La muerte se lleva a quien menos deseas que te abandone.
Viendo tu deseo de mantener a esa persona que comete las principales causas de tus sonrisas y tus emociones, tus llantos y alegrías, la muerte piensa que a veces lo mejor es arrebatarla de tu lado para que dejes de absorber y colmar su tiempo para tu bien egoísta.
Izuku a su temprana edad fue algo que pudo comprender. Siendo un niño en medio de la poca esperanza de vida que ofrecía la sociedad hasta su deceso en lo marginal, el dolor sería su pan de cada día.
La lluvia se extendió hasta el cementerio sin dar indicios a parar desde temprano.
El segundo día donde la mamá de Izuku prometió ir a visitar a su esposo había llegado.
Unas cuatro siluetas, dos grandes y dos pequeñas, a cinco pasos se observaban en frente de una lápida simple y un grabado en piedra que tanto Inko e Izuku reconocían muy bien.
– papá, mira trajimos unas flores para ti – señaló Izuku con una sonrisa, dejando los lirios sobre el cemento frío de la tumba.
No esperaría respuesta alguna, ni siquiera el sentir la voz de su progenitor.
Trató de mentalizar que todo estaba bien.
– el cementerio se ve más grande – Mitsuki dio un vistazo alrededor.
– lo remodelaron, la estructura de las paredes no duró y colapsó hace un año –
Entre su conversación de Mitsuki e Inko, Katsuki observaba en silencio.
Después del día anterior decidieron acompañar a los dos peliverdes.
El pequeño rubio le insistió a su madre en que ambos deberían ir, luego de aquella charla que tuvieron en el establo, una culpa acrecentó en su pecho y no iba a negar que sentía preocupación por el menor con pecas.
"El papá de Izuku murió hace dos años al intervenir en la construcción de un hacendado ilegal"
Fuera de su mal carácter, conocía lo afortunado de tener a dos padres con vida.
Tanto para Izuku y él en un mundo lleno de estigmas y discriminación, los padres trazan de manera tácita un límite entre ellos para no estar a la vista de los señores feudales y ser carnada fácil de trabajos forzosos como otros niños que son esclavizados sin tomar importancia a sus derechos.Volverían a verlos a las caras una vez jóvenes, pero hasta ese entonces se aseguraría algunos de otorgarle un futuro sostenible. Pues de ellos, los lazos en compañía de la calidez y protección paternal era irreemplazable para un niño que necesita cargar con mucho peso emocional en sus primeras etapas de vida.
Izuku a tan solo sus 5 años de vida, un crío sin tener las posibilidades de defenderse, y peor aún su madre siendo omega tenían esas pocas oportunidades de sobresalir sin un Alfa por lo menos en la familia.
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Status Et Amour
RomanceShoto, Izuku y Katsuki se conocieron desde pequeños, rodeados en una sociedad aristócrata donde gobernaba las clases sociales y el género secundario; alfas, omegas y betas. Pesé a sus diferentes condiciones sociales, ellos entablan una de las más he...