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La condición de Jeno empeoraba conforme pasaban los días. Llevaba unas cuantas semanas sin poder alimentarse como se supone que una persona como él debía, y ahora estaba pagando las consecuencias.

Cada vez que hablaba con Jaemin, le provocaba un ligero vuelco a su corazón cuando lo veía sonreír y le alegraba el día. Sin embargo sus instintos eran cada vez más difíciles de controlar, y lo eran aún más con Jaemin acercándose todos los días.

Esa misma noche, Jeno se dirigió hacia unas cuantas casas por donde el vivía. Más bien, donde dormía.

El chico sólo iba ahí por cuestiones de soledad. Aquella vez que descubrió a Jaemin a través del espejo, miró en sus ojos la oportunidad de una nueva e inocente víctima. 

(...)

—Mamá, ¿Cómo que el espejo de mi habitación se rompió?

—Lo siento cariño, durante la mudanza  no hubo pago por el daño.

Jaemin bufó subiendo por las escaleras hasta que su madre lo detuvo. —En el ático hay un espejo, ve por el si gustas.— sugirió.

El muchacho suspiró pesadamente. Si esa era su última esperanza, no tenía alternativas.

Subió hasta el ático. Abrió una puerta lo suficientemente vieja como para que hiciera ruido y se escuchase por toda la casa. La madera crujía bajo sus pies lo que le daba un aire terrorífico, pero el espejo lo valía.

Cuando encontró lo que buscaba, pasó por el frente del espejo, más no se vio a sí mismo, lo que hizo que se quedara estático viendo fijamente a lo que se encontraba al otro lado del espejo.

Entonces, un chico pasó por el otro lado haciéndolo estremecer.

—Oh, hola.— habló aquél chico reflejado agitando su mano en un corto saludo, como si fuese lo más normal del mundo.

Jaemin no contestó. Estaba mudo por ver algo que le era imposible de creer.

—H-hola — tartamudeó nervioso. — Soy Na Jaemin.— sonrió observando al chico que lo miraba fijamente.

— Llámame Lee— respondió el chico con cabello negro azabache y piel tan blanca como la nieve en medio invierno.

Desde ese día, solían platicar horas sentados frente al espejo. Nunca habían pasado al extremo del otro, por lo que preferían guardar distancia desde sus dimensiones.

ESPECTRO - NOMIN (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora