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Existen varias formas de olvidar, pero por ahí recordé lo que leí una vez en mi niñez, recuerdo que un autor mencionaba que de vez en cuando hay que caminar hacia atrás para recordar, si se camina hacia adelante entonces se podría hablar sobre el olvido, no es que me lo tome literalmente eso de caminar hacia a atrás, más bien es una metáfora.

— ya empezó otra vez a decir sus cosas — exclamó Ana desde su pupitre.

-déjalo, si el es feliz hablando de eso yo soy feliz escuchando - respondió Alison mientras apoyaba su quijada sobre su mano derecha.

-estas segura que no te incomodo - preguntó Dylan.

-para nada, me encanta escucharte hablar, sino fuera así no te hubiera hecho caso tontito - respondió ella mientras le acariciaba el cabello.

Dylan, toda su vida había estado solo y con solo un amigo, era hijo único, apenas tenía 14 años y era la primera vez que experimentaba el amor, ni el mismo se la creía, a veces reía como idiota cuando pensaba en Alison, se habían hecho novios a través de las redes sociales en vacaciones del año anterior, pues Dylan era tímido y no se atrevió a hacerlo en persona, hasta la fecha era la primera vez que se veían en persona.

Por su parte Alison era la niña de papá y mamá, el prototipo de una hija perfecta, más sin embargo siempre le gustaba divertirse y de vez en cuando escaparse con sus amigas e ir de compras a las pacas, conoció a Dylan desde primero básico y siempre le llamaba la atención a pesar de que este no hacía nada por llamar la atención, siempre le pareció un chico interesante.

Ana por otro lado era la mejor amiga de Alison y quien siempre la protegía, para ella todos los hombres eran iguales a pesar de solo tener 15 años creía saberlo todo sobre el amor y siempre andaba a la defensiva, por algún razón toleraba un poco a Dylan, le parecía raro pero no una mala persona, aún así le advirtió que si llegaba a lastimar a su amiga le iba a ir de la peor forma posible.

-Ahora que no vino Carlos espero que pases más tiempo conmigo - dijo Alison

-ni en sueños te lo daré - grito Carlos mientras entraba al salón de clases montando una patineta- Dylan es mi mejor amigo y hasta no estar seguro que lo harás feliz por el resto de su vida no te lo entregaré por completo.

-¡Ahhh! ¿Acaso eres su novio? ¿Dylan, eres bisexual? - Preguntó Ana.

¡Noooo! Para nada, este tonto siempre grita cosas que no son, ya Carlos me dejas en ridículo frente a todos.

-Protejo tu realidad, animal.

-Esa es una frase del Dr. Strange, ya por favor enserio, necesito que seas más maduro.

Carlos, era el mejor amigo de Dylan desde su infancia, siempre habían estado juntos, vivían cerca y siempre habían asistido a la misma escuela, era el popular del salón, un excelente patinador y amante de las batallas de Freestyle así como también super fan de las películas de Marvel y el Anime.

- ¡Equivalencia de intercambio! Te doy a mi mejor amigo a cambio tu le tienes que dar felicidad - gritó Carlos señalando a Alison con el índice.

-Si Dylan es raro, este lo supera con creces e intereses - volvió a gritar Ana.

- No entiendo nada de lo que dices, pero no te preocupes, Dylan está en buenas manos - contestó Alison.

Caminar Hacia Atrás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora