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Pasaron algunos meses, Sunghoon y Sunoo habían averiguado toda la información necesaria para llevar a cabo su proyecto, pasaron semanas con muchos papeleos, tenían que sí o sí entregar cada uno el documento nacional de identidad, certificados médicos que diagnostiquen sus estados físicos y mentales, certificados de sus actividades laborales, entre más y más documentos.

Se emocionaron tanto que desocuparon un cuarto en dónde guardaban todas sus pertenencias como cosas de trabajo, papeles, fotos en cajas y basura inservible. Fue como una gran limpieza de ese lugar.

La habitación era lo bastante amplia para una persona.
Acomodaron una cama y demás muebles que ya tenía, que le faltaba para que la habitación no se vea tan vacía, un armario era algo esencial, puesto que el niño tendría que tener un lugar en donde guardar su ropa.
Por ahora solamente tenían eso, Sunoo trató de contenerse para no terminar comprando juguetes, cajoneras o alguna otra cosa que no sea necesaria en estos momentos.

Ambos fueron al centro de acogida, en donde les habían tocado dos excelentes instructoras, la asistente social Bae Joohyun que estaba siempre junto a una psicóloga llamada Kang Seulgi. Les habían dado una pequeña guía de lo que implicaba ser padres de acogida para luego de dos días de ser evaluados, tener ya su primera clase.

Durante unas semanas asistieron a reuniones obligatorias en las que unas asistentes sociales estuvieron explicándoles de los comportamientos que pueden llegar a tener los niños al ser acogidos, explican las distintas circunstancias en las que se encontraban la gran mayoría que había ido a parar a ese centro de acogida.

Era impresionante la cantidad de infantes y adolescentes que terminaban ahí, solos y sin nadie que les de cariño, Sunoo no podía evitar sentirse mal por esos pequeños. Había muchos tipos de parejas interesadas en adoptar a los pequeños y pequeñas de ese lugar.

Esas parejas tenían lindos motivos por los cuales querían ser una familia sustituta, por querer ayudar a los niños, por querer darles una mejor educación, porque simplemente querían ser padres. La mayoría o más bien, todas la parejas sólo buscaban a niños pequeños y ellos no eran la excepción.

Ahora los dos se entraban caminando por esa inmensa institución para ver si algún niño le llamaba la atención, ya muchos de sus compañeros estaban jugando y hablando con los niños y ellos todavía nada.


—¿Por qué es tan difícil? — Se quejó el mayor

Era casi imposible encontrar a un niño solo, para cada lado que miraban los niños ya estaban con una pareja.


—Sigo pensado que este método es demasiado turbio, cariño — Habló el rubio —Pareciera que estamos comprando niños como si fueran mascotas.

—Sí tal vez — Le respondió su esposo —Tratemos de verle un lado no tan sádico, Sun.


Sunoo iba a responderle pero un gran grupo de adolescentes lo distrajo.


—Amor, mira allá — Señaló un enorme rincón en dónde que veían unos chicos ya grandes, algunos parados y otros sentados mientras charlaban.

—Pobres chicos — Susurró —Es una lástima que nadie quiera a adolescentes.

—Hoonie, ¿Y si.. vamos a allá para hablar con uno de ellos?

—Ah, no lo sé, cariño, tú y yo teníamos planeado ya buscar un niñito pequeño


Al menor le rompía el corazón tener que ser una de esas tantas personas que hacía ojos ciegos a las personas que necesitaban, odió hacerlo pero ya con toda la charla y los planes que tenían, en ninguno involucraba a un chico ya mayor.

Padres sustitutos - SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora