VIII

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No recuerdo cuando fue el último momento en el que sentí que mi vida tenía paz absoluta. Durante mi estadía en el aquelarre de Riley en ningún momento pude sentir paz dentro de mi, siempre estaba alerta por si alguien se acercaba a Bree o a mi dispuestos a hacernos daño, pero eso raramente sucedía. Pero estar aquí era diferente, todo era totalmente diferente. No había peleas cada cinco minutos, y en ningún momento alguien había pensado en aplastar mi cabeza contra el suelo.

La noche había inundado los bosques de Forks y por esa misma razón había decidido subir al techo de la casa de los Cullen para poder pensar en silencio, como normalmente lo hacía cuando estábamos en el callejón, solo que con la diferencia de que la presencia de Bree ahora no me acompañaba. Escuchaba con frecuencia como dentro de la casa se llevaban a acabo pequeñas conversaciones entorno a lo que había pasado hace algunas horas, pero trataba de ignorarlas para poder descansar la mente un poco. Hace algunos minutos había cerrado los ojos y me había dejado llevar por los increíbles sonidos del bosque que ahora podía escuchar gracias a mis sentidos desarrollados. La sensación era parecido a dormir, pero no tan relejante, mi cerebro seguía atento a cualquier movimiento cerca de mi.

Cuando los primeros rayos de luz golpearon mis párpados, abrí los ojos un poco asustada pensando que me quemaría al sol, pero de inmediato me calme al recordar que no era así, que solo había sido una mentira más de Riley para intimidarnos y mantenernos a todos juntos. La luz me cegó por unos segundos y después me acostumbre a ella. El calor que me transmitió el sol hizo que una sonrisa inconsciente saliera de mi, hace semanas que no lo sentía. Baje mi mirada al ver un resplandor en mis manos y solté una risa al ver mi piel brillar, como si fuera una bola de disco portátil, levante mis manos y las deje al sol, admirando el brillo que producían. A Bree la habría encantado verlo.

-Luces impresionada-una voz hizo que me sobresaltara y bajara de inmediato las mano, como si hubiera estado cometiendo un delito. ¿Como es que no había sentido su mente acercarse? Tal vez fue por estar distraída viendo mis manos brillantes.- Lo lamento, no quería asustare.

Me gire y mire fijamente al rubio que estaba a unos metros de mi, que al igual que yo, me miraba fijamente. Me gire de nuevo al ver en su mente que solo quería charlar.

-Solo estaba observando mis manos-me sinceré. Jasper con velocidad se sentó junto a mi- Jamás las había visto bajo el sol, es sorprendente.

-¿Nunca habías visto tu piel bajo el sol?-pregunto y yo negué un poco avergonzado.

-Riley nos mintió sobre muchas cosas-mire hacia el cielo que ahora ya estaba iluminado- Una de ellas fue que si salíamos al sol nos haríamos polvo. Supongo que era para mantenernos todos juntos y que no nos escapáramos, pero su plan no funcionó mucho que digamos.

-Entonces, ¿sólo salían por las noches?-la voz de Jasper se escuchó un poco molesta.

-Si-me encogí de hombros- pero nos acostumbrábamos rápido, salíamos de caza al caer la noche y justo cuando los primeros rayos de sol iluminaban el cielo, regresábamos a la cabaña.

-¿Todos juntos encerrados por doce horas?-pregunto Jasper como si fuera lo peor que podría sucederle en la vida- ¿no se mataban entre ustedes?

-Oh, claro que nos matábamos entre nosotros-solté una risa al recordar las típicas peleas en las que normalmente Sarah estaba implicada- Siempre había mínimo una pelea al día, pero ya estábamos acostumbrados y lo veíamos como nuestro entretenimiento.

Cuando las palabras salieron de mi boca me arrepentí de inmediato de haberlas dicho, había sonado totalmente como una loca psicopata.

-Lo siento si me escuche como una loca-dije y Jasper soltó una ligera risa.

The Fire ━━Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora