doce

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El señor Kim apretó sus manos mientras veía que su hija le estaba dando de comer a Hirai, que aceptaba todo con una sonrisa, esa sonrisa de idiota. Apretó sus dientes, pero sintió que su esposa tomo su hombro.

— ¿Qué tanto ves?

— Mi princesa no debe cocinarle ni darle de comer en la boca a nadie.

— ¿Y tú reina si?

— Porque tú eres mi esposa. — La mujer torció sus ojos mientras tomaba al hombre y lo guiaba a la cocina, mostrándole una masa. — ¿Qué quieres que haga?

— Me pica la oreja. — Momo dijo en voz baja, acercando más a Dahyun a ella, haciéndola subir a su regazo. De nuevo se sonrojo.

— Creo que alguien está hablando de ti...

— Seguro será mi profesor de ética de la secundaria. — Dice, riendo, pero Dahyun solo la ve atenta.

— Momoring, mi papa es tu profesor de ética de la secundaria — Y la mayor asintió, sabiendo que su novia capto su su broma.

Momo y el señor Kim, eran por así decirlo, una ave que tenía bajo su ala a otra. Momo era la alumna favorita de Danhyun porque aparte de que tenía excelentes calificaciones, llegaba con algunos regalos honestos y era jefa de grupo, se llevaba bien con su hija, llevándola a la cafetería a comprarse algún alimento.

Al parecer empeoro cuando su pequeña de 16 comenzó a hablar más y más de su ex alumna ejemplar, que está afuera de su casa a verla, y que unos años después, fuera su novia. Momo trago saliva mientras veía a su novia y le sonreía, acercándose a besarla.

— ¿Cómo eran las clases con mi papá?

— Oh, eran lo mejor, agarraba el libro, lo apuntaba y decía 'esto que viene aquí es una sociedad utópica, yo les enseñare lo que es la vida real", y solo usaba el libro para justificar el cronograma de la escuela.

— Por suerte no me toco tener clases con él, seria vergonzoso. — Momo quiso apoyarse en el suelo pero justo en ese momento recordó que su mano derecha estaba rota y vendada, y que su mano sana estaba en la cintura de su novia, así que tropezó, llevando que su novia cayera con ella pero a su lado, y ambas rieron.

Momo se acercó y la beso, haciendo a la menor enrojecer mientras llevaba sus manos al nuca contraria y comenzaba a dejar piquitos en sus labios, haciendo a la mayor sonreír tierna.

— Te amo mucho, Dubu. — Y volvió a acariciar de la otra mientras la volvía a besar.

Y el señor Kim vio la escena de lejos, viendo que la mano de su ex alumna estaba semi temblando y casi ni tocando la cintura de su hija, así que solo suspiro mientras seguía cortando las verduras.

Pero el líquido rojo entre ellas le hizo asustarse, y más al ver que entre ellos, estaba su dedo.

— ¡Danhyun, tu dedo!

Y apenas escucho eso, Dahyun supo que iba a ser una semana llena de idas al hospital.

¡No Soy una Niña! ‣DahMoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora