Nuestro amor es giratorio. [Kooktae]

3.

Our love is spinning.

Habían pasado ya dos semanas desde que aquellos niño se habían conocido, desde ese entonces Jungkook había conocido más profundo y a detalle a Taehyung dándose cuenta que era tan natural, era un niño que mostraba la más linda e inocente sonrisa encima de una máscara de cristal, pero cuando esta se partía en dolorosos cachos los golpes se asomaban con desesperación por todo su rostro.

Ahora estaba sentado hasta el frente de tanta multitud observando a varios niños pasando al escenario del teatro a mostrar sus más brillantes talentos. Él no era de ese colegio, pero como era de la edad de los demás niños todos pensaron que era de allí cuando en realidad sólo fue a ver a Taehyung ya que sus padres no podían ni siquiera hacer eso.

–Se tardan demasiado... — susurro.

–Hey, niño, ¿donde están tus padres? Desde que inicio la función no te he visto con ninguno de los mayores que están aquí.

–Vengo sólo. — respondió mirando desinteresado a aquella mujer.

–¿¡Sólo!? ¿¡Qué haces aquí!? Eso puede ser peligroso, te ves tan sólo de ocho años.

–Señora, tengo nueve años, sé cuidarme solo y vengo a ver a mi amigo porque sus padres son unos malditos irresponsables. ¿Contenta de escuchar ya todo? Deje de meterse y ponga atención a la función. — concluyo con dureza. Era una persona de poca paciencia.

–Vaya niño...

Tan sólo se limito a suspirar con pesadez, prosiguió mirando la función y cada segundo se aburría más y más. Él quería ver a Taehyung, no a niños que ni conoce.

–¡Denle muchos aplausos a Nayeon! Fue excelente su talento. — exclamo la maestra.— ahora, recibamos con un gran aplauso a Kim Taehyung. Su talento es bailar. ¡Grandioso!

Después de haber estado una extensa hora sentado con las facciones de su rostro amargadas, aplaudió con una apenas visible sonrisa mientras veía a Taehyung pasar al escenario con tanta dulzura.

–Tú puedes. — le susurro cuando Tae volteo su mirada hacía el para verificar que sí había asistido.

La serena melodía comenzó a resonar por cada rincón del sitio, las delicadas pisadas eran captadas por el fuerte piso, Taehyung se movía de una manera tan exquisita que hacía que toda la audiencia se sintiera satisfecha. Jungkook sentía que sus ojos se saldrían de sus cuencas por lo abiertos que estaban, pero le asombraba el Taehyung que estaba viendo, era como una masa que se moldeaba perfectamente a cada uno de sus pasos.

–Ese pequeño tendrá un futuro excelente, cualquiera estaría orgulloso de él. — Jungkook logro escuchar las palabras de la mujer con la que había hablado anteriormente.

–Sí, yo estoy orgulloso de él. — le respondió, la mujer le miro y luego le regalo una sonrisa.
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–¡Jungkook! ¿Donde estabas?

–Me quede aquí afuera de tu salón esperándote.

–¿Te gustó?

–Fue excelente, me gustaría verte bailar más seguido.