IX

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-Pero por qué dejaste que te golpeara tanto?-volvió a regañar la chica sentada frente a su prometido mientras él hacía presión en el lastimado brazo derecho con una bolsa de hielo.

-Ya te lo dije, no podía atacarla!

-No me grites, eres un tonto, solo estoy preocupada por ti, no sé por qué estás tan molesto conmigo.

-Si, bueno si estoy así es por tu culpa-susurró para sí mismo pero la chica igual lo escuchó.

-Shampoo te golpea como a una piñata y es culpa mía?!-reclamó Akane mirándolo a los ojos con furia.

-No me dijiste que querías que fuera por toda Nerima anunciando que estamos juntos!

Akane sujetó con más fuerza la venda con la que envolvía el lastimado torso de Ranma.

-Cuando dije eso? Solo te pedí que les dijeras a esas tres que nos dejarán en paz!

-Pues eso es lo que hice! Ay-chilló el pelinegro por lo apretado del vendaje en su cuerpo.

Akane dio por terminada la ayuda médica brindada y con la molestia obvia en el rostro se levantó y se dispuso a salir del Dojo.

-A donde vas ahora?-preguntó el chico, ya que ella aún no atendía la herida en su rostro.

-No quiero seguir discutiendo contigo, además tengo clases-fue la respuesta de Akane al salir.
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-Vienes conmigo a casa hoy?-Momo se sentó como siempre junto a su adorada amiga Akane Tendo.

-Es que-intentó excusarse la pelinegra-Tengo que regresar a casa temprano.

-Por qué?-preguntó en un puchero aquella chica.

Momo era, por lo general, una excelente compañera y una muy buena amiga para Akane. El único problema es que la chica era demasiado... absorbente. Akane apenas podía hablar con otras personas en clases pues ella de alguna manera acaparaba todo su tiempo y atención.

De hecho muchas personas murmuraban que eso era debido a que estaba enamorada de ella, solo que Akane nunca les puso atención y continuó su amistad con la alegre y efusiva chica.

-Es que mi prometido está un poco mal y...

-Prometido?-repitió la chica de cabello plateado ladeando la cabeza igual que un cachorro.-No sabía que estabas comprometida. Quién es él?-exigió saber poniéndose de pie.

Ella miró a su amiga un tanto confundida. Algo en el tono de su voz le sonó igual que un reclamo.

-Ya lo conoces, es Ranma-respondió incómoda.

-Ranma? No sé quién es ese. Está en la universidad?

Akane casi sonrió, pero sabiendo el matiz que tenía la conversación prefirió no hacerlo.
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Al terminar la primera clase, Momo salió apresurada sin esperar por Akane, que a decir verdad, no hizo mayor intento de alcanzarla. Ya que eran amigas no le gustaba discutir con ella, pero los sentimientos que la chica podía sentir por ella no eran correspondidos y era mejor dejarlo claro.

Durante la siguiente clase no se sentaron juntas por primera vez desde que se conocieron.

Akane suspiró pesadamente mientras recorría el pasillo que la llevaba al segundo piso de la universidad, donde tendría su última clase.

Un griterío femenino se iba escuchando en los alrededores de la cafetería llamando la atención de la chica, que sin embargo subió hasta el segundo piso antes de dar una mirada al lugar de donde provenía aquella algarabía.

-Ranma? Ay, le dije que me esperara en casa!-una vena en la frente de la menor de las Tendo empezó a aparecer. La facultad en la que estudiaba Akane era mayoritariamente de mujeres jóvenes y solteras, por lo cual ella se había esforzado en mantener lejos a Ranma de aquel lugar.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora