Episodio 0

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'Un servicio más'

El olor a hospital fue la primer cosa que percibió cuando recobró la conciencia

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El olor a hospital fue la primer cosa que percibió cuando recobró la conciencia.

La luz blanca en el techo era tenue, pero para sus ojos que permanecieron cerrados durante Dios sabrá cuanto tiempo, parecían reflectores con una potencia que bien podrían dejarlo ciego si intentaba mantenerlos por más de dos segundos abiertos.

Intentó moverse, más por inercia que por otra cosa, pero el cuerpo le dolía horrible. Punzadas se clavaban como cuchillas en cada porción de piel, en cada músculo, nervio y articulación, orillándolo a preguntarse: ¿Qué demonios le había ocurrido para terminar así?

Entonces su mente que se encontraba dispersa hasta hace un segundo, rememoró cada parte; desde que salió de su casa esa noche, el camino hacia aquel lugar en el centro donde vendían ese antojo fugaz que surgió más por haber escuchado el nombre del platillo que por haber visto el platillo mismo, la charla amena, las miradas cómplices y, la espectacular y radiante sonrisa de su Alfa, llena de felicidad al celebrar el inicio del segundo mes de gestación, antes de que todo se viera hundido en un fondo negro y ruido ensordecedor, donde el choque del auto, un grito desgarrador, cosas atravesando, sangre chorreando, la angustia por su cachorro no nato y la ruptura de una unión por la muerte, lo hicieran perder la conciencia por el dolor.

—Dijiste que ya no lo harías más

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—Dijiste que ya no lo harías más.

Margaret se cruzó de brazos en el marco de la puerta. Steve evitó soltar un suspiro mientras guardaba lo último de sus cosas en la maleta.

—No, yo dije que no lo haría por un tiempo. — corrigió, dándose la vuelta para mirarla.

Su rostro se distorciono en una mueca que, más que molesta, parecía preocupada.

—¿Entonces nunca lo vas a dejar? — preguntó.

Steve ni siquiera necesitaba responder. Margaret ya conocía la respuesta

Suspiró derrotada, bajando sus brazos y desviando la mirada. Steve posó sus manos sobre sus hombros para hacer que lo mirara.

—Peggy, tú me conociste siendo un Alfa de apoyo. No es algo a lo que simplemente pueda renunciar porque…

P R E D E S T I N A T E D   |   StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora