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Our love is spinning.

–¡Por f-favor, para, te lo r-ruego!

Los duros nudillos comenzaban a tornarse de un tono rojillo, sus dientes hacían un fastidioso rechinido que era acompañado de un bestial gruñido. El pequeño niño dejaba escapar desgarradores gritos mientras rogaba que su delicado rostro tuviera un sereno descanso de los brutales golpes.

–¡Deja a Taehyung, hombre! ¡Yo fuí la que le puse el brillo en sus labios! — confesaba con temor.

–¿Haz sido tú, mujer? ¡A este paso harás marica a nuestro hijo! — reclamo soltando a Taehyung y ahora acercándose a la mujer que alguna vez amo.

–¡Tae, corre!

Con lágrimas brotando de sus ojos abrió la puerta de aquel infierno que llevaba como nombre casa. Huyo de los fuertes golpes de su padre y los gritos aterrorizados de su pobre madre. Sentía que si seguía así terminaría algunos metros bajo tierra.

–¿Kim?

–¿Eh?... — volo su mirada hasta el llamado encontrándose con Jungkook, este al ver su rostro se alarmo horriblemente.

–¿¡Otra vez te han golpeado!?

–Mi madre me puso brillo en mis labios y mi padre se dió cuenta...

–Ese hombre idiota. Sígueme, iremos a mi casa.

Le agarro de su mano dándose cuenta de que estaba temblando un poco, supuso que era por el miedo que había pasado en su casa.

Después de un rato llegaron a la casa del niño de cabello algo largo.

–Siéntate, yo te voy a curar porque mi mamá ha salido por la comida.

–¿Te deja solo? ¿No es peligroso?

–Que tenga nueve años no significa que no sepa cuidarme. — respondió mientras sacaba del botiquín de emergencias algodón y alcohol.

–¿Quieres ir al parque? Podemos subirnos al juego giratorio — era un niño que cambiaba rápido de tema.

–No, me siento cansado, hoy hicimos ejercicio en el colegio.

–¿Entonces me puedes llevar? — pidió emocionado.

–¿No puedes ir tú solo?

–Vamos, no seas así.
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–Desde esta banca te cuido.

–¡Gracias, Jungkook!

Se sentó en la banca mirando a Taehyung quien llego al juego giratorio dando saltitos, se subió e inclino un poco para comenzar a dar vueltas entre dulces risitas. Jungkook no perdía de su panorama cada detalle que hacía Taehyung. Verlo hizo que su cansado cuerpo en gran parte se sintiera ligero, relajado, pero luego se alarmo cuando Kim comenzó a hacerle señas a un determinado lugar.

–¿Hmm? — volvió su mirada hasta donde su acompañante le estaba señalando logrando visualizar a un hombre caminando desde lo lejos.

–¡Jeon! — se acerco al ya mencionado.— Él es mi padre, si me ve contigo me golpeará. ¿Qué hago?

–Diablos... ¡Ya sé! Ven.

Con algo de complicación cargo a Taehyung y llego hasta una pequeña montaña de hojas que se habían desprendido de los árboles, allí dejo caer al pequeño niño para luego cubrirlo con varias hojas, después de verificar que ya no se notaba fingió estar distraído.

Nuestro amor es giratorio. [Kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora