Capitulo 2

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Me dirijo a la ventana. Abajo hay una silla de madera. Tengo que pensar en como subir. Veo a Saul pero no me devuelve la mirada. Dejo el boleto encima del pastito y me subo a la silla, apenas llega mi mano al borde de la ventana entonces ¿como diablos voy a entrar por ahí? Vuelvo a ver a Saul pero ya no esta. Habrá decidido dejarme sola (como todas la personas en este mundo) y dejar que me las arregle sola. Bajo de la silla y me quedo parada pensando en como le haré.
Podría entrar por la misma puerta, pero los conserjes imbéciles la cierran con candado. O podría rogar y hacer que me siento mal, pero si me sintiera mal me llevarían a casa. Entonces... ¡LA PUERTA TRASERA!

Agarro mi mochila. Trato de correr pero mi trasero me duele, así que solo camino. Solo veo ventanas, y ahí esta Bones Jucht dando el resumen. ¿Donde hay una hoja? Es momento de que mi brazo sangre. Pero eso es patético, solo es un resumen. El resumen de mi escritor gordo favorito. Y valla que si esta gordo, lleva un saco de colores, una raya azul por allá, una naranja por acá y así. Tiene el pelo café gris, aunque solo se ven canas. Y lo mas importante... Esta leyendo. Pero ¿que hago? Ya se, llegar a la puerta.
Camino mas rápido hasta que llego.
Saul esta forzando la cerradura. Entonces pensé mal; no me a dejado sola. Soy una tonta. Creo que temes que te dejen sola por miedo a que algo te pase, pero no. Saul no es así.

-¿Que haces?.- Le pregunto dirijiendome hacia el.

-Forzó la cerradura.- Me dice seco.

-Ya lose, tonto.- Le pego en la espalda.- Preguntaba que porque estas forzando eso.

-Para que entres, tonta.-

-Te pueden llevar a la cárcel.-

-¿Eso que importa? Hago esto por ti. Por que te quiero.

Hay Saul, siempre dando todo por mi.
Sigue forzándola hasta que se habré.

-Corre que llegaras tarde.- Me dice abrazandome.

-Eres el mejor hermano de todos.- Le digo entrando.

En todo el cuarto esta oscuro, eso hace que ponga mi lampara. La enciendo y veo ratas caminando por el piso, ¿que mas da? Veo una puerta azul que dice Entrada a la biblioteca. Es ahí. Ahí. La abro y hay dos señores tan elegantes. Entre ellos hay una cinta roja y como 500 personas sentadas en sillas forradas con fundas color blanco y al rededor hay una cinta puesta en moño de color cremita. Veo mas allá y ahí esta el. Bones Jucth.

-Me permite su boleto, señorita.- Me dice el sofisticado señor guapo.

-Claro.- Meto las manos a mi mochila y no encuentro nada, así que decido quitármela y buscar mejor. Cuadernos, plumas, libros. Ningún boleto. ¿¡DONDE ESTÁN!? Sigo buscando.

-Si no lo trae no puede entrar, señorita.- Me los quedo viendo.

Entonces me acuerdo. Los deje en el pastito. Si regreso probablemente ya este cerrada la puerta. O tal vez alguien se a llevado el boleto.

-Espere un momento.- Les doy la espalda y corro por donde vine.

Bueno, la puerta no esta cerrada. Salgo corriendo aunque el dolor del trasero me lo impida, lo importante es buscar el boleto. Llego a la banca y los empiezo a buscar. Nada. Veo al pastito. Nada. Me tiro al suelo y empiezo a buscar mejor. Nada. Ya los perdí. Saul me va a matar. Solo me queda una opción.
Corro y vuelvo a la biblioteca. Me alejo un poco de los señores y corro. Salto y logro pasar el listón rojo. Todas las personas me ven, decepcionadas por interrumpir su excelente obra. E quedado parada entre las dos filas de asientos, derecho esta Bones viéndome. Camino lentamente hacia el hasta que quedo enfrente de su cara.

-Bones.- susurro.

-Gracy.- me susurra también.

¿Como conoce mi nombre? Así, porque le e llenado su buzón de cartas. Gracias Dios. Estoy apunto de abrazarlo. Hasta que el puto sofisticado me agarra de los brazos y me las esposa. Trato de quitarmelo de encima, pero ¿como? Estoy esposada. Mierda. Me sacan a rastras del salón. Miro el techo en todo el trayecto hasta que me pego la cadera como una mesa. Refunfuño. Sigo mirando hacia arriba y veo la luz del sol. Veo hacia los lados y justo ahí, en la esquina de la puerta hay una cámara. Saul.
E llegado al Ministerio Publico. Me meten en una pequeña jaula. Y empiezo a gritar, obviamente nadie me responde. Me rindo y llego a la silla. Volteo y el esta conmigo, sentado del otro lado, todavía no me a visto. Pienso en la cámara que vi. Lo vieron.

-Saul.- susurro.

Lo que necesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora