seis

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— Siéntate, ya estará la comida. — Momo sonrió mientras veía el sartén, y de repente su estómago rugió, demostrándole a su menor que quería comer de cualquiera cosa que hubiera hecho ella. — Anda, ve, amor.

La mayor comenzó a saltar hasta la mea, sentándose en el cojín y cruzo sus piernas, viendo a la encantadora Dahyun que comenzó a caminar hacia ella con dos platos. Volvió a la cocina, llevaba platos, y cada vez que la menor volvía su sonrisa se hacía más grandes, y hacia más hambre.

Cuando la menor se sentó a su lado, supo que fue el momento, y sujeto los cubiertos para comenzar a comer, pero al ver a su menor sentarse en su pierna derecha y darle el primer bocado le hizo sabes que la comida iba a mejor.

Ese era el cielo.

Sonrió mientras aceptaba la comida de manera tímida, pero gimió cuando llego el sabor a ella. Sabía que su novia cocinaba delicioso, olía bien, sabía bien, y al momento de probar ese bocado tal vez sería lo único que quería comer en la vida.

La miro.

— Sabe delicioso. — La beso, y Dahyun sonrió al recibir el halago, su sonrisa jamás se le quito del rostro, tanto que ya tenía sus mejillas sonrosadas de sonreír y de recibir tanto halago de la otra. Pero se volvió cereza cuando Momo le ofreció de la misma manera que ella, y comenzaron a comer de esa forma.

Entre bocados platicaban su día, contaban algo gracioso que les había pasado, como que Manchitas se volvió el nieto preferido del señor Kim (aunque juraba odio por la otra mami), que un perro persiguió a Momo en su moto por todo el camino a la universidad, o que a Dahyun se le salió un zapato mientras caminaba, logrando que tropezara.

— ¿Y estas bien? — Con su mano alzo el rostro de la otra, viendo su cuello, sus brazos, preocupada. — ¿No te hiciste un raspón o algo así?

— De milagro no. — Sonrió boba al ver la preocupación de su novia, y el tono carmesí ataco su rostro al verla besar su mano y después dirigirse a su muñeca, acción que la hizo subirse a su regazo. Y cuando se dieron cuenta de eso, ambas fueron mu tímidas como para reaccionar.

Momo alzo su mirada. — Hola, ¿Estas cómoda ahí arriba? — Sostuvo su cintura, que se arqueo levemente porque Dahyun no supo que hacer en ese momento, y solo, asintió, sonrojada.

— Hola, tu. — Volteo a ver a la mesa al razonar que era una pose cómoda. — Quedo un último trozo de cerdo.

— Yo lo quiero.

— ¡Pero yo también! — Dijo, y ambas comenzaron una pelea con sus palillos tratando de quitarse el trozo, sujetarlo, y llevarlo a su boca, al final la victoriosa fue Dahyun, que tomo el trozo entre manos y lo elevo a su cabeza. — Gane.

— No tanto. — y jalo su cuerpo, pero lo que logro fue que la menor se elevó más, en eso la castaña levemente se tambaleo, y termino chocando en los pechos de la otra, ambas comenzando a sonrojar.

Y la peor parte de que esto pasara por primera vez fue que ninguna reacciono en mucho tiempo, por lo que en cuanto escucharon una puerta ser abierta, un grito y después la castaña ser jalada por su camisa lejos de la otra. Su esposa ya hasta bajo torciendo sus ojos mientras le escena se volvía a repetir

— Esto es lo que pasa cuando le das privacidad a una adolescente con las hormonas alborotadas y una... chica que solo quiere aprovecharse de-

— ¿Y? — La señora Kim solo la miro aburrida, bostezando. — Por favor Danhyun, como si ni tu ni yo hubiéramos aprovechado cuando tus padres no estaban para tener diversión.

— ¡Pe-pero nosotras no tenemos ese tipo de diversión! ¡Yo-yo todavía no estoy lista para tener eso con su hija porque es todavía muy chica y mide cinco subways! — Soltó, cerrando sus ojos, y el señor la levanto a su altura, haciendo que lo vea fijamente.

— Vuelve a decirlo mientras me ves a los ojos. — Y de repente el señor Kim tenía el rostro del payaso 'Eso' bailando. Trago saliva.

— Que-que yo to-todavía no quiero tener ESO con Hyun porque todavía esta chiquita y solo quiero jurarla protegerla y esperar que usted entienda que la amo bien y que-que no quiero hacerle nada malo porque la amo y creo que es el amor de mi vida. — Dijo corrido, por lo que el señor Kim carcajeo, la bajo, y la llevo de nuevo a su hija.

— De acuerdo, pasaste la prueba.

— ¿Prueba?

— Solo que no tengas confianza, Hirai, porque me entero que mi princesa derramo una sola lagrima por ti. — El señor saco un lápiz de su bolsillo, y la miro. — Este pequeño lápiz eres tú. — Saco otros 20. — Y estos son cada parte de tu cuerpo.

Y los junto, en un movimiento los partió a la mitad, y Momo trago saliva, viéndola fijamente.

— ¿Entiendes? — La otra hizo una reverencia de noventas grados.

— E-entendido. — Y solo volvió a sentarse en el cojín, viendo los platos ya vacíos.

Mientras Dahyun solo llevaba sus manos a si rostro mientras confirmo que su novia la veía como una niña y su padre no ayudaba a nada.

¡No Soy una Niña! ‣DahMoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora