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Un hombre y una mujer jugaban en el parque con un pequeño y una pequeña, a lo lejos de la vista de un tierno rubio que observaba con dulzura esa tierna escena. Últimamente se endulzaba demasiado al ver a las familias pasear en el parque que estaba cerca de su casa, él junto a su esposo de vez en cuando iban a dar un paseo y casi siempre recibían algunos pelotazos accidentales que venían por parte de infantes, muchas veces se les acercaron para ir a buscar la pelota y disculparse para terminar jugando con ellos.


Se podría decir que eran unos amantes de los niños y a las personas de sus alrededores se les hacía extraño que no hayan planeado adoptar.

—Sunoo.. ¿Sunoo? — Lo llamó Taehyun, un compañero suyo del trabajo

Salió de su burbuja y se dio cuenta de que estaba en una cafetería, se habían citado para intercambiar algunas ideas.

—Perdón, hyung, estaba pensando

—Ya te pareces a uno de mis mocosos, siempre en su mundo e ignorándome — Se quejó el mayor

El menor soltó una pequeña risa—Ya, ¿En qué nos habíamos quedado?

—Ah, sí— Exclamó —No sé qué color va mejor en la pared y que combine con el tono de los sillones, mira, tenemos blanco tiza y blanco hueso— Señaló unos cartones con las tonalidades

—Creo que le va mejor el color hueso, hace resaltar más los marcos en la pared

—Perfecto, ya tenemos todo listo entonces— Dijo guardando los cartones y algunas fotos que tenían en la mesa de distintos lugares de una casa en su bolso

—Bien, entonces ya me voy, Sunghoon de seguro ya viene por mí

—Sun, espera, nada más quería agradecerte por cuidar de mis niños, con esto que Yeonjun está en China y yo en el trabajo, se me dificulta mucho cuidarlos


Taehyun al ser de un cargo más alto, solía estar un poco más ocupado que el menor y tener un marido que fue transferido no hacía más fácil cuidar de sus pequeños. Sunoo al ver lo 

desesperado que estaba cuando podía se ofrecía a cuidarlos

—Descuida, está bien, tus hijos son un amor

—Me tienes que enseñar a preparar el bubble tea para Kai, desde que probó el tuyo no quiere el comprado

—Claro, cuando quieras te enseño— Miró la hora en su reloj —Perdona, me tengo que ir

—Sí, descuida, adiós Sunoo

El rubio estaba demasiado cansado como para ir caminando hasta su casa o ir en transporte público así que, como Sunghoon era el que disponía de auto le pidió que lo pasara a buscar a la cafetería y el mayor no pensaba negarse a su tierno esposo.


Se despidió de su compañero nuevamente y salió del local con una carpeta de bajo de su brazo, un maletín en su mano izquierda y un vaso de café en su mano derecha. Esperó unos minutos y vio como un chico alto y con piel de un leve color canela se acercaba a él. Al instante lo 

reconoció y se fue acercando con él, hasta que se saludaron con un corto beso.

—Hola, amor ¿Quieres que te lleve esto?— Le habló el pelinegro refiriéndose al maletín que llevaba

—No, cariño, descuida — Le sonrió —¿Dejaste muy lejos el auto? Es que no quiero caminar mucho, me duelen las piernas

—No, está cerca, vamos, que en el camino te compré pollo frito— Como no podía tomarlo de la mano, lo abrazó por la espalda y se dirigieron al auto.

Padres sustitutos - SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora