Capitulo 39

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Cada escalón parecía alejarse más y más a medida que yo colocaba el tacón sobre este. Ya sabía que en la puerta me esperaba Michalle, eso me tranquilizaba un poco, por lo menos no iba a entrar sola y enfrentarme a eso sin nadie a mi lado.

Michalle:Estas hermosa.-dijo el hombre que me observaba desde el pie de la escalera.

Levanté mi concentrada mirada de los escalones y observé a Michalle. El me sonrió y me tendió la mano. La tomé y terminé de bajar.

Camila:Gracias.-respondí al cumplido.

Michalle:No hay de que Camila.-dijo sonriente.- Estoy muy orgulloso de que tú seas la que va a casarse con Lauren.

Camila:Oh.-sonreí intentando ocultar mi nerviosismo.- Yo estoy muy feliz de casarme con Lauren.-dije. Suspiró.

Michalle:Ya, ¿vamos?-hizo un gesto extraño.

Camila:Claro.-respondí con miedo.

Terminamos de caminar por la sala para llegar a la puerta del jardín. Dos mujeres a los lados de la puerta nos sonrieron y luego miraron a Michalle para preguntar por si estábamos listos para salir. Michalle asintió y al ver esto, las pequeñas mujeres abrieron las puertas para dejarnos a la vista de todos.

El sol a penas se escondía y daba una sensación de calidez sobre el panorama. Lauren dio la vuelta para observarme y vi como sus labios se curvaban en una sonrisa. La gente se ponía de pie a la vez que la tenue música comenzaba a sonar.

Michalle:Vamos.-susurró para que ambos comenzáramos a caminar por la estrecha alfombra cubierta por pequeñas flores blancas.

Sonrisas, susurros y pequeñas risas de dos niños a nuestras espaldas, se hacían notar en el lugar. Lauren, sin quitar su sonrisa, me observó desde que entré al lugar hasta que llegué a su lado.

Lauren:Estas hermosa.-susurró a mi oido cuando su padre me dejo en sus brazos.

Camila:Gracias.-dije levemente y me aferré a su brazo. Miró al sacerdote.

Mi mirada se fijo en dos pequeños pájaros revoloteando sobre un árbol. El sacerdote, sin dejar de hablar, sonreía y con su libro en mano nos hacía orar. Lauren, nerviosa, apretó mi brazo para que prestara atención. La madre de Lauren, retó unas cuantas veces a el pequeño que detrás de nosotras jugaba con su traje negro.

Sacedorte:Lauren Michelle Jauregui Morgado, ¿acepta usted por esposa a Karla Camila Cabello? ¿Promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándola y respetándola hasta que la muerte las separe?

Lauren:Si, acepto.-dijo con una sonrisa en su rostro. Respiró profundo y me dedicó su dulce mirada. El nene se acercó con los anillos y los puso delante nuestro Lauren tomó el que me correspondía y lo colocó sobre mi dedo.

Era mi turno

Sacerdote:Karla Camila Cabello, ¿Acepta usted por esposa a Lauren Michelle Jauregui Morgado? ¿Promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándola y respetándola hasta que la muerte las separe?

Camila:Si, acepto.-dije tragando saliva con nerviosismo. Lauren se aferró más a mi brazo y coloqué el anillo sobre su dedo.

Sacerdote:Si hay alguien que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre.-dijo en una elevada voz el hombre de tunica frente a nosotras.

Todo en el lugar era silencio. Los ruidos más fuertes eran de pájaros cantar y las hojas de los árboles moverse al compás del viento. Nadie se oponía, eso era bueno, para Lauren.

Sacerdote:Por el poder que me confiere Dios, los declaro, mujer y mujer.

Por un momento el mundo se detuvo. Las agujas del reloj se quedaron estáticas sobre sus lugares. Nadie lo había impedido, estaba casada. Sola, en un mundo lleno de peligros para mí. Con una mujer que me hacía la vida imposible y que a pesar de que yo lo intentaba, no nos llevábamos bien.

Sacerdote:Pueden besarse.-concluyó.

Lauren, mi esposa, se acercó lentamente a mis labios y así nos fundimos en un tierno beso. Suaves, calidos y adictivos, la manera perfecta de describir sus labios. Gracias a Dios me sentía ya menos nerviosa.

Arroz volando sobre nosotras dos, pétalos de rosa brincando en el aire, Lauren riendo y mi corazón latiendo a mil por hora. Clara y Michalle, se habían acercado muy atentamente a saludarnos, al igual que el resto de la familia de Lauren.
La poca gente que pude reconocer, eran los padres de Lauren, Danielle, Ally, Normani, Dinah, Vero y su novia, a la cual no le recordaba el nombre, las tres chicas que me habían servido de compañía hoy y Jane, quien sonreía al ver a Lauren feliz.

Lauren:Vamos, ven aquí.-me dijo quitándome del tumulto de gente.- Quiero estar contigo.-añadió y tiró de brazo para entrar en la casa.

Estaba vacía, sin ruidos, todo lo que se escuchaba provenía de la fiesta, afuera.

Lauren:¿Estas bien?-preguntó tomándome de la cintura mientras se tiraba en el sillón.

Camila:Claro que si.-me dejé caer junto con ella.- ¿Tú?

Lauren:Muy bien.-sonrió.- ¿Has visto a Chris?

Camila:No.-respondí con sinceridad.

Lauren:¿Es en serio?¬-me preguntó enarcando una ceja.

Camila:Es en serio.-dije en tono burlón. Rió.

Lauren:Morocho, de baja estatura, ojos Marrones.-lo describió brevemente.

Camila:Oh, el nene de traje negro?.-pregunté. Asintió.- Es adorable.

Lauren:Lo se.-dijo sonriente.

Camila:Que babosa eres con tu hermano.-reí.

Lauren:¿Me das un beso?-preguntó cambiando radicalmente el tema.

Camila:No, gracias.-me puse de pie.

Lauren:Hey, quiero uno, de verdad.-dijo y se puso de pie al igual que yo.

Camila:Vamos afuera, no es correcto que las novias desaparezcan.-comencé a caminar hacía afuera.

Lauren:Tampoco es correcto que me niegues un beso y sin embargo lo estas haciendo.-se quejó mientras me seguía.

Reí ante sus palabras y seguí con mi paso hasta abrir las puertas hacia el jardin y salí.

La noche comenzaba a caer sobre el lugar y con ella llegaban las estrellas, brillantes y solitarias sobre el cielo. La brisa otoñal daba un escalofrío al recorrer nuestros descubiertos brazos y fue por eso que decidimos entrar a la carpa preparada con las mesas y la cena.

Lauren:Nosotras vamos en aquella.-me dijo tomando mi mano para dirigirme hacía nuestra larga y decorada mesa.

Camila:Hay tanta gente que no conozco.-admití al oido de Lauren

Lauren:Ya va a haber tiempo de presentártelos.-me sonrió.

Los meseros comenzaron a recorrer el enorme salón improvisado en el jardín de nuestra casa. Acomodaron cada plato al frente de cada uno de los invitados y con una amigable sonrisa se retiraron para ir a terminar su labor y luego servir el postre.

El lugar a mi lado, lo ocupó una mujer de avanzada edad y cabello grisáceo. Como me habían dicho, supe que era la abuela de Lauren. De unos ochenta y tantos años, la mujer seguía alegremente y muy feliz en la boda de su nieta.

Grace:Te ves muy joven.-sonrió.- Pero para el amor no hay edad.-dijo la mujer que incomodaba a Lauren.- ¿Eres hija única?-me interrogó.

Camila:Si.-sonreí.

Grace:Oh, yo también era hija única.-sonrió y se metió un pedazo de carne a la boca.

Lauren:No la escuches.-me dijo al oido. Reí.- Esta medio perdida, ya luego comenzara a hablar cualquier cosa.

Grace:Mi gato era marrón, pero luego se puso celeste, no tengo idea por qué.-dijo haciendo reír a la madre de Lauren. Comprendí de lo que mi esposa hablaba.

Lauren:Eso es una lastima, abuela.-le dijo.- Termina tu comida que luego debes bailar.

Grace:Oh, eso es increíble.-dijo emocionada.- ¿Bailaremos la polka?-preguntó felizmente. Chris rio.

Michalle:No seas maleducado Chris.-la regañó su padre.

Lauren:No ha sido su culpa.-lo defendió.-

Chris le dedico una mirada cómplice y esta sonrió.

Camila:Es hermoso.-le dije a Lauren. Sonrió.

Lauren:Es un diablillo.-me confesó. Reí.

Camila:Es cosa de niños.-dije.- Apuesto a que cuando eras pequeña, eras igual.

Lauren:Puede que si.-dijo.- Pero ahora soy grande y debo encargarme de que el se comporte.

Camila:No eres su madre.-comente.

Lauren:Lo se, pero es mi deber de hermana mayor.-dijo y me hizo reír.- ¿Crees que te entre el postre? De verdad fue una comida muy completa.-admitió acariciando su vientre.

Camila:No lo se, no he terminado mi comida.-dije.

Lauren:Pero si tu plato esta vacío.-me dijo extrañada.

Camila:Si, pero se lo ha comido tu abuela.

Lauren:No hablas de verdad, ¿o si?-preguntó abriendo sus ojos como luna llena.

Camila:Claro que hablo de verdad, tenía más hambre que yo y le regalé mi comida.

Lauren:Vieja loca.-dijo por lo bajo. Reí.

Luego de comer el postre, sacarse fotos con los doscientos invitados de Lauren y bailar el tradicional baile de boda. La música comenzó a sonar por todo el lugar y al ritmo de esta, todos movían sus caderas y sacudían los palos luminosos de un lado al otro.

Sentada, en la hamaca debajo del árbol, miraba el agua de la piscina moverse por la sueva brisa nocturna.

Xx:¿No se supone que debes bailar con mi hermana?-pregunto una suave voz saliendo de la música. Alcé la mirada y me encontré con un hermoso niñito.- Lauren debe estar buscándote.-me dijo.

Camila:No creo.-admití.

Chris:Hace unos minutos me pregunto por ti.-dijo su chillona voz.

Camila:Oh, ¿en serio?-pregunté moviendo mis pies al ritmo del movimiento de la hamaca.

Chris:Si, en serio. ¿Estas bien Camila?-me preguntó y saltó un poco para sentarse a mi lado.

Camila:Si Chris, gracias por preguntar.

Y por más que el niño era la persona más adorable que había pisado la tierra, no podía quererlo. El era la razón por la que Lauren me estaba utilizando y aunque no era su culpa, estaba involucrada en eso. Chris no lo sabía pero era parte de mi terrible vida.
Era un nene de poca estatura, morocha y de ojos claros. Sus rizos llegaban hasta su cuello y su sonrisa era más que encantadora. Llevaba consigo un traje negro con pequeñas flores blancas en el bolsillo de su chaqueta.

Chris:¿No me quieres?-preguntó haciendo que me sobresaltara.

Camila:¿Por qué preguntas eso?-dije extrañada. Alzó los hombros.

Chris:Ninguna de las novias de Lauren me ha querido, nunca. No veo porque tú puedas ser la excepción.

Camila:Yo si te quiero.-respondí culpable por mis pensamientos.- ¿Por qué no te han querido?

Chris:Siempre juzgaron a Lauren por quererme a veces hasta mas que a ellas y eso las hizo enojarse y dejarla.-torció la boca y miró el colgante luminoso que llevaba.- Lauren las a dejado por mi y creo que por eso no nos ha presentado antes de que se casaran, para que tú no la dejaras.

Camila:Wow, Chris, eres muy sabio para la edad que tienes.-dije sinceramente.

Chris:No la dejaras, ¿verdad?-preguntó con la mirada cristalizada.

Camila:No voy a hacer eso.

Estoy obligada a vivir con ella, de por vida.- pensé.

Chris:Gracias.-sonrió con melancolía.

Tenía unos hermosos ojos para dejarlo que derramara alguna lagrima. Lo atrajé a mi con uno de mis brazos y lo estreché en mis brazos.

Camila:No es tu culpa que esas chicas hayan sido así.-le dije. Me observó atentamente.- Ellas han sido unas tontas.-añadí y rió levemente.- Y tienes que valorar que Lauren ha sido la mejor hermana del mundo por no dejarte a ti y dejarlas a todas ellas.

Chris:Tienes razón.-me sonrió.- Lauren es la mejor.

Camila:Y no voy a dejar de quererte.-le dije. Sequé una pequeña lagrima que había caído y lo volví a observar con detenimiento.- Pero si voy a decirte una cosa…-dije, se asustó algo.- cuando vuelva de Paris, quiero conocerte mejor. Creo que podemos llevarnos muy bien.-le sonreí.

Chris:Eres lo máximo Camila.-gritó y me abrazó muy fuerte.

Lauren:¡Camila! Te busqué hasta en el baño.-dijo saliendo de la carpa.- ¿Qué hacen mis dos  personitas favoritas?-añadió y sentó al lado de Chris.

Camila:Hablábamos.-le dije a Lauren.

Lauren:¿De que hablaban?-Dijo curiosa.

La  Princesa y La Bestia (Camren) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora