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—¡Lee Riki ven para acá!— Le habló un poco alto el pelinegro mientras perseguía por todo el supermercado al pequeño niño.


Sunoo le había encargado ir a comprar algunas cosas, así que tomó una lista porque él se solía olvidar de las compras fácilmente.

Resulta que tres pequeños habían estado jugando a las escondidas y cuando había subido a su auto y lo puso en marcha, se dio cuenta que en el asiento trasero descansaba una pequeña bolita cubierta con una mantita de Winnie Poo, como si fuera una mariposa saliendo de su capullo el pequeño se dejó ver y ya era tarde para regresarlo. Así que paró el vehículo, sentó bien al niño y ajustó su cinturón de seguridad.

Cuando llegaron al supermercado, Sunghoon tomaba la pequeña mano de Riki para que no se escapara pero fue cuestión de revisar un rato la lista y el niño había salido corriendo directamente hacia el enorme local.

Entró en pánico, rápidamente le puso el seguro al auto y persiguió al pequeño escurridizo.


—Te atrapé — Alzó al niño por los aires mientras reía—¿Ya está?— Le preguntó y como respuesta obtuvo a un Riki aferrarse a su cuello—Okey, vayamos por un carrito

Agarró un carrito y empezó a conducirlo por cada sección en dónde estaban los comestibles que le pedían en la lista, tenía una pequeña sillita para bebés y después de tanta insistencia, Ki por fin se dignó a sentarse.


De a poco iba llenando el carrito con lácteos, carne, frutas y verduras, lo usual que solían comprar cuando solo eran ellos dos pero como ahora eran más, estaba agregadas varias cosas como cereales de colores y formas llamativas, ramen para Heeseung, galletas de chocolate, vainilla o surtidas y alguna que otra botana pero las escondían hasta el fin de semana que era cuando podían comerlas.

Sinceramente a Sunghoon hacer las compras no era algo que le entusiasmara mucho, se aburría en el momento en el que llegaba hasta en el momento que estaba esperando en la larga fila para pagar pero no se la había hecho tan denso ese momento porque Riki lo estuvo distrayendo con varias tarareadas con su tierna y suave voz, haciendo muecas graciosas y el mayor las imitaba haciéndolo reír.

—Me gustaría venir a hacer las compras contigo más seguido.

—Aaah — Inhaló impresionado mirando hacia un lugar desconocido mientras sus ojitos brillaban por las luces del lugar.

—¿Qué pasa, cariño?— Le preguntó acercándose

—¡Taiyaki!— Apuntó hacia el lugar desconocido y resultó ser una estantería con productos congelados —¡Quiero!


Decidió hacerle caso y se acercó para agarrar un paquete cualquiera pero a cambio de eso recibió un reproche del menor.

—¡No!— Hizo un puchero—Quiero de pez— Señaló entusiasmado un paquete con los pasteles en forma de un pez.

—Bien, tranquilo — Agarró el correcto y se ganó la sonrisa del pequeño—¿Llevamos dos?


El niño sintió que con esa pregunta le habían regalado el universo completo, cuando Heeseung podía comprarle algo, solamente podía comprar uno pequeño para compartir con sus hermanos.

—Gracias Hoon hyung— Sonrió contento—

El mayor solamente sonrió emocionado con el apodo.


Padres sustitutos - SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora