Capítulo 21

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Luego de esa noche las cosas no habían mejorado, todo lo contrario, habían empeorado

—Creo que ya es momento de resignarnos, mamá—suspiro Leah sentándose sobre el escritorio en su habitación

_____________ se dejó caer contra el colchón mirando el techo

—No la entiendo.

Luego de que la ojigris besara a Lauren esta había dejado de comportarse grosera y cruel con ella, había dejado de tratar de humillarla y de gritar a los cuatro vientos que la odiaba

Ahora simplemente la ignoraba

—Bienvenida a mi mundo—dice Leah

Ahora entendía completamente la frustración y el dolor de su hija, Lauren no la miraba, no le dirigía la palabra, se alejaba apenas se acercaba, fingía que no estaba ahí, parecía que solo era una persona más en la comunidad

—Prefiero que diga que me odia, a que solo actúe como si no existiera.—se quejo—mi único consuelo era que al menos me mirara, o dijera algo para mi. Ahora parece que no le importó nada

—Lo siento mamá—____________ se sentó sobre el colchón mirando a su hija—se cuánto te duele. Y cuanto querías que las mejorarán luego de eso

Las semanas pasaban pero para la mujer de ojos grises era complicado tener sentido del tiempo, solo había día y noche, muchas veces no sé percataba de los días que pasaban, solo sabía que lo hacían rápido, y que otras veces parecían eternos

A veces le era difícil respirar, dormir, levantarse. Empezaba a odiar las mañanas, solo porque su primer pensamiento era que no tenía al amor de su vida con ella

Le enojaba pensar que ella estaba dejando atrás todo de forma tan fácil, pero no podía hacer nada al respecto

No perdía la fe, tenía esperanza en que Lauren recapacitaría, que un día aparecería de madrugada en su casa para decirle que empezarán de nuevo. Pero esa esperanza era lo que alargaba el dolor

Porque sabía también, que Lauren no haría eso

—Te veo más feliz.—comento la mayor—¿A qué se debe?—pregunto intentando cambiar el tema

—No lo sé, supongo que el ser amiga de Sofí me ha ayudado—contesto—antes mis únicos amigos eran mis tíos, pero era…

—Si, te entiendo.—interrumpió—pero, muchos jóvenes te saludan y quieren estar cerca de ti

—Mejor dicho, cerca de la soldado prodigio—exhalo—fue difícil hacer amigos, aún lo es. Muchos crecieron en esta comunidad, no saben lo que yo sé, no vivieron lo que yo. Nuestros intereses no son los mismos—___________ hizo una mueca, la entendía—Sofía tuvo una vida similar, y no me ve como una persona popular de este lugar, solo me ve como soy. Es, refrescante

—Te comprendo. Daría lo que fuera por acercarme a alguien sin que me recuerde que soy el ángel de la muerte.—sonrió sintiendo lástima por ella misma

Para todos ella era una leyenda, un símbolo, nadie la veía como la persona que era, comprendía como ambas jóvenes habían encontrado refugio entre sí

—Tía Alycia quiere verte.—informo Leah, habían creado un aparato para compartir información dentro de los muros, algo similar a un teléfono móvil, solo guardias y personal del pentágono lo poseía

—Iré a ver qué necesita—se levanto—¿Vienes?

—No, aprovecharé mis días libres. Entrenaré 

—Creo que deberías descansar, duerme un poco, sal a despejarte—propuso la ojigris

—Tal vez después—arrugo la nariz

The Renaissance | Lauren Jauregui | Tú    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora