Yatziri, Hija de los dioses del inframundo, se embarca en la aventura al descubrir que su media hermana semidiósa está en peligro.
Hará lo que sea para mantener a su familia segura, aunque eso signifique destruirla.
Zats, Príncipe murciélago y Semid...
┌───── ∘°❉°∘ ─────┐ La puerta divina └───── °∘❉∘° ─────┘
Teca había sido invadida por los dioses del inframundo. Chivo, el imponente dios de la magia oscura; Hueso y Cráneo, las astutas diosas de los ladrones; Vucub, el feroz dios de los animales de la selva; y Xtabay, la misteriosa diosa de las ilusiones. Estas divinidades, leales al temible Mictlan, habían descendido con el propósito de desatar el caos en el reino.
A la luz del día, la reina y el rey de Teca habían librado una lucha encarnizada, defendiendo a su pueblo con toda la fuerza que les quedaba. La reina, a pesar de su avanzado embarazo, se mantuvo firme en la batalla, dando muestras de su inquebrantable voluntad. Pero ahora, era el turno de los guerreros elegidos por la profecía. Ellos debían demostrar su valía y cumplir con el destino que les había sido trazado.
━━━¡Este es el plan! ━━━declaró Yatziri con firmeza, reuniendo a los cuatro guerreros en la mesa redonda. Su mirada era intensa, consciente de la gravedad del momento━━━. He descubierto algo en sus armas, algo que puede significar la pesadilla de los dioses. Todas están forjadas con su sangre.
━━━¿Sangre de dioses? ━━━repitió Picchu, observando con curiosidad sus hachas doradas, como si las estuviera viendo por primera vez bajo una nueva luz.
━━━¿Estás diciendo que podemos matar a los dioses con esto? ━━━preguntó Chimi, mientras admiraba su arco, sintiendo el peso de lo que sostenía entre sus manos.
━━━Ustedes, como mortales, no podrían hacerlo solos. Son demasiado insignificantes para enfrentarse a nosotros en igualdad de condiciones ━━━respondió Yatziri con una frialdad que estremeció al grupo.
━━━Auch ━━━susurraron, justo cuando el impacto de las armas de los dioses resonaba contra las murallas de Teca, haciendo temblar el suelo bajo sus pies.
━━━Pero sus armas y su alma ━━━continuó Yatziri, señalando el centro de su pecho y luego su frente━━━ son la clave. Los dioses atacarán donde más les duele. Si logran mantener la fortaleza aquí ━━━apuntó nuevamente a sus mentes y corazones━━━, solo entonces podrán vencerlos.
Maya, con la ceja fruncida y la voz llena de duda, se atrevió a preguntar:
━━━¿Y por qué no peleas con nosotros, Yatziri? ¿Qué harás mientras nosotros luchamos?
La respuesta de Yatziri llegó cargada de ira contenida, como si las palabras fueran una llama a punto de desatarse.
━━━Tú, más que nadie, conoces mis principios, Maya ━━━su tono era cortante, pero justo.
Maya asintió con un suspiro, entendiendo la postura de su hermana, lo que hizo que la tensión entre ambas disminuyera. Yatziri, suavizando un poco su actitud, accedió a involucrarse más de lo que había planeado.
━━━Defenderé a tu familia y a tu pueblo dentro del templo. Si los dioses logran cruzar esa puerta, tienes mi palabra: pelearé hasta mi último aliento por Teca.
Eso fue suficiente para la princesa Teca. Maya asintió y, con renovada determinación, alzó su arma hacia el campo de batalla. Detrás de ella, los otros tres guerreros se preparaban para enfrentarse a los dioses, dispuestos a luchar contra sus más grandes miedos.
La batalla por Teca estaba a punto de comenzar.
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