Rebuscando En Los Sentimientos

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-¿Y Paula?- Preguntó Carol.

-Desde q llegasteis ayer, se metió en la cama y ahí lleva desde anoche.-respondió Lucía.

-¿Está bien?

-Si, yo creo que si, pero por como la veo algo le preocupa.

-Puede que yo tenga la culpa de eso.

-No sé de qué habréis hablado pero la ha dejado descolocada.

-No sé qué hacer Lucía, ha pasado mucho tiempo. Me gustaría poder volver atrás.

-Ay mi Carol mi Carol, cariño tengo una carta que le encontré a Paula hace unos cuántos días- dijo Lucía mientras metía la mano en el bolso y sacaba un papel doblado blanco.

-No sé si debería...

-Sí, si deberías- la interrumpió.

Carol empezó a leer aquella carta:

No puedo parar de pensar en ti; no sé si me escribirás o solo esperas a que lo haga yo.
No me sé las reglas del juego pero las puedo intuir; o ganamos hoy, o perdemos...


No había terminado de leer pero sabía que era mejor leerla sola así que volvió a doblar el papel y lo metió en el bolso.

-Y al final nos perdimos...me la guardo y la seguiré leyendo en otro momento.

-¿Carol que sientes ahora mismo por Paula?

-No lo sé, en todo este tiempo he conseguido dejarla de lado, no pensar tanto en ella, pero ha sido volver a verla y un escalofrío me recorrió el cuerpo desde los pies hasta arriba del todo, hasta la cabeza.- le guiñó un ojo a Lucía.

-Muy de Luisita por tu parte.

-Cada mañana cuando me despertaba recordaba todas las veces en la que la quise y su ausencia me machacaba el alma. Y no estoy enfadada con ella, estoy enfadada conmigo misma, por no saber decir en voz alta que la echaba de menos, o que la quería, o que era la persona con la que quería compartir mi vida.

-Carol... Yo... Creo que deberías de hablarlo con ella, porque yo creo que las dos siguen sintiendo algo todavía.

-No quiero hacerle más daño Lu. Paula es de esas pocas personas que hacen del mundo un lugar mejor, sin esperar nada a cambio, poniendo a los demás por delante de sí misma. ¿Por qué lo hace? Que sabré yo, lo único que sé es que preferiría morir antes que hacerle daño, antes que ver la decepción en sus ojos. Puede que no me quede nada, que el mundo se vaya a la mierda, pero siempre me quedará Paula... Aunque solo sea en mi mente.- Continuó Carol.

-Joder que bonito hija de puta, no me hagas llorar que no son horas.
Carol entró en una gran carcajada.

-Carol, solo te digo que sigas luchando por ella. Te ha querido muchísimo aunque no te lo dijera nunca.

-Buah, que complicado esto, lo seguiré intentando; voy a correr un rato a ver si me despejo.

-Valeee, le diré a la rubia que estuviste por aquí.

-Gracias cariño, cualquier cosa me pones un mensajito.

-A sus órdenes.

-jajaja adéu.

La Luna Llena Y Mis Ganas De Luchar Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora