°•Capítulo-19•°

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–Papá.
–Emma–mi padre se volteó a penas escuchó mi voz. Estaba sentado frente a la tele, como si me estuviera esperando en cada momento–Tardaste mucho en despertar.
–Me dolía un poco la cabeza.
–Hija, que hablaras con tu madre me dolió mucho–me presioné la sien con los dedos, hablar de este tema sabía que me frustraría más–Pero ayer estuve hablando con Thoni.
–¿Hablaste con Thoni?–^¿Cuándo?^
–Ya estabas dormida, él es un buen muchacho, pero tiene sombras, partes que te tocarán descubrir, y si él es el que te ha mantenido esa sonrisa en el rostro estos últimos días no me negaré a que estén juntos o algo así–asentí lentamente. Mi padre siempre había sido de pensar y filosofar las cosas, que dijera esto en parte no me sorprendía–Ahora, Thoni ayer mencionó algo sobre tu madre.
–¿Te ha contado lo del cáncer, verdad?
–Si.
–Quiero que sepas papá que si le hablé fue porque muy dn el fondo lo necesitaba. Y si, quería saber que era tener una madre, pensaba que las cosas podían arreglarse, pero con esa enfermedad las cosas se hacen aún más difíciles.
–Ayer actúe como un loco Emma, no sabía nada, y quiero que sepas que...
–Papá, si me pides que no hable con ella, lo haré, te debo la vida a tí, pero...
–Emma–me cortó–entenderé si quieres hablar con ella. He actuado como un completo idiota estos últimos años escondiéndote de ella. Tu madre está enferma y de seguro que tienen tiempo para pasar juntas.
Con todo esto ya estaba llorando. Me acerqué a mi padre y lo abracé, mientras lloraba más fuerte.
–Oh Emma, lo siento tanto.
–Siento haberte mentido papá.

Thoni:
–Entonces podemos viajar, ¿es seguro?
–Thoni, Grace está bien. Solo necesita seguir tomando las vitaminas, y no comer mucho en exceso todo lo que dije anteriormente. Si quiere viajar pueden hacerlo.
–Vale–le estreché la mano mientras me levantaba–Muchas gracias.
–Gracias a ti, y cuida a esa enana.
Las noticias que me había dado el doctor eran magníficas realmente, Grace estaba mejorando y quizás no debíamos tener que pasar por otra cirugía. Llegué a casa y mi hermana estaba en el sofá con Tommy al lado mientras jugaba en su laptop.
–Thoni, ¿que te ha dicho el doctor?–preguntó Helen que había salido de la cocina.
–Grace está bien. Solo necesita de sus vitaminas.
–Ya te lo había dicho hermanito–gritó Grace desde el sofá–Emma ha llamado.
–¿Emma?
–Si–dijo Helen–ha dicho que luego, al llegar, la llamaras.
–Pasaré por ella.
–¿Puedo ir contigo?–preguntó mi hermana.
–Mejor quédate y prepara una maleta.
–¿Qué? ¿A dónde iremos?
–Solo prepara las maletas, iremos de viaje.
Salí sin antes no darle un beso en la frente a mi hermana. Hoy Emma estaría en casa, creo que no tendría clases o algo así. Así que al estar fuera de su casa, medité varias veces sobre si de verdad quería entrar, pero terminé tocando el timbre.
–Hola–dije apenas que abrió. Estaba solamente con un camisón negro y todo el cabello mojado.
–Me has cogido en mal estado, entra.
Cerré la puerta tras de mi y me senté en el sofá. Emma entró en su habitación y salió con un cepillo dando en su pelo.
–Mi hermana dijo que habías llamado.
–Si, quise saber cómo estaba.
–Fui a ver al doctor esta mañana, Grace está bien, y ya me lo ha asegurado, puedo viajar.
–¿Viajar?
–Si–le quité el cepillo de las manos e hice que se volteara para terminar de peinarla yo.
–¿A dónde irán?
–A dónde iremos pequeña, porque tú te vienes con nosotros.
Se volvió a mi con cara de felicidad, aunque no duró mucho.
–¿Estás seguro que quieres viajar conmigo?
–Segurísimo, viajar contigo y con mi hermana. ¿Hay algo mejor?
–Supongo que no–se me abalanzó arriba y me dió besos por toda la cara, hasta que terminó encima de mi con todo su pelo sobre mis hombros–¿Dónde viajaremos?
–Brasil, iremos a Brasil.
No tengo palabras para describir la cara de Emma. Tiempo atrás me había comentado que Brasil era uno de los lugares que le hubiera gustado visitar, así que fue lo primero que se me ocurrió cuando quise viajar con ambas.
–No puedo creerlo. Es...es, increíble–me abrazó y sentí el olor a su shampoo de chocolate.
–Pequeña, epa, que nos vamos a caer...–ya era tarde porque ya estabamos riendo en el piso, uno al lado del otro.
Estas pequeñas cosas son las que me gustaban de estar con Emma. En momentos como sentía que en la vida no todo era malo, que existían instantes bonitos en los que valía la pena sonreír siempre y cuando ella estuviera conmigo. No sé en que momento empezé a sentir estas cosas, no sé cuando dejé de pensar que ella aún tenía 17 años y empezé a hacer lo que realmente sentía. ¿Esto era vivir con todo?¿Esto era darlo todo en cada minuto?¿Esto era ser feliz? Pues si esto lo era, todo se lo debía a esta pequeña de cabellos castaños.
–Pequeña..–acaricié su rostro con mis dedos y la besé, la besé en un beso dónde no había más que cariño, un cariño que ella misma me había mostrado, con pequeñas frases, manías, actos. Dejé un corto beso antes de separarme; nos sentamos en el sofá y después de mucho discutir terminamos viendo nuevamente F.R.I.E.N.D.S
–Aún no logro entender esa parte.
–Cuando conozcas más a Ross lo harás–me respondió.
–Háblame de ti Emma.
–¿Qué quieres saber?–respondió sin mirarme a los ojos.
–Todo.
–No hay mucho que contar, ¿por dónde quieres que empiece?
–Por el principio.
–Pues, soy Emma Thompson, tengo 17 años, y soy estudiante del último año del instituto, pienso estudiar Marketing y algún día tener una hija, a la cuál llamaré Adisson.
–Es muy resumida tu vida pequeña.
–Te dije que no había mucho que contar.
–Algo debes esconder por ahí.
–No sé a que te refieres. Me gusta leer, estar con mis amigos, disfruto el tiempo sola, soy una persona insegura...
–¿Insegura?–pregunté un poco confuso.
–Soy una persona muy insegura de mi, no sé quererme por completo.
–Deberías hacerlo, no deberías pensar tanto.
–Ser una persona insegura te destroza la cabeza–voltee la mirada.
–Pequeña–me levantó el rostro en sus manos–cuando veas lo hermosas que eres, lo perfecta que tienes el alma, entenderás porqué decidí quedarme a tu lado.
–Quiero hacerlo, pero existen tantas personas que te apagan a diario.
–No pienses en ellas, piensa en que destruyes el mundo con cada paso que das, piensa que eres, simplemente, única. ¿Has visto esos hoyuelos que te salen al sonreír? La forma en que ayudas a Elena cada día, como lees solo para intentar entender a las personas, como bailas cuando escuchas tu canción favorita–enumeraba cada una de estas cosas con sus dedos–como a tu manera eres tan cambiante, pequeños detalles Emma. Cosas que deberías ver en tí.
–Lo intento....
–Yo te ayudaré.
–¿Qué?
–Te ayudaré a que veas lo perfecta que eres, lo mágico que tienes.
Sonrío al escuchar mis palabras. Emma nunca fue para mi alguien insegura, se veía tan espontánea, tan suelta, aunque a la verdad, ahora que lo decía, tantas cosas se ven claras.

–Gracias–me dijo casi en un susurro y yo le besé la frente.

Atardeceres a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora