C2 • Películas •

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Kageyama esperaba impaciente recostado en el sillón de la sala, lanzando su balón de voleibol hacia el techo para luego volearlo de regreso.

Estaba sumamente curioso respecto al hecho de que Hinata hubiera sugerido hacer algo tan mundano como tener una noche de películas, ya que si bien era algo que ambos podían llegar a disfrutar, le parecía extraño que su revoltoso novio se decantara por planear algo tan tranquilo tan de la nada, aunque bueno, tampoco había mucho que pudieran hacer dentro del departamento.

Mientras tanto, Hinata se encuentra en la cocina preparando un tazón de palomitas, el día de su venganza finalmente había llegado.

Él no era una persona rencorosa, pero definitivamente no iba a dejar que Kageyama se saliera con la suya, no importaba lo mucho que lo amara, no iba a ceder ante aquella humillante derrota.

El recuerdo de esa vez seguía fresco en su mente, todo había sucedido algunos meses atrás.

Flashback

Hoshiumi había invitado a Kageyama y algunos otros miembros del Schweiden Adlers a una noche de películas después de un partido de práctica, y Hinata quien había estado ahí para recoger a Kageyama del entrenamiento de esa noche, terminó siendo invitado también.

Todo marchaba excelente, Hinata y los demás integrantes del equipo estaban teniendo una animada conversación mientras Hoshiumi se encargaba de elegir la película.

-¡Listo! -exclama el joven albino agitando victorioso el estuche en el aire.

-¿Chucky?

-Se parece un poco a Hinata -Comenta Ushijima con inocencia.

-¿¡A quién!? -Exclama el pelirrojo indignado, mientras a su lado Kageyama se atraganta con un sorbo de su bebida.

-¡Eso mismo pensé yo! cabello anaranjado, tamaño de bolsillo... -Añade el peliblanco.

-¡Mido 172.2 cm! -Replica enfadado Hinata.

-Solo bromeabamos -responde Korai divertido -Bueno, vamos a verla.

Un poco enfurruñado por la puñalada verbal, Hinata toma asiento junto a Kageyama en el sofá de la sala de Hoshiumi, quien después de ver a todos en sus asientos presiona el botón de play, y la película finalmente comienza.


El enojo de Hinata no duró mucho, pues conforme se iban adentrando en la trama de la película, el miedo comenzó a apoderarse de él, y aunque moría de ganas de aferrarse a Kageyama para esconder el rostro en su trabajado pecho y no tener que seguir viendo aquella tortura, su orgullo no se lo permitía en ese momento.

Lo único que lo hacía sentirse un poco seguro era apretar con fuerza la mano de Tobio, la estrujaba tan fuerte que sus nudillos ya habían adoptado un color blanco y a ese paso quizás pronto terminarían morados.

Hinata observaba el televisor atento, sin dejar de pensar lo estúpida que era la profesora de esa escena por entrar a aquel armario, si él hubiera estado en su lugar ya habría salido corriendo muy lejos de ahí para mudarse lo más pronto posible a Finlandia.

Kageyama un poco hostigado por la fuerza con la que su novio sujetaba su mano, lo miraba de reojo, nunca lo había visto tan pálido. La expresión de terror plasmada en su cara no tenía precio, fue entonces cuando la tentadora idea de gastarle una broma cruzó por su mente y como era de imaginarse, fue imposible resistirse.

•CONTIGO EN CASA• [KAGEHINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora