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Compartió una mirada con Max, quien al igual que ella, se quedo en su lugar como si fuera una roca.

—¡Nuevos condenados! —repitió la señora regordeta—. Y que condenados... —murmuro a sus amigas mordiéndose el labio inferior y repasando con la mirada a Max.

Ame posiblemente se reiría si la situación no fuera tan peligrosa. Las otras mujeres, a diferencia de Ame, soltaron ensordecedoras risas.

—¿Y hace cuanto los dejaron? —pregunto, coqueta, la mas alta mientras miraba a Max y pestañeaba.

Su amigo trago fuerte, tan así, que su manzana de Adán pareció explotar.

—Em... ¿hace poco?—contesto nervioso.

Las mujeres rieron como si Max hubiese dicho el chiste mas gracioso. Era en los momentos que ellas creían cómicos cuando la locura resaltaba en sus rostros.

—¡Ay! el amor joven —exclamo la que llevaba rapada la cabeza señalándolos—, recuerdo el mio. La ultima vez que lo vi intento comerse mis dedos, ¡como lo extraño!.

—¡Ya, para Molly! —la regaño con diversión la regordeta—. A la Carne Fresca les gustara ir al Salón, ¡apuesto a que les encanta la música!.

Ame y Max compartieron una mirada.

"No iremos" le dijo en su cabeza.

"No soy tan suicida. Sácanos de esta".

—Que pena que no nos guste la música —el rostro de Max cambio de neutro a serio, intentando que las mujeres capten el mensaje.

—¿En serio? —pregunto la alta—. ¡Debe ser broma!, ¡les encanta la música! —los ojos de la fémina los miraron serios y profundos a pesar de que su sonrisa bromista falsa estaba presente aun.

Toda la situación le daba escalofríos a Ame. Ellas no eran grievers, no tenían engranajes y una fuente de energía. Eran personas, o lo que quedaba de ellas, y se le partiría el alma atravesarlas con un cuchillo.

— De hecho —hablo Ame con una nueva ola de seguridad —, nos encantaría.

La regordeta sonrió de manera desquiciada, al mismo tiempo Max se giro hacia ella con los ojos abiertos como platos, posiblemente pensando que ella perdió la cabeza.

—Perfecto —dijo colocándose al lado de Ame y tomando su mano para escoltarla al salón.

Ame trago duro pero mantuvo la postura. La mujer regordeta y la alta poseían cuchillos dentro de las ligueras de sus atuendos, era lo único que relucía en ellas. El cuchillo de su bolsillo era hilo dental comparado a lo que la mujer sostenía.

"¿Ame?" le pregunto Max.

"Debemos seguirlas " pero el la interrumpió de inmediato.

"¿Que?, ¿el sol te quemo las neuronas?" sintió el grito en su cabeza "en caso de que no lo notaras están locas"

"Exactamente, no nos dejaran ir porque si. Sigueles le corriente y aprovecha algún momento para huir"

A pesar de la locura Ame se veía incapaz de herirlas o matarlas, una distracción seria lo ideal para escapar de aquel lugar. Si la enorme herida que esa mujer llevaba en la cara no le provocaba dolor costaría mucho algún golpe que si lo haga y no la mate.

—Nos encanta la música —respondió Ame, con voz firme y una sonrisa calida.

—¡Lo sabia! —exclamo la mujer —. Yo nunca me equivoco.

—Es así, Jeniffer, tu nunca te equivocas —dijo la alta colocándose al lado de Max y tomando su brazo.

—Les encantara el Salón — comento a la que llamaron Molly.

Lo peor está por venir (The Maze Runner Fanfic #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora