°•Capítulo-6•°

39 15 0
                                    

Grace y yo habíamos salido por la mañana a arreglar el pequeño choque del auto; lo llevaría a mi mecánico principal en el centro de la ciudad.
Anoche me había acostado sobre las nueve después de cenar yo solo, ya que Beth no apareció ni daba señales de vida.
Aquel viernes, Grace llevaba una falda alta con un tope y una chaqueta por encima de este. Yo llevaba unos jeans junto con un pulover blanco que combinaban con mis zapatos; en cada bolsillo llevaba un celular, el mío y el de mi hermana.
Pasamos por el mecánico y nos dijo que volvieramos entre dos horas aproximadamente, por tanto decidimos ir a una heladería que acostumbrabamos visitar cuando estabamos cerca.
Allí por "casualidad de la vida" encontramos a aquella chica de cabellos castaños; la misma que había golpeado mi auto. No sé que hacía allí, pero tuve que afrontarlo.
Grace, no sabía que era ella la culpable de que tecnicamente estuvieramos allí. Y yo prefería que no lo supiera, ayer la había llamado loca y conociéndo a mi hermana, podría contarselo apenas le hablara. Grace la invitó a sentarse con nosotros, y como todo pasa por algo, supo en menos de nada quién era la chica que estaba sentada con nosotros.
-¿Fuiste tú quien chocó su auto?
-Eso creo-ella se cruzó de brazos.
Era muy bonita ella, llevaba unos short negros, su tope y los zapatos eran del mismo color y su cabello castaño le caía en los hombros en una coleta.
-¡Venga ya!-Grace levantó la mano para que la chica le chocara, pero ella dudó si hacerlo. Vi en sus ojos que solo lo hizo para no desilucionar a Grace-¿Me das tú número?
Asintió y ambas intercambiaron números.
-Voy al baño, Thoni vuelvo enseguida--^Oh pequeña tramposa, haciendo una de las tuyas^ pensé
La chica se quedó incómoda enfrente mío, parecía no querer estar ahí.
-¿Entonces?-volteó rapidamente a verme cuando hablé. Sus ojos eran de un color chocolate-no dirás nada con respecto a lo de ayer.
-¿Qué esperas que te diga? ¿Quieres que compre un AUDI nuevo?-preguntó con sarcasmo.
-¿Cómo supiste su marca?
-¿Acaso importa?
-¿Puedes parar de responderme con preguntas? No me gusta.
-¿Entonces no puedo hacerlo?-aguantó una risa y resoplé-Vale, soy Emma.
-Lo sé, te oí antes, estaba aquí.
-Solo trataba de ser educada.
-Pues ser educada no es lo tuyo.
-Lo sé-dijo y me miró victoriosa-¿tú eres?
-Anthoni Brooks.
-Oh-ví como sus labios se curvaron hacía arriba-tú si que sabes ser educado.
-Tuve buena educación-levanté una ceja.
-¿Qué quieres decir?-me metí una cucharita de helado en la boca y sonreí
-No me puedo fresquiar contigo.
-Venga con el gilipollas-trató de susurrar lo más bajo posible.
-Eso si que no es de buena educación.
-¿Sabes qué señor educado?-negué-vete a la mierda, esto si que es tener educación.
Se levantó de su silla, se colgó la mochila al hombro y salió flipando.
Me gustaba el caracter de esta chica, para ser tan niña. Sonreí al pensar en el regaño que me daría Grace cuando regresara y no la viera. Pues si volvió y no se sorprendió al ver que ella no estaba.
-¿Ya se ha ido verdad?-asentí y me miró con el ceño fruncido-Sabía que no podía dejarte solo con ella, joder Thoni, era mi amiga.
-Pero si yo no he hecho nada, ni le hablé.
-Pues quién no te conosca que ponga la mano en el fuego por ti.
-Venga vamos a buscar el auto, de seguro que ya está listo.
Grace y yo nos fuimos a donde el mecánico. Ya todo estaba listo; así que dejé a Grace en casa de mis padres. Luego decidí entrenar un poco de futbol. No andaba con la ropa adecuada, pero de seguro el entrenador tenía algo para mi.
Estuve jugando bastante tiempo; practicar ese deporte era una forma de despejarme, además de decir que lo hacía muy bien.
Llegué a casa sobre las cuatro; y para mi sorpresa, Helen abrió la puerta avisándome de que tenía visitas.
Entré en el salón y estaba un hombre sentado sobre el sillón. Tardé un poco de tiempo en reconocer quien era, pero lo hice cuando se levantó y puede ver su rostro: Matt.
-Joder tío-me abrazó fuerte. Yo estaba todo sudado, pero no pareció importarle-Mira que bien que estás-me dijo mientras me apretaba los hombros.
-Hostias, pensé que no te vería durante dos años más.
-¿Pero tú que querías?¿Qué me quedara en Londres toda una vida?.
-Claro que no hermano.
Matt era mi mejor amigo desde la infancia, tenía 23 años cuando se fue a Londres por problemas de trabajo. Ahora debería tener 26 o algo así, ya que habían pasado 2 años y algo.
Siempre estuvimos en contacto y esas cosas; pero no me había dicho que vendría.
Para tener 26 años, Matt seguía en forma. Tenía un poco de barba y los brazos más holgados-en fin-ya no parecía aquel chico que despedí en el aeropuerto. Solo con dos días aquí, tendría a todas las chicas babeandol, cosa que siempre estuvo en él.
-¿Por qué no me dijiste que vendrías?
-Quería darte una sorpresa.
-Oh si, valla sorpresa que me has dado.
-Y qué. ¿Me contarás como ha ido tu vida?
-¿Te parece su me doy un baño y vamos a una de las cafeterías?
-Vale; ahora Thoni, necesito un favor tuyo.
-¿Si?
-¿Podría quedarme unos días? Ya sabes, hasta que consiga algo.
-Pues claro tío y todavía lo preguntas. Te quedarás hasta que quieras.
-Gracias hermano-me dió otro abrazo muy similar al primero, ^¿A este tío se lo olvidaba que estaba sudado?^
Ayudé a Matt con las maletas y me fui a mi habitación. Me dí una ducha y bajé.
Matt se había cambiado de ropa y andaba vestido muy parecido a mi. Nos fuimos en mi coche a una de las cafeterías más cercanas.
En el trayecto, Matt me contaba cada uno de los romances que había tenido-no había cambiado nada en ese aspecto-y yo reí cada vez que describía a las chicas.
Al llegar nos sentamos en una de las mesas pegadas a la barra, y pedimos unas hamburguesas y algunas cervezas.
-Entonces ¿cómo te ha ido a ti?-me preguntó.
-Bien supongo-me encogí de hombros-Esta cafetería pertence a mi empresa?
-¿Qué? ¿Cómo? ¿la empresa es tuya? ¿Tu padre murió?
-Oh no no, ya vas muy de prisa. Sabes que a mi padre siempre le ha gustado darme el trabajo duro-asintió-pero estoy bien allí, además tengo a Beth.
-Oh si, claro. La chica de la que me hablaste hace mucho-hice una mueca.
-No recuerdo haberte hablado de ella, pero seguro te refieres a Lucy. Ella fue un lío de una noche, hace muchisimo tiempo-pensé un poco-¿Se llamaba Lucy o Lisa? -Total-continué-Beth es mi secretaria, llevamos saliendo una año y algo aproximadamente.
-¿¡Espera qué!? Sales con tu secretaria-asentí-¿qué piensan tus padres de esto?
-Estan bien, sabes. Beth viene de una familia bien posicionada.
-Oh vale ya entiendo, y ¿qué esperas para pedirle matrimonio?
-Otra vez vas muy de prisa.
-¿Ya se lo pediste?
-O sea no, como crees, solo llevamos un año, ¿acaso no entienden?-pregunté negando.
-¿Entienden?_se quedó callado unos minutos-¿quién más está de acuerdo conmigo?
-Grace ayer me estuvo haciendo preguntas sobre el tema...
-Oh Grace, ¿cómo pude olvidarme de ella¿cómo está?
Molesto por como me había cortado, contesté:
-Bien, más pequeña que siempre.
-Uy-fingió dolor-eso fue duro de tu parte-solté una carcajada.
Sin dudas, Grace se hubiera enfadado si oyera lo que acababa de decir. Sin darnos cuenta, nos habíamos tomado unas cuantas cervezas.
De pronto los ojos de Matt se abrieron como platos.
-Joder tío, menuda rubia ha entrado.
Me di la vuelta-ya que estaba de espaldas a la puerta-y si, una chica rubia entraba en ese momento acompañada de dos chicos:rl primero, parecía ser su hermano, ya que llevaba la misma tonalidad en el pelo y tenían varios parecidos. Y el segundo...bueno, el segundo era una chica, que buscaba algo en su bolso y por tanto su cabello-castaño-le caía fremte a su rostro y no podía verla. Pero al ver su ropa, la reconocí en cuestiones de segundos: era Emma.
¿Por qué carajos la veía tan seguido? Debía alejarme de ella, solo me causaría problemas.

Atardeceres a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora