°•Capìtulo-12•°

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Todo...
Eso quize responder cuando me hizo la pregunta que me había hecho tantas veces; pero no pude.
De alguna forma me gustaba la actitud de esa chica, había algo en ella que me buscaba, una chispa que no encontraba donde hacerse llama. Quería volverla a ver.
Aparqué el coche a la entrada de la casa y dejé las llaves sobre la encimera al entrar a la cocina. Eran las doce y algo, no me fijé tan bien. Revisé el móvil y entré a WhatsApp; no pude evitar mirar su foto de perfil. Estaba sentada con las piernas cruzadas y miraba a lo lejos, pero tenía una sonrisa en los labios. Una de esas sonrisas que le salen natural, como  cuando escuchas tu canción favorita, o ves las fotos de hace años. Y no pude evitarlo, sonreí al verla así. Mi móvil comenzó a sonar, era Grace.
–¿Qué pasa enana? ¿Qué haces despierta a esta hora?
–Papá y mamá discutieron.
–¿Cómo?
–No sé, papá llegó tarde y han estado horas discutiendo.
–Prepara una mochila voy para allá.
–No, solo te llamo para saber si estás bien.
–Grace yo estoy bien. Pase lo que pase no salgas de tu habitación.
–Vale. ¿Puedo pasarme el finde contigo?
–Claro enana. Mañana en la tarde voy a buscarte vale.
–Vale, te voy a dejar dormir.
–No estaba durmiendo.
–¿A no?
–No, acababa de llegar a casa.
–¿Dónde estabas?
–¿Desde cuando eres la hermana mayor?
–Ay bobo–oí como rió–entonces voy a dormir yo.
–Vale, recuerda lo que te dije.
–Sii. Un beso.
Colgué luego de que Grace me hiciera prometer que la buscaría.
Me dormí luego de una hora, no sé que me pasaba pero no podía consiliar el sueño.
  Desperté aturdido sin saber porque. Me duché, me vestí y bajé a desayunar.
Había una nota de Matt donde decía que se había ido a LIFE. ¿Qué horas eran?
–Mierda–dije al ver que eran casi las diez.
Salí con apuro y me monté en el coche. Había algo negro en el asiento derecho que llamo mi atención. Al desenvolverla me dí cuenta que era un sueter; el de Emma exactamente. Debió de quedarsele la noche anterior. Bueno, ya tenía algo para verla. Sin saber porque lo hacía, me lleve el sueter a la nariz. Tenía un olor genuino, una mezcla de olor personal con un toque de chocolate. Sacudí mi cabeza al darme cuenta de todo lo que estaba pensando. Solté el sueter en el lugar que lo encontré y me diriguí a la empresa, ya me había tardado demasiado.
#
–Las cafeterías estarán listas en apenas meses, solo faltaría encontrar un slogan–le hablé a mi padre que seguía sentado en el sillón frente a mi.
–¿Y por qué aún no lo tenemos?
–No hemos encontrado a nadie lo suficientemente capacitado–señalé lo obvio.
Mi padre asintió varias veces antes de levantarse.
–Sabrás como resolverlo–puse los ojos en blanco, siempre lo resolvía–Grace me dijo que pasarías por la casa.
–Me la llevaré a pasar el fin.
–¿Y la empresa?
–Primero que la empresa está mi hermana. Lo sabes.
Se arregló la corbata y se diriguió a la puerta.
–Ya que la mimas tanto, podrías enseñarle unos modales.
–Esa es tu tarea, papá.
–Esa niña está insoportable.
–Esa niña es tu hija–contraataqué.
–Resuelve los eslogan, Thoni.
Abrió la puerta y salió. Me pasé la mano por la cien. Beth entró en la oficina y se sentó en el mismo lugar donde se había sentado mi padre.
–¿Pasa algo?–Negué con la cabeza. No quería agobiar a Beth con los problemas de mi familia.
–¿Están los papeles que te pedí?
–Ya están todos firmados.
–Me pasaré el fin de semana con Grace. Pásate y quédate con nosotros.
–Claro. Voy a la cafetería. ¿Te traigo algo?
–Un café.
Se inclinó para darme un beso y luego irse. Al parecer hoy era mi día de visitas ya que no habían pasado ni cinco minutos y Matt entraba con cara de pocos amigos.
–¿Qué pasa tío?¿Problemas con Amy?
–¿Por qué piensas que todos mis problemas son con Amy?–me encogí de hombros–No son con Amy.
–Menos mal–me hizo una mueca a la que no pude responder porque mi móvil sonó con un mensaje, para mi sorpresa, de Emma.
*He dejado mi sueter en tu coche; y realmente lo necesito.
–Eh tío–me habló Matt–¿Acaso no me estás escuchando?
–Ejem si. ¿De que hablabas?
–He conseguido rentar una casa.
–No jodas.
–Está cerca de tu casa, no tendrás tiempo de extrañarme.
–Hostias que mañana me dices que Amy está embarazada y te me casas.
–No jodas con eso tío, que solo tiene 18 años–puso las manos sobre la mesa–ya era hora de que buscara una casa.
–Sabes que no es necesario, podías quedarte el tiempo que quisieras. Total–me encogí de hombros–pasaba la mayor parte del tiempo solo.
–Entonces no soy yo el que debería casarse.
–Ala–me levanté de la mesa–vamonos que tengo que buscar a la enana ¿vienes?
–No, me quedaré terminando unos papeles.
–Vale.
Salimos de mi oficina mientras me explicaba todo lo relacionado con la mudanza. Al fin creo que no me quedaría tan solo, la casa estaba bastante cerca. Además tenía a Beth, o eso creí.
  #
–Puedes apresurarte–le dije a Grace mientras seguía metiendo ropa en su mochila–Vas a mi casa no a New York.
–Bien que podrías ayudarme.
Me levanté de la cama y empezé a echar ropa en su mochila.
–Si vas a hacer una cagada mo hagas nada–levanté las manos y empezé a reirme–¿Qué?
–Te esperaré abajo, si no estas en cinco minutos–me diriguí a la puerta-te quedas.
–Si claro–dijo com sarcasmo mientras examinaba una blusa verde.
Bajé al salón donde mi madre hablaba-sentada sobre un sillón-tranquilamente.
–Mañana sin falta estaré allí–aseguró–hasta pronto.
Colgó y me miró muy seriamente.
–¿Por qué te llevas a Grace?
–Es mi hermana–señalé lo obvio–quiero pasar el finde con ella.
–Vale.
–¿Papá y tú han vuelto a discutir?–me miró de una forma extraña como si no entendiera la pregunta–¿Por qué ha sido esta vez?
–Tu padre y yo no hemos discutido. Tendrás que dejar de hacerle caso a todas las tonterías que dice Grace.
–Grace no me ha dicho nada.
–Ala que va–río sarcasticamente–de seguro que ha sido Tommy.
–Eso lo has dicho tú.
–¡Thony!
–¿Vas a decirme?–volví a preguntar.
–¿Beth pasará el finde contigo?–asentí al ver que evadía mi pregunta–¿Cuando la llevaras a vivir contigo?
Miré que Grace bajaba en ese preciso momento salvandome de todas las broncas.
–Hermanita, cinco minutos exactos.
–Si,  ¿nos vamos?
–Let's go.
Grace sonrió al oír la frase que siempre le decía de pequeña.
–¿No se despiden de su madre?–la enana se acercó a mi madre y le dió un beso en el cachete y yo le besé la frente, luego de eso nos fuimos mi casa.

*Tio realmente necesito mi sueter.
Reí ante el mensaje de Emma.
*¿Cómo te lo hago llegar?
*¿Dónde estás?
*Ahora mismo en mi habitación. ¿No digas que vendras?
*¿Tan ocupado estás?
*Son casi las 10 de la noche.
*Realmente lo necesito.
*¿Tan importante es?
No hubo respuesta por su parte. Estaba sentado en mi cama mientras revisaba unos papeles antes de que me sonara el móvil.
*El sueter fue un regalo de mi madre.
Ese fue el mensaje de respuesta; mensaje que me dejó extrañamente jodido y no supe porqué.
*Puedo llevarlo hasta tu casa.
*No, prefiero ir yo. Solo dame la dirección. 
  Si alguien me hubiera dicho que la chica que golpeó mi auto estaría tocando el timbre de mi casa, lo hubiera mandado a dar un paseo. Pero bueno; allí estaba yo: sentado en la mesa junto a Grace esperando a que Emma llegara a por su sueter.
–¿Aún no entiendo como su sueter terminó allí?
–Es una historia larga.
–Tengo tiempo–bufó pero en eso se escuchó el ruido de una moto y poco después el tan inesperado timbre–Yo abro.
Se levantó y fué hasta la puerta.
–Buenas buenas–la saludó Grace mientras le indicaba que pasara–sientate.
–No será necesario, será rápido.
–Lo sé, pero bueno igual podemos conversar.
–Iré a por el sueter–dije al ver que ambas continuaban con lo suyo. Emma asintió rápidamente.
Subí a mi habitación y cogí el sueter que lo había dejado antes sobre el escritorio.
Bajé las escaleras en silencio, y me detuve al escuchar la conversación de Emma con mi hermana.
–¿No pretendes que me crea eso?
–Es la verdad–le dijo Emma.
–Pues no me la creo...
–...eso ya es cosa tuya, ¿sabes si tu hermano tardará mucho?
–No debería. Thoni baja Emma está impaciente por verte–gritó Grace con todas sus fuerzas, y sonreí al escucharla.
Bajé lo que quedaba de la escalera y le tendí el sueter a Emma.
–Aqui tienes.
–Gracias–dijo mientras se levantaba.
–¿Ya te vas?–preguntó mi hermana.
–Ya es tarde Grace–dije
–Deberías llevarla entonces.
–No es necesario, he venido en moto.
A Grace se le borró la sonrisa pícara del rostro.
–Vale, supongo que nos veremos después.
Emma asintió y se fue hasta la puerta. Mi hermana me chocó la espalda.
–¿Qué quieres?–señaló a Emma–ni lo pienses–me miró asesina.
Caminé tras de Emma y le abrí la puerta.
–¿Qué haces?–preguntó confundida.
–Ya sabes que tengo una buena educación.
Sonrió y la acompañé hasta donde había dejado la moto, no muy lejos de la entrada.
Se puso el casco y se fue.
–¿Por que has demorado tanto?–preguntó mi hermana al entrar a casa.
–Saca de tu cabeza lo que sea que estes pensando.
–Vale, pero que sepas que la imaginación vuela si no aclaras las cosas.
–Piensa lo que quieras.
  #
–Despiertaaa.
Definitivamente despertar con Grace sobre mi gritando como una loca eran de las cosas que más extrañaba de pasar tiempo con mi hermana.
–Despiertaaa Thoniiii.
–Acaso no te han enseñado a hablar bajito, acabo de despertar.
–Beth, está en camino, vamos a pasear por fiiiiiii.
–¿Cómo sabes que viene?
–Me ha llamado–dijo victoriosa–vamos ponte bonito.
–Estas hablando conmigo Grace, hasta durmiendo soy bonito.
–Lo bonito no es tu aliento a las 9 de la mañana.
Reí a carcajadas ante su comentario.
–Ve a ponerte bonita tu eh–dije levantándome de la cama.
–Soy tu hermana Thoni, siempre ando bonita, y mi aliento no apesta creeme.
–Eso es porque no te has olido la boca enana.
Me dió un golpe fuerte en el hombro y se fue a su habitación. Bajé y Helen estaba terminando de poner unos platos en el lava-vajillas.
–Aquí abajo se oían los gritos, ¿te ha despertado cierto?
–Si, ya la conoces.
–Desayuna algo, tienes cara de tener hambre.
–Saldré por ahí con Beth y mi hermana, comeré algo luego.
–¿Por qué siento que tu plan de hoy no es de tu agrado?
Puse una mueca, ante Helen era un libro abierto y no había nada que no pudiera ocultar.
–No es nada, boberías mías.
–La última vez que me dijiste eso–pasó por mi lado a acomdar la mesa, la seguí con la mirada–querías traerme a vivir para acá.
–No pienso traer a nadier a la casa.
–¿Seguro?
–Totalmente.
–Sea lo que vayas hacer–se acercó a mi–hazlo con este–señaló mi pecho, en el lado derecho para ser exactos.
Y me dejó allí, con media tostada en la boca.
Beth llegó tiempo después y nos fuimos con Grace a Warner, uno de los mejores parque de atracciones de Madrid. Ellas querían montarse en la montaña rusa pero...eso de dar vueltas como que ne trae mala vibra.
Así que tuve que esperarlas abajo mientras ellas gritaban y daban miles de vueltas.
Me puse a observar a las personas a mi alrededor, y me dí cuenta de que Emma tenía razón: todo es tan diferente cuando le prestas atención a las cosas pequeñas, todo se vuelve tan predecible. Grace y Beth terminaron dando vueltas a mi alrededor de lo mareadas que estaban. Fuimos por unas nubes de algodón y a por unos refrescos. Beth insistió en tomarnos fotos de mil maneras posibles y Grace no se quedaba lejos.
Mi móvil sonó en el momento justo cuando Beth quería obligarme a comer un poco de su helado.
–Venga no contestes-me pidió.
–Es Matt, solo será un minuto–se relajó en su asiento y observó como Grace trataba de ganar un premio en uno de los juegos–¿Qué pasa?
–Mañana quiero hacer algo con Amy.
–¿Y?
–Qué no se que carajo darle, ni insta me da ideas.
–¿Qué se supones que quieres darle?
–Algo fácil pero...mm...bueno
–¿Cómo?
–¿No estabas en Warner?
–Si, estoy con...
–...se bien con quien estás.
–Si me hablas así no te ayudo una mierda.
–Vale vale, allí hay un parque acúatico cierto.
–Cierto.
–Pide una reservación a mi nombre.
–¿Qué piensas hacer?.
–Hacerla pasar uno de sus mejores días.
–Quieres reservar el parque solo para ustedes dos, ¿en serio?
–No, el parque no, el restaurante que allí hay si.
–A vale, lo haré. Debe ser por la noche, ¿no?
–Si claro, para seis.
–¿Seis?
–Si, Amy, su hermano, su novia, tu, y yo...
–...solo son cinco.
–...y Emma, casi me olvido de ella.
–¿Estarás bromeando no?
–Es su mejor amiga y tu el mío, no pueden quedarse afuera.
–Yo iré con Beth.
–A vale–lo noté un poco en desacuerdo pero no importó.
–Debo dejarte Beth y Grace se están acercando.
–Vale, recuerda la reservación.
–Que sí tío, estas hablando conmigo vale.
–Pasala bien.
–¿Qué pasa?–se me acercó Beth al colgar la llamada.
–Matt, quería que le reservara en el restaurante del parque acuático.
–¿Para que?–caminamos hacía donde estaba Grace.
–Quiere celebrarle algo a la...novia...o algo así.
–Que bien.
–Me ha dicho que fuera, vienes conmigo.
–¿Quién era su novia?
–La rubia que estaba el día de la visita a la empresa.
–¿En serio?¿Con una cría?
–No lo cuestiono.
–¿Pero es que es una locura?
–Beth, ya deja eso, ¿irás conmigo?
–Seríamos los cuatros.
–Y dos amigos.
–¿Críos también?–asentí–No, que va.
–¿No irás?
–Obvio no, no estamos para boberías. Hay cosas mas serias.
–Pero necesitamos tiempo para...
–..para nosotros solos.
–Y para relajarnos.
–Has lo que quieras, yo no iré.
–¡He ganadooo!–Grace vino corriendo hasta nosotros con un peluche en la mano.
–¿Para que quieres otro peluche?, acaso no tienes demasiados.
–Este no es para mi, es para ti, mira.
Me mostró el peluche, era un cubo de hilo con ojitos y caritas.
–e parece mucho a ti.
–Que graciosa.
–Eres un cubo de hielo, si que se parecen–dijo Beth.
–Tú también–se encogió de hombros y tomó el peluche en sus manos.
–Vamos Grace, las ruleta nos espera.
–Me siento como si solo he venido a pagar.
–Algo así hermanito.
Luego de que las chicas montaran en cada atracción que les pareció adecuada comimos pizzas en un puesto cerca a la salida. Luego nos fuimos a casa, obvio después de dejar la reservación de Matt hecha. Grace tampocó iría conmigo ya que tenía que estudiar para un examen, asi que se quedaría en la casa con Helen. Beth luego de repetirme que no iría decidió ir a ver a su madre cuando acabó la noche.
Así que en estos momentos estaba terminando de peinar mi cabello para bajar junto a Matt e ir por las chicas. Y es que si, me tocaría ir por ellas.
–¿Ya estas listo tío?–le pregunté a Matt.
–Si, podemos irnos.
Ambos llevabamos camisas blancas. Y pantalones ajustados; decidimos no ir en traje ya que sería muy formal.
–¡Pero que guapos estáis!–señaló mi hermana desde la mesa–¿a que sí Helen?
–Estáis guapísimos. Que pasen linda noche.
–Gracias–le lanzé un besos a Grace.
Salimos y nos montamos en el coche.
–¿A por las chicas?–me preguntó Matt y yo asentí poniendo las manos en el volante.
–A por las chicas.

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Hola hola...se que les prometí el capítulo ayer, pero tuve unos problemillas y aunque tarde, aquí se los dejo...espero y les guste :)
  besos miles y buen provecho <33

Atardeceres a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora