Enséñame a vivir [Camren]

8

Camila colocó sus codos en la mesa y enterró su cara en sus manos, no van a venir, pensó. Unos segundos después sintió a alguien sentarse a su lado y se giró pensando que quizás eran ellos, pero cuando vio la cara de Mia, la hija de María y Carlos, volvió a colocar su cara entre sus manos. Estaba sentada en una pequeña zona reservada del restaurante.

"¿Qué te pasa Mila?" Dijo la mujer frotando su espalda.

"Nada... nada" Se incorporó y trató de sonreírle, pero no fue capaz "Discutí con una amiga y la invité a venir aquí, pero creo que me ha dejado plantada"

"Oh cariño, lo siento"

"No. Es mi culpa, las cosas no se arreglan con una pizza, sabes que no se me da muy bien hacer amigos, pero esta mujer es diferente..."

"Si tanto te importa, sabrás arreglarlo, no te preocupes"

Escucharon voces detrás en la cocina y Mia se levantó "Tengo que ir a ayudar, pero aguanta ahí Mila, dale unos minutos más"

Camila asintió y esta vez sí que consiguió sonreírle. Pasaron diez minutos más y la cantante estaba lista para irse a su casa, justo en el momento que decidió salir de allí escuchó una voz aguda "¡CAMILA!"

Si dio la vuelta tan rápido como pudo y tuvo el tiempo justo para rodear a Wes con los brazos y abrazarlo, están aquí. Cuando se separó del niño miró por primera vez a Lauren, pero no pudo interpretar su expresión. Madre e hijo se sentaron en la mesa y Wesley comenzó a hablar sin parar, pero a Camila le costaba prestar atención porque sus ojos estaban fijos en la otra mujer, ha venido.

María apareció en aquel reservado unos minutos después y Camila se levantó para hacer las introducciones, Lauren saludó a aquella mujer estirando su mano, pero María la abrazó con fuerza. Cuando le presentó a Wesley sus ojos se iluminaron.

"Queridas, ¿Qué os parece si Wesley me ayuda a preparar vuestra pizza? Estamos un poco justos de ayudantes y me gustaría enseñarle todas las máquinas que tenemos en la cocina"

El niño empezó a saltar de felicidad, los tres miraron a Lauren y ella finalmente asintió "Pórtate bien, hazle caso a la señora María ¿vale?"

Cuando se quedaron solas se sentaron de nuevo en la mesa, Camila sabía que tenía que decir algo, pero no sabía por dónde empezar.

"Perdona por cómo me comporté ayer"

Lauren levantó la vista del mantel y sus ojos verdes se clavaron en los de Camila.

"No era mi lugar asumir que necesitabas dinero, no estuvo bien, te pido perdón porque comprendo porque te enfadaste, pero..."

Lauren seguía en silencio así que continuó hablando.

"Aunque te enfades conmigo, me gustaría que sepas que lo hice con las mejores intenciones, no debería haberlo hecho, pero no quise ofenderte o enfadarte, estaba preocupada. No me estoy excusando, solo quiero que sepas que lo hice pensando que era lo correcto"

Lauren suspiró y rompió el contacto visual pasándose una mano por el pelo, después cruzó sus brazos sobre su pecho, Camila pensó que estaba enfadada pero después reconoció otra emoción, estaba vulnerable.

"No me gusta pedir ayuda, ni tampoco recibirla. Pero por Wes hago lo que sea, ayer tenía los nervios a flor de piel porque desde que me encontré con Ruth me sentí completamente expuesta al mundo para ser juzgada"

Camila trató de prestar mucha atención a sus palabras, porque estaba tan sorprendida de que Lauren estuviese hablando que le estaba constando concentrarse.