Capitulo 35 parte 2

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Respiré hondo y cerré la puerta del baño. Abrí la lluvia artificial y en menos de cinco minutos ya estaba dentro, despojándome de todo rastro de suciedad o sudor. Tomé la toalla para secarme el cabello y la otra la coloque alrededor de mi cuerpo.
Abrí el armario de Lauren y busqué la ropa que había dejado preparada antes. Sabiendo que lo demás estaba en mi valija, era bueno preverse. Los pantalones blancos se ajustaron a mi cuerpo y la remera negra quedó suelta sobre mi abdomen. Me miré al espejo y tomé un cepillo para bajar mi cabellera. Así lo hice. Una vez peinada, vestida y maquillada, baje a desayunar.
Salí de la habitación de mi futura esposa y me encontré con unos hombres dentro de mi habitación. Dude un momento en preguntarles qué hacían allí pero estaba más que claro que trabajaban en las remodelaciones del cuarto.
De allí mismo había provenido el ruido causante de la interrupción de mi sueño. Negué con la cabeza y comencé a bajar las escaleras.


Sandy:¿Qué va a desayunar señorita?-preguntó con una dulce voz.

Camila:Un jugo de naranja y unas galletas.-sonreí y me senté al lado de Lauren.

Con el ceño fruncido y una sonrisa de lado, observaba el periódico junto con la taza de café en una de sus manos. Posó la taza en la mesa y me dedicó una fugaz mirada antes de dejar de leer lo que minutos atrás leía.

Lauren:Me gusta.-dijo. La miré sin comprender.- Me gusta como estas vestida.-dijo al ver que no comprendía.

Sandy colocó mi desayuno frente a mis ojos. Sonreí y ella se retiró.

Camila:Gracias.-dije tomando una galleta.

Lauren:Hace frío.-comentó sin mirarme.- ¿No crees?

Camila:Si.-dije buscando el control remoto, con la mirada.

Lauren:¿Cómo esta tu barbilla?-preguntó ahora sí, mirándome.

Camila:Bien, supongo.-respondí comiendo de mi desayuno.- Gracias por lo de anoche.-expresé sin pensarlo dos veces.

Lauren:No tienes por qué agradecerme.-dijo y sonrió.

Una vez más, me dejó sin aliento.

Camila:Debo pedirte perdón, también.-suspiré.- Me comporté como una niña.

Lauren:No comparto ese pensamiento contigo.-me dijo. Sonreí.- Y me alegra que este mejor.-añadió.

Camila:Igual, duele un poco.-admití.- Pero gracias a mi enfermera personal, no tanto.

Lauren:Es que, entiende, nunca conseguirás una mujer como yo.

Camila:Y aquí vamos de nuevo.

Lauren:Hey, es en serio.-me dijo. Reí.

Camila:No eres perfecta.

Lauren:A ver, ¿alguien lo es?

Camila:No.

Lauren:¿Entonces?-preguntó. Otra vez, no comprendí.

Camila:Lauren, odio cuando te crees gran cosa.

Lauren:Es que tengo una gran cosa.-dijo y sonrió. Negué con la cabeza.- Has pensado mal.-añadió.

Camila:Oh, claro, mi culpa.-dije irónica y reí avergonzada de que notara el rubor en mis mejillas.

Lauren:Yo hablaba de mi empresa, es una gran cosa.

Camila:Ya cállate.-dije riendo y se unió a mis risas.- ¿Qué harás hoy?-pregunté.

Lauren:Debo arreglar unos asuntos pendientes y tengo tres reuniones.-me comentó. Terminé las galletas y pronto acabé con el jugo.-No voy a almorzar aquí y puede que llegue, pasada las diez de la noche.

Camila:Oh, wow, veo que voy a aburrirme.

Lauren:No lo creo, pequeña.-me dijo.

Camila:Yo si lo creo.-dije divertida y me sonrió.

Lauren:Mamá vendrá por ti y juntas elegirán tu vestido de novia.

Camila:¿Cuántas veces te he dicho que no quiero casarme?

Lauren:Las suficientes como para que yo te diga, ya ríndete vamos a casarnos, quieras o no.-se puso de pie y besó mi frente.- Viene a las tres y media de la tarde, debes estar lista.

Camila:Lauren no…

Lauren:Lauren, nada.-me dijo y comenzó a subir las escaleras.- Ponte bella y recíbela como si de verdad la quisieras.-gritó desde el segundo piso.

Deje todo como estaba y subí a grades zancadas. No iba a dejarme con la palabra en la boca.

Camila:Lauren, no se qué vestido elegir.-admití cuando entré a la habitación.

Lauren:El que más te guste.-me dijo.- No iba a pagarte una modista para que me rechazaras el vestido que ella hiciera y tampoco iba a comprarlo yo para que me digieras que no te gusta.-hizo una pausa y me dio su billetera.- Compra el que más te guste.-repitió.

Camila:No…-hice el intento de hablar pero interrumpió.

Lauren:El que más te guste y eso significa cueste lo que cueste.

Camila:No creo que debas.

Lauren:Vamos, luego pueden pasar por algún café o algo.

Tomé la billetera en mis manos y suspiré resignada.

Lauren:Por favor, has como que me quieres, solo en frente de ella.-se acercó a mi y me tomó de la cintura.- Puedo recompensarte.

Camila:No quiero s…-puso uno de sus dedos sobre mis labios.

Lauren:Todo lo llevas para ese lado.-susurró y me besó.- Puede ser de otra manera.

Camila:Ya calla.-me alejé de ella y le dediqué una sonrisa.- Tienes que irte.

Lauren:Lo se.-se colocó perfume y luego volvió a mirarme.- No me esperes levantada.-me dijo y volvió a besarme.- Adiós.

Camila:Adiós Jauregui.

Cerró la puerta, dejándome sola, completamente sola. Aburrida y sin nadie a mi lado.
Decidí correr escaleras abajo y ayudar a las chicas de limpieza con sus deberes.

Alice:¿Qué crees que piense la señora Jauregui cuando se entere?-preguntó dándome un trapo.

Camila:No lo se, ni me interesa.-sonreí.- ¿Qué hay que hacer?

Alice:Limpiar el ático.

Camila:¿Tenemos ático?

Sandy:Claro que si.-sonrió.- Vamos, ven aquí.-tomó mi mano.

Luego de divertirme un rato con ellas, tuve que ir a darme una ducha para esperar a Clara, quien a las tres y media, justas, llegó elegantemente vestida y se plantó en el living a observar la casa, con lujo de detalle.

Pasamos la tarde de tienda en tienda. Luego zapatos, joyas, más ropa y una que otra cosa por allí. Clara era muy simpática y su risa muy contagiosa.

Clara:Creo que deberíamos volver.-dijo cuando el sol ya quería esconderse.

Camila:Si, claro.-le sonreí y juntas subimos a su auto.

Llegué a casa, completamente exhausta. No quise cenar, por lo que, opté por un manzana. Me tiré sobre el sillón y comencé a ver una película. La manzana comenzó a quedar cada vez más delgada hasta que ya no podía ser consumida. Me levanté del cómodo sillón y la tire al tacho de basura.
Volví al living y al entrar allí, vi a una rubia, de ojos celestes casi cristalinos y una ropa que se ajustaba demasiado a su cuerpo. Dos valijas a sus costados, descansaban sobre el suelo.

Camila:Perdona, ¿a quien buscas?-pregunté sin comprender, cómo había entrado en la casa.

Xx:A Lauren.-sonrió mostrando su perfecta sonrisa.
Sin saber por qué, fui invadida por una gran cantidad de celos. Celos en abundancia.

La  Princesa y La Bestia (Camren) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora