Capítulo 2

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En la oscuridad de la madrugada ________ despertó nuevamente con un pequeño jadeo, sus párpados pesaban y su visión era borrosa. Al paso de los segundos empezó a recuperarse y detallo el lugar dándose cuenta que estaba exactamente en la misma cama donde había despertado antes

—No te muevas.—en una de las esquinas del cuarto había alguien más—la herida aún es delicada, no puedes hacer grandes esfuerzos

Ella no tuvo más remedio que seder, además el abdomen le dolía demasiado. Movió la cabeza para poder ver a su acompañante, la habitación era apenas iluminada por dos lámparas de gas

—¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?—pregunto con la voz cansada

—Unas horas, has perdido mucha sangre—la ojigris levantó su camiseta analizando la herida— fue difícil sacar esa bala, pensamos que morirías

Su mirada fue a la esquina de la habitación para detallar a quien estaba allí, era una mujer joven de facciones bien definidas, su piel blanca estaba en sintonía con el brillo de su cabello castaño, el café de sus ojos ardía con el reflejo del fuego en la lámpara

_________ podría jurar que la había visto en algún momento de su vida

—Lamento el alboroto que cause—dice con temor, este aumento cuando la mujer castaña resopló

—Sabes, las personas son agradecidas cuando les salvas la vida—se cruza de brazos recargandose más en su asiento

—Si bueno, escuché como tu amigo quería matarme—explico con una mueca de dolor

—¿No me escuchaste decir a mi que no lo haríamos?—suspiro—ahora será más difícil convencerlo de que no eres un peligro

—No soy un peligro—paso saliva

—Lo sé.

—¿Lo sabes?—asintio

—Lo veo en tus ojos—apunto

—¿Por qué me ayudaste

—No iba a dejarte morir en el bosque—respiro profundo—lamentablemente no nos dimos cuenta de la mordida en tu brazo, hasta que te trajimos aquí

—¿Y porque no me disparaste?

—Tu me súplicaste que no. Abriste los ojos, solo por unos momentos, como si tú alma estuviera luchando aun por vivir, me pediste que te salvara—conto

—Increible…—mascullo _________, no recordaba nada más que haberse desmayado en el bosque

La mujer de ojos cafés toma su banco y se acerca sentándose junto a ella

—Sacamos la bala y suturamos—se inclinó hacia el frente—nadie hubiera sobrevivido a algo así, te estabas muriendo. Y como si fuera magia, sobreviviste

—¿Dices que tengo suerte?

—Digo, que tú herida está evolucionando de forma extraordinaria, la bala estaba en tus órganos, hubo mucho daño en tu cuerpo, pero estás viva. Han pasado días, y no estás infectada—dijo mirándola con seriedad—¿Quieres decirme cómo es eso posible?

—Tal vez soy afortunada.—contesto sin poder creer aún lo que la mujer decía

—Lo serás si convenzo a Gerard de no asesinarte—se reacomodo en el asiento—el que seas inmune solo lo pone más nervioso

—¿Tu confías en mí?

—¿En mi lugar, tu confiaras?—la mujer de ojos grises exhala y niega—te recomiendo que no intentes escapar

The Renaissance | Lauren Jauregui | Tú    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora