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"Estigmatizar el dinero y volverlo algo elemental de la pirámide aristócrata. Es esencial.

Fue algo tan natural para esta sociedad en sus inicios. La idea más frívola y vana de todos los siglos que revoluciono el poder y cambio totalmente la situación de las clases sociales.

No bastó con tener ya la separación que provocaba el surgimiento de los géneros secundarios, ya que las personas con ingresos inmensamente fuertes cuestionaron que hasta personas con el mismo género fuerte que era el Alfa al igual que ellos no eran de su mismo nivel económico pero eran igualados.

Era absurdo, en su pensar.

Por lo cual crearon la nobleza, los de clase media, clase baja, y la pobre servidumbre.

Infortunio o suerte. 

El dinero permitía la adquisición de territorios, con ello se generó una corona real, hubo la creación de leyes discrepantes, pues de ellas solo era selectivo. perjudicial para los pobres.

"Dinero mueve montañas, el valor humano puede pasar a segundo plano"

La injusticia creció con el paso de los años. Los abusos de poder se volvieron diarios. Nada que sorprenderse. Dichosa era la suerte por aquellos que su vida rodaba en buenas manos de adinerados como esclavos.

Todo volvió a verse tan normal.

¿Era asfixiante esa clase vida? 

Sí.

Sin embargo, hasta entonces, nunca se hubo el interés de un verdadero cambio.

Y en este tipo de mundo aún puede surgir una historia encantadora"

- articulo anónimo - 

Rypton, Larcade, agosto año 1821

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Rypton, Larcade, agosto año 1821

Rypton, mejor conocida como la ciudad portuaria del continente de Larcade, era una de esas ciudades con un atisbo alto galardonado de arrogancia por parte de la mayoría de los ricos y envuelto en la más grande marginalidad posible para lacayos y pobres.

Ni la justicia que profesa de los comisarios era piadosa.

En medio de altos y bajos, el número de familias adineradas era cerca de mil, con una buena ganancia mensual que estimaba los cuatro mil yels, que era la moneda de valor de Rypton.

Sin embargo, no todo obtiene perfecto matiz. En una vida llena de lujos existe también la otra cara de la moneda. La mayoría de los trabajadores que representaban un cincuenta por ciento de la población eran lacayos de familias adineradas, por lo cual, de cada trabajo diario la ganancia era repartido de dos a ocho. Injusto pero tampoco exigían más, sus derechos eran pasajeros, no tenían valor. El reclamo impensable, y peor si eras un beta y omega. Los alfas esclavos eran mayormente para saciar la asquerosa vanidad sexual de los feudos.

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