Final: Cartas recibidas

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La guerra había terminado, muchos se reencuentran con sus familias y se abrazan como si la vida dependiera de eso, como si el alma se les fuera y se aferraban a esa vida. Otros, en cambio, miran el mural donde están las personas que dieron su vida por la victoria, con lágrimas en sus ojos esperando no encontrar a sus familiares como muertos o desaparecidos.

Entre ellas están Bakugo Katsuki y Midoriya Izuku, soldados reconocidos como héroes de la guerra. Recordados por muchos por su valentía y honor.

Bakugo Mitsuki rompe en llanto al ver la imagen de su hijo en aquel mural dejando las rosas que pensaba darle en el suelo, su nombre en la lista de muertos solo hacía más evidente la pérdida de su primogénito. Y no puede hallar consuelo en aquella medalla que le fue entregada en honor a que gracias a él salieron victoriosos.

– ¿Señora Bakugo? – llama un hombre, porta su traje del ejército.

– Sí, soy yo – limpia sus lágrimas.

– General Toshinori Yagi, un gusto – se presenta.

– No puedo decir lo mismo – desvía la mirada, no quiere saber que su hijo será recordado por morir.

– Su hijo... Fue alguien muy especial, estuvo peleando en nuestra contra, pero tomo la decisión final de apoyarnos. Gracias a su esfuerzo estamos aquí – a eso iba, no quiere que le recuerden que murió por una maldita guerra.

Ella no le da respuesta alguna.

– Me pidió que le entregara esto, son algunas cartas que me dejó a cargo –

– ¿Cartas? – esta vez pone atención.

– Al parecer nunca le llegaron alguna de ellas a usted, pero el joven Bakugo no dejaba de escribir y aunque ya no pudo mandar más, dejo estas cinco en mi poder – los sobres blancos y sucios le son entregados en la mano – Fue algo que pidió con urgencia, supongo que tardé un poco... La dejo Señora Bakugo, gracias por cuidar de un gran hombre – y se va, desaparece entre los llantos y abrazos de la gente.

Después de un largo rato en pensar en leer las cartas, decide abrir por fechas desde la que tenía el mes anterior.


14/07/20XX

Vieja ¿Cómo estás? Llevo tiempo escribiendo, pero la verdad no sé si te llegan o no llega los que escribes. La guerra apesta, estoy seguro que tú tienes más agallas para estar aquí. Mandarías al carajo a todos y tus gritos se escucharían hasta el otro lado del mundo.

Con ese carácter ya habrías espantado a todos y serías la jefa. No sé cómo están las cosas por allá, no entiendo porque no hay respuesta a ninguna de las cartas que envío.

Espero te encuentres jodidamente bien.

Si lees esto, escríbeme maldita bruja.


Mitsuki ríe ante el insulto, palabra que quisiera escuchar, aunque sea una última vez. Pasa a la segunda carta, esta con unos días a la anterior.


18/07/20XX

¿Esto está bien? Quiero decir, luchamos para poder estar en paz, pero no puedo dejar de pensar que está mal. Cada día veo salir a 100 soldados, entre ellos niños, y solo regresan una cuarta parte de ellos. Eso da mal sabor de boca.

Vieja, quisiera saber si estas bien o si te falta algo. Los mensajeros que suelen llevar las cartas no han vuelto... Creo que han muerto.

¿Comes bien? Más te vale, cuando vuelva no te quiero ver como un esqueleto ándate. Espero una bienvenida digna de mí.

En la guerra, el amor no cuenta | KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora