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En cuanto Camilo vio llegar a Bruno, supo que había caído directito en la trampa de Mirabel y Dolores, después de todo ellas eran las únicas que sabían lo que le pasaba.
Miró a Bruno, este le devolvió la mirada, y se vieron envueltos en un ambiente algo tenso. Camilo no sabía porque su tío estaba así de distante, tal vez era por los sucios comentarios en la mesa provenientes de Dolores; porque fuera de eso, no habían discutido o algo meramente parecido que pudiera desencadenar inquietud e incomodidad, así que no se le ocurría alguna otra razón.
Sea como sea, al parecer coincidían en una cosa: a pesar de no haber esperado que las cosas terminarán así, ninguno quería irse, ni tampoco tenían las intenciones de retirarse realmente.
— ¿Comemos pastel...? — Bruno preguntó en algo similar a un susurro, rompiendo el incómodo silencio, mientras mostraba la canasta que traía entre manos.
— Está bien... — Asintió, dirigiendo su mirada a cualquier lado donde saque de su vista al mayor, al final posandola en las bonitas orquídeas que adornan el ambiente sacándole un ligero sonrojo en sus mejillas, por tal coincidencia del significado que tiene de las flores frente a la situación en la que se encontraba ahora mismo. "Declaración de amor abierta".
Ambos se sentaron en el árbol en donde estaba Camilo antes de que el mayor llegará, a unos centímetros de distancia entre ellos. Bruno sacó un par de platos y cucharas, a la vez que sacaba el pastel, al final cortando dos pedazos para posteriormente servirlos.
—Toma... — Dijo alcanzando le un plato y un cubierto.
— Gracias...
Empezaron a comer en silencio, mientras Dolores se carcomía la cabeza desde el pueblo por eso mismo, no escuchaba que hablaran cuando la intención era esa. Quería darle tremendos chanclazos a su hermano y se los daría en cuanto llegarán si no empezaba una bendita conversaci—
— El clima está lindo, ¿no? — Camilo habló mientras alzaba la vista para encontrarse directo con los ojos de su tío el cual asintió temeroso. — No se me había ocurrido preguntarte antes pero, cuando "desapareciste" ¿Llegaste a salir más allá del Encanto? — Preguntó, él sólo veía que vivían rodeados de montañas, y en su corta vida sólo ha permanecido dentro. No quería irse, estaba claro, se sentía muy cómodo con su vida dentro del pueblo; pero aún así la curiosidad le picaba un poco.
— Pues supongo que el tiempo está más avanzado allá afuera, nunca he salido ni se me ha pasado por la cabeza hacerlo, para ser completamente honesto. — Se alzó de hombros, notablemente más tranquilo, aunque seguía nervioso. —Pero ha entrado gente de afuera, y al parecer es una civilización más avanzada, con muchas más cosas que aquí, aunque lleva varias horas de caminata.
—¿Y te gustaría salir? —Con algo de duda, preguntó.
— Sabes que a la familia le causa algo de temor pensar en que alguien salga del Encanto, después de todo, la abuela ya ha contado lo que pasó con el abuelo antes de que nos rodearan las montañas. —Masculló el mayor con algo de inseguridad, negando con la cabeza.
Y es que para ser honestos, las cosas nuevas y desconocidas, asustan al ser humano por simple instinto; y dentro del pueblo, se vivía realmente bien. No les faltaba comida que provenga de la naturaleza, puesto que tenían a Isabela que literalmente podía crear una gran abundancia de flora con total libertad, tienen a Pepa que puede ayudar a controlar los cultivos provocando lluvia y sol, así no dejando todo el trabajo a su sobrina; y tienen animales, aunque no les resulta muy necesario ya que el don de Julieta los puede poner en condiciones óptimas, además su comida es deliciosa.
Para rematar, mientras más hijos, más dones.
—Tal vez en alguna próxima generación donde los dones no puedan saciar las necesidades de los demás, se vean obligados a salir, pero por el momento todos estamos bien ¿no lo crees, Camilo?
— Puede que sea así, tal vez no tengan la suerte de tener un don como el de la tía Julieta, Isabela o Luisa. — Se encogió de hombros.
— ¿A ti te gustaría salir?
— Creo que opino lo mismo que tú, me siento cómodo con cómo son las cosas ahora. Podemos ayudar a los demás y estamos todos en familia, siendo más unidos después del colapso de la magia, además... volviste. — Apartó la mirada mientras un pequeño rubor se posaba en sus mejillas.
— Es reconfortante que aprecien tenerme de vuelta, fue muy difícil no tener a nadie durante diez años... En serio, solo estaban las ratas. Aunque no quiero que me malinterpretes, no les quito el mérito, es solo que mi don no es hablar con los animales como Antonio; y a veces hace falta hablar con alguien un poco más.. ¿humano? — Empezó a reír un poco de manera incómoda, sin duda estar ocultándose durante las paredes por una década afectó de sobremanera sus habilidades sociales, y de por sí antes de eso ya era demasiado tímido.
— Estabas muy solo... — Bajo la mirada hacia su plato ahora vacío. — Mirabel me contó que tenías un cuarto consiguiente al comedor, y tenías tu plato pintado en una mesa de madera.
— Eh.. Oh, si, eso... No pensé que te lo contaría, solo quería sentir que estaba con ustedes, ya sabes... — Dejando el plato a un lado, se apoyó de espalda contra el cuerpo del árbol soltando un suspiro. Recordar todo eso lo hace sentir mal e inquieto, todo el tiempo que quiso estar con su familia y no le era posible, llegando a pensar que toda su vida sería así en adelante, muriendo solo al fin de cuentas.
— Ahora estás con nosotros, ahora estoy contigo, y no dejaré que vuelvas a sentir que no tienes a nadie. — Inclinó su cuerpo al mayor, demasiado cerca a decir verdad, sus respiraciones estaban a punto de chocar entre ellas, cuando Bruno rodeó al menor con sus brazos, con los ojos ya vidriosos por todo el sentimentalismo.
— Gracias, sobrino...
Camilo correspondió el abrazo, acariciando el cabello de su tío y brindándole apoyo.
Pasaron el resto de la tarde entre charlas, bromas, además de seguir comiendo pastel.
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Regresaron a Casita topándose con una escena que enterneció a todos los presentes, Mariano Guzmán estaba frente a Dolores Madrigal, hincado de rodillas mostrándoles una cajita que contenía un lindo anillo dentro.
— Dolores, mi querida Dolores, ¿me harías el honor de casarte conmigo?
— ¡Si! ¡Sí quiero! — Mariano le puso el anillo. A pesar de que Dolores le dijo que no hace apenas un par de meses cuando Mariano mencionó la idea de casarse, ahora estaba más que encantada con la idea.
— ¡Felicidades mi niña! — Su madre se le acercó a abrazarla junto a su padre quien empezaba a sollozar.
Entre medio de las felicitaciones, acabo el día en casa de los Madrigal, mientras tanto, dentro de Camilo brotaba un sentimiento agridulce, bastante similar a la envidia.
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Este capítulo lo tenía desde principios de año, pero no me convencía y deje de publicar, sorry xd.
Trataré de volver a actualizar lo juro D:Como dato, termino de editar esto mientras escucho temazos de la primera temporada de fnafhs, ozi ozi.
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☼︎𝙲𝚊𝚛𝚒𝚗̃𝚘, 𝚝𝚎 𝚊𝚖𝚘☼︎ [ 𝙱𝚛𝚞𝚗𝚘 𝚡 𝙲𝚊𝚖𝚒𝚕𝚘 ]
Fanfic━━━━━━━━━━ ◦ ✧ ◦ ━━━━━━━━━━ Camilo está asustado. No tiene idea de porque cada vez que conecta miradas con su tío, su corazón empieza a latir por mil y empieza a sentir revoltijos en el estómago; no tiene idea de porque siente sus mejillas arder cu...