Luke
—¿Entonces Will está bien? —preguntó Noah de repente, sacando a Luke de sus cavilaciones.
—¿Will? —levantó la mirada confundido antes de lograr recordar finalmente el contexto de la pregunta— Ah, claro. Sí, ya está bien, era sólo un resfriado.
—Ya veo, menos mal —respondió el casi-rubio, e hizo el amago de volver su atención al libro, pero entonces miró a Luke de nuevo —. Te ves distraído, más de lo normal, ni siquiera has tocado tu almuerzo.
Luke removió un poco la bolsa marrón sobre su mesa y pudo captar el leve olor del emparedado que había dentro, pero el estómago tan solo se le encogió en respuesta.
—No tengo hambre —murmuró desganado—, lo comeré luego.
—Sí claro —replicó Noah—, porque normalmente no sueles decir eso sólo para callarme.
Luke rodó los ojos.
Y Noah esta vez tan solo se encogió de hombros.
Sin embargo, la verdad era que su amigo tenía razón. Luke no solo estaba distraído, estaba histérico. A su silenciosa y huraña manera de estarlo.
No sabía qué hacer.
Había pasado ya la mitad del día, y más allá de la conversación que habían mantenido en la mañana, Luke no había tenido más contacto con el chico nuevo que un par de miradas encontradas y la repentina sensación de que el contrario estaba cerca.
Y cada vez que comenzaba a tratar de convencerse a sí mismo de que eran ideas suyas y que River en realidad no tenía manera alguna de saber quién era, se encontraba con aquel par de ojos verdes mirándolo desde el otro lado del aula y la ya conocida sensación de paranoia regresaba a él.
No iba a funcionar.
Aquello era Wiltshire después de todo.
Que River fuera casi su vecino, sólo terminaba de colmar el vaso.
No iba a poder seguir evitándolo para siempre.
—¿Sabes? —dijo Noah llamando su atención— Estaba pensando en pasar las fiestas con mamá este año.
Y bueno, aquello finalmente hizo que Luke se olvidara de River por primera vez en todo el día y le hiciera algo de caso a su mejor amigo.
—¿Cómo dices?
—Mamá me invitó a pasar navidad y año nuevo con ella en Nueva York, —explicó y dejó salir un suspiro—. Lo he estado pensando por unos días y creo que voy a decirle que sí.
Luke asintió lentamente y trató de mirar a su amigo a los ojos, pero este le evitó disimuladamente.
Faltaban dos semanas para las vacaciones de invierno, y Luke sabía que la madre de Noah ya lo había invitado a pasar con ella aquellas fechas antes, pero él siempre se había negado. Llevaba varios años ya pasando la navidad en casa de los Ryder.
¿A qué venía el cambio de parecer de este año? Luke no tenía idea. Más aún con los exámenes de admisión para la universidad estando tan cerca.
Hasta donde él sabía Noah no había tenido ninguna pelea con su padre recientemente. Y por mucho que los gemelos pudieran ser pesados de vez en cuando, tampoco creía que fueran la razón. Ni siquiera Mitch.
—Bueno, supongo que es decisión tuya —respondió Luke finalmente—. Estará feliz de verte.
—Eso espero. Solo serían un par de semanas cuando mucho, pero se sentiría raro no pasar navidad con ustedes, todavía no estoy seguro de nada.
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A wolf by the river
WerewolfLuke era un hombre lobo. River era un brujo, o algo por el estilo. Y Wiltshire... era un pueblo pequeño en el que ningún extraño lograría pasar en lo absoluto desapercibido, por lo que definitivamente aquellos dos no tardarían demasiado en encontrar...