II.

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Al sexto día de llevar elegido Kioto, está de regreso en la editorial para tomar otro.
Esa tarde estaría en un vuelo de un par de horas a Italia por el trabajo, el cual le tendría ocupado las veinticuatro horas los tres días que permanezca en el extranjero, por lo tanto solo quería un cuento que le distraiga en el viaje.

El elegido fue el cuento de uno de los maestros del relato corto, Edgar Allan Poe. El escarabajo de Oro.
Lo registró con el "bibliotecario" que no era más que un editor que le gusta encargarse de esa área y la tomó como oficina.
Un peliverde que hace más ruido del que se debería mantener en tal lugar.

Ya se conocen, luego de tanto tiempo asistiendo periódicamente y llevando de cuanto en tanto cosas a su hermano, además de otros trabajos en cierta área de la editorial, al menos es ubicado por gran parte de los escritores y algunos editores, en específico los que han trabajado con Hades, entre ellos Loki.

No le dirige ni la mirada, se dedica a vagar entre las notas que hay en el escritorio, viendo por encima los rayones con mil y un colores que suele usar el chico para corregir autores.
Azul para faltas de ortografía.
Morado errores gramaticales.
Verde párrafos, frases o expresiones que sobran.
Rojo vacíos, tanto de narrativa como de explicación.
Y cientos, cientos de flechas, palabras, frases o notas en los laterales del escrito.

A muchos no les gusta trabajar con él, pues es casi tan exigente como el director de la editorial misma.
Pero Poseidon sabe explícitamente que su hermano adora su trabajo, Loki y otro editor son sus favoritos, pues ambos carecen de pelos en la lengua y no descansan hasta que el resultado sea perfecto.

Cuando finaliza su registro, el peliverde le entrega el libro con una enorme sonrisa, podría jurar que con algo de malicia, pero es tan normal en él que le sorprende más el silencio con el que se despide.

Al llegar a casa se asegura de empacar outfits ya armados, requisito primordial en su trabajo; estar siempre presentable, a la moda y con un estilo bien definido.

En el avión, justo después de despegar, toma el cuento entre sus manos y comienza a leerlo con música instrumental en los audífonos.
Máxima concentración activa pues le gusta intentar descifrar los misterios de Poe, pero para ello sabe que requiere prestar atención a cada palabra. Cuando por fin llega al ansiado código sabe que no podría resolverlo por sí mismo. La mente de Edgar Allan suele ser así, impresionante, no le deja lugar ni para hacer conjeturas.

Habría cerrado el cuento, esperar un rato para volver a leerlo e intentar analizar a más profundidad el código antes de leer el final, pero algo le detiene. Justo debajo del misterio está otro post it.

"Con un cinismo casi celestial, se pasea por su imperio, sabiéndolo todo y aún así, con un brillo deseoso por descubrir más."

Ganryū.

Suspira un poco hastiado y tal cual como hizo con la primer nota, arranca el papel de la página, guardandolo en la bolsa de su gabardina.
Sería un tanto molesto para el próximo que lea ese libro encontrar frases tan patéticas a media lectura.

...

Espero les haya gustado.
Gracias por leer🤍

Musa [Sasaki x Poseidon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora