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Me desperté temprano, me levante y hice un rico desayuno para ambos. De cierta manera el vivir con el me agradaba, yo lo amaba así que haría que el se sintiera más feliz.

En mi mente se quedó grabada su cara, sus lágrimas y como el me pedía que no muriera.

Era algo tarde y al ver que no se despertaba, fui hasta la habitación y lo desperté cariñosamente.

-Mikey...-Dije con un tono dulce de voz.

El comenzó a acomodarse para verme.

-Buenos días.-Dijo careciendo de expresión.

Sin dudar le di un tierno abrazo, el lo correspondió y con una de sus manos comenzó a acariciar mi pelo.

Nos separamos y lo mire sonriente.

-Te hice el desayuno.-Dije animada.

El se levantó agarrando mi mano y guiándome hasta la cocina.

-Gracias.-Dijo entrelazando nuestras manos.

Mire nuestra unión ilusionada, no estaba demostrando mucho afecto, así que aquello me pareció muy lindo por su parte.

Lo mire y el también miraba el agarre.

-El desayuno..-Dije nerviosa.

El asintió y ambos nos sentamos a desayunar, era bonito estar así con el, sentía como que de vez en cuando el dejaba ver una pequeña sonrisa en su rostro.

Después de desayunar el se fue a darse una ducha y se despidió de mi para irse a trabajar.

-Volveré en la noche.-Dijo Mikey saliendo por la puerta.

Y así fue. Pero no fue como me imaginaba.

Llegó muy molesto, podía verse perfectamente en su rostro.

-Ha pasado algo en el trabajo?-Dije preocupado mirando a Mikey, este se había sentado en el sofá y se había bebido dos vasos de Whiskey.

El negó con su cabeza y dio otro trago.

Su indiferencia me hacía daño, no habían pasado ni 24 horas, decidí dejarle espacio.

Me fui a la habitación y me acosté.

Estuve dándole vueltas a todo como siempre, una noche antes me había escrito una carta diciendo que ojalá no me arrepintiera de irme con el y hoy apenas me dirige la palabra cuando llega del trabajo, seguro Sanzu tuvo algo que ver.
Mire la hora, no me di cuenta de que ya era bastante tarde, entonces el entro por la puerta.

-Sigues despierta?-Dijo Mikey.

No conteste lo mire y me gire hacia otro lado, como el había hecho conmigo.

Note como se sentó a otro lado de la cama y comenzó a acariciar mi espalda.
Lo mire confusa.

-Que ha pasado en el trabajo?-Repeti otra vez.

El me miro y agacho su cabeza.

-Me estuvieron molestando diciendo cosas de ti.-Dijo sincerándose.

Sabía que había ocurrido algo, y que de seguro tenía que ver conmigo.

-¿Que dijeron?-Pregunte curiosa.

El me miro y giro su cabeza para otro lado.

-Dijeron que tú y Rindou cuando estuviste con ellos dormíais juntos todas las noches.-Dijo triste.

Lo mire incrédula, no podía creer que se creyera tal cosa, es verdad que el día que me encontró allí si que dormimos juntos pero fue por que nos quedamos dormidos sin darnos cuenta.
Quería ver su reacción y quise probar algo.

-Solo paso una vez.-Dije mirándolo.

Me estaba jugando mucho pero quería ver algún ápice de sentimientos aún que fueran celos.

-Esta bien, el ya me explico cómo fue, el es mejor que yo para ti.-Dijo victimizándose.

-Eso no es verdad .-Dije molesta.-Si lo fuese no estaría aquí y estaría en su cama ¿no crees?-Dije directa.

El me miro y pude ver una pizca de sonrojo, se acerco a mi y beso mis labios sutilmente.

Ese beso vino de tras de otro y de otro, así hasta que estába encima de mi, rozadnos, deseando sentir el tacto del otro.

Se puso de rodillas y bajo mi pijama, yo le quité su traje poco a poco. No dudo en girarme para ponerme en cuatro para el. Introdujo su miembro en mi, empezó a dar fuertes embestidas, me daba jalones del pelo. Podía notar lo duro que estaba, pero también sentí como si fuese su saco de boxeo, el utilizaba estos momentos para hacerlo, era su manera de desfogar nunca mejor dicho.
Yo lo amaba pero eso me hacía sentir mal, yo no quería ser solo su distracción.

Acaricio mi clitoris y empezó a estimularlo, dure bastante poco en correrme y el aún no lo hacía. Seguía y seguía. Escuche gemidos y gruñidos de su parte dando a entender que ya había el llegado a el climax. Disfrute bastante pero tenia mi cabeza en otra cosa. Nos tumbamos en la cama abrazándonos.

-Mikey, necesito decirte una cosa.-Dije nerviosa mientras acariciaba su pecho desnudo con las yemas de mis dedos.

-Si es lo del embarazo lo entiendo.-Dijo el cómo si nada.

Acababa de quedarme en shock que acaso el pensaba que estaba embarazada...

¿Estaba embarazada de verdad?!!!

-No te preocupes esta bien, haremos lo que tú decidas.-Dijo intentando calmarme, eso me pareció un gesto muy bonito.

-Ni siquiera lo se si lo estoy, ademas no era sobre eso de lo que quería hablarte.-Dije sinceramente.-¿Recuerdas cuando me comentaste sobre algo que sentías y que te hacía explotar, como unos impulsos?...

-Si...-Dijo el algo inquieto.

-¿Aun los tienes?-Pregunte queriendo asegurarme que no era lo que pensaba.

-No lo sé, aún no hay nada que me haga tenerlos.-Dijo quitándole importancia.-Lo del otro día fue solo rabia, lo siento si te asuste.-Dijo disculpándose.

Le di un corto beso en los labios, y me posicione para dormir.

Esa misma mañana Takemichi me llamo diciéndome que tenía que verme.

Esa misma mañana Takemichi me llamo diciéndome que tenía que verme

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Siento mucho tardar tanto tengo mucho trabajo esta semana. El finde vendré con más capítulos. Este ha sido algo corto.

Espero que os guste gracias por votar y comentar.❤️

Viajeros.   -Manjiro Sano x Lectora-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora