleguen, sé que no tardarán. Los cadáveres protegerán la montaña, peor no se si podré controlarlos por mucho tiempo. - les aviso apretando los puños.

    - Lo sabemos joven, no nos iremos. Aquí llegamos todos juntos y nos iremos todos juntos. - la voz de la abuela Wen sorprendió as Wei Ying. - A-Yuan esta a salvo. - sin decir más salieron de la cueva, dejando a Wei Ying prepararse para la batalla.

Recuerdos de mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora