Estas no son las clases extra que esperaba

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   Profesor Erwin

1855 palabras

Muerdo mi lápiz con aburrimiento mientras escucho al profesor dar la clase, aún falta una más para terminar la jornada y ya me siento agotada, ha sido un día bastante largo, la universidad es estresante y realmente quiero llegar a casa a descansar. Escucho el timbre que dicta el final de clase y comienzo a guardar mis cosas para dirigirme hacia la siguiente clase.

Entro al aula en la que está mi última hora de estudio, miro la habitación y me doy cuenta de que soy la primera en llegar, veo al profesor sentado detrás de su escritorio leyendo unos papeles -¡Mierda! Lo había olvidado- digo para mis adentros cuando me doy cuenta, hoy me toca clase con el profesor Smith, el mismo profesor con el que mantengo una relación secreta.

Levanta su mirada y me da una sonrisa amable –Buenas tardes- me saluda.

-Hola- devuelvo su saludo.

La luz del atardecer que entra por la ventana hace que se vea aún más atractivo de lo que es, me dirijo a mi asiento en silencio, ya que, en cualquier momento podría entrar cualquier otra persona, el vuelve a lo suyo y yo me dedico a mirarlo (intentando no parecer que estoy loca por el)

De a poco el aula se llena y la hora da inicio a la clase.

-Buenas Tardes alumnos- Saluda Erwin con un saludo general comenzando a dictar la clase. me fijo en cada movimiento que hace, como camina enfrente de todos mientras habla, veo como mueve los brazos como si eso hiciera que le fuera más fácil dictar la clase, sus brazos... gruesos y bien formados, me agradaría estar sumergida entre ellos, que me sostengan fuertemente y me hagan sentir pequeña.

Se dirige a las ventanas cerrando las cortinas y me fijo en su espalda, todo en él es... magnifico, enciende el proyector hablando de no sé qué cosas, mi mente inconcientemente comienza a crear los escenarios más obscenos que se hubieran podido ocurrir, contra el pizarrón, en su escritorio, contra los estantes que hay en el fondo, sobre los pupitres, me quedo tanto tiempo pensando en aquello, con mi cara apoyada en mi mano que cuando me doy cuenta la clase ha terminado, Erwin prende la luz y se dirige a su escritorio mientras todos guardan sus cosas y se dedican a salir del salón.

Me quedo en mi puesto, sin moverme, un poco aturdida hasta que mi mente actúa y comienzo a guardar mis cosas, me dispongo a salir de la sala, ya no queda nadie más que Erwin, que está sentado en su escritorio leyendo un montón de papeles con sus anteojos puestos.

-No se te olvide la tarea que deje- me detengo a mitad de camino a la puerta y me volteo a verlo.

-No se me va a olvidar- le sonrío –mierda dejo tarea- pienso para mi misma.

-T/N- hace una pausa -no hay tarea- se voltea hacia mi –Te vi despistada en la clase, como desconectada ¿Qué pasa?- me hace un gesto con la mano para que me acerque a el, lo hago, solo un poco.

-Nada, simplemente tengo muchas cosas en la mente- intento sonar lo más sincera posible -¿puedo ayudar en algo?- se ofrece, tan amablemente como siempre, técnicamente si me podría ayudar, pero no se lo pediría, al menos no así, ni aquí.

-No, no realmente- otra mentira. Se para he intenta darme un abrazo, pero retrocedo unos pasos rechazando su oferta –No Erwin, no aquí- él se acerca a mí con pasos silenciosos mientras yo retrocedo, hasta que mi trasero choca contra algo.

Estoy encerrada entre Erwin y la puerta –T/N- Erwin estira su brazo colocándole seguro a la puerta –no sé de qué manera tengo que hacerte entender que no me importa, no me importa que nos vean, no me importa que todo el mundo se entere de que estamos juntos, porque verdaderamente no lo hace- se acerca hacia mi oído, trago saliva nerviosa –Se lo que piensas, te vi mirándome toda la clase, tu mirada ardía sobre mí; si no quieres que nadie se dé cuenta de que estamos juntos deberías ser más discreta con tus miradas- me susurra.

One shots / Erwin SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora