Lo peor está por venir (The Maze Runner Fanfic #2)

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Se sentía como si estuviera flotando en medio de la oscuridad. Sin lugar a donde ir. Simplemente estar allí, solo, con sus pensamientos torturándolo. Luego de la larga odisea que había pasado, de todos los misterios y peleas y los fugaces momentos de esperanza, de los instantes de risas...

Pensó en sus amigos, en aquellos con los que había luchado contras las adversidades del camino. Pensó en todo lo que había superado, es cada detalle que lo había llevado hasta ese punto.

Quería gritar hasta escuchar su voz, darse cuenta de si estaba vivo o ya estaba muerto.

Estaba tan cansado.

Sentía algo raro en el pecho. Un dolor indescriptible, mayor a cualquiera de los que paso.

Cansado. Herido. Exhausto.

No podía abrir sus ojos. Se sentía tan... agotado...

Dentro de el. Algo estaba mal.

Teresa ¿Porque todo tenia que terminar así?

Cansancio...

En algún lugar de los confines de su mente, estaba consciente de que su cabeza golpeaba contra el suelo. Escuchaba una voz femenina gritar con fiereza su nombre, su verdadero nombre, seguido de suplicas y llantos.

Traición.

Cansancio...

Thomas no sabia si estaba vivo o muerto, posiblemente se balanceaba entre el limbo, pero tenia la cálida sensación de estar dormido. Tenia consciencia de si mismo, pero en medio de una gran nebulosa. Se deslizo suavemente a otro de sus recuerdos.

Teresa se encontraba allí, al igual que Aris y una chica que no podía reconocer. Thomas reconoció ese recuerdo, se había proyectado en su cabeza miles de veces. El día en que partió al Laberinto.

El sueño se desvaneció rápido para caer en su propia pesadilla.

Gritos en medio de la oscuridad... Un fuego desatándose en sus piernas y un calor insoportable. No alcanzo a ver mucho de la terrorífica vista de un apocalipsis antes de que la imagen desapareciera nuevamente.

Cuando comenzó a recuperar la conciencia lo primero fue que sus sentidos se activaron. Tenia la cabeza apoyado sobre algo cómodo, cálido y duro a la vez, que estaba seguro que no era el suelo. La cabeza casi no le dolía, de echo no lo sentía. En cambio, la sensación de euforia se desplegaba por su cuerpo. Tal vez solo era la felicidad de seguir con vida.

Su cabeza comenzó a dar vueltas: la cantidad de sueños del pasado, los recuerdos, la información. Era una píldora difícil de tragar y Thomas la sentía atascada en la garganta, formandole un doloroso nudo. Sus recuerdos comenzaban a consolidarse y volverse nítidos lentamente.

Había formado parte de los planes de CRUEL. Teresa y el había sido muy amigos, íntimos amigos. Había enviado niños al Laberinto, a esas pruebas, incluso a su propia y única familia. Todo eso parecía haber sido lo correcto.

Hacer esas cosas por el bien superior.

El problema era que ya no estaba tan de acuerdo con lo que había pasado. Solo sentía rabia y vergüenza. Ya no le agradaba mucho lo que había averiguado de si mismo. No sabia bien cuando había echo ese cambio decisivo, pero algo se había quebrado en su interior.

Y ademas estaba Teresa ¿Como había podido quererla tanto?.

Comenzó a sentir pequeñas gotas rozarle la frente y la superficie donde tenia apoyada la cabeza se movía lentamente, mas bien tiritaba.