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Las calles rebosaban alegría. Mirase a donde mirase había personas bailando, o niños cantando y jugando. Grandes dragones chinos de papel bailaban al ritmo se la música clásica oriental. Confeti de muchos colores caía desde los más altos balcones, y llenaba el aire de vivos colores. Las calles de Chinatown habían sido pintadas de color rojo, naranja y amarillo, y en el aire se respiraba felicidad y alegría. Y música. De lo intensa y hermosa que era se podía hasta respirar.

Llegué a un cruce de calles y me quedé mirando con indecisión los carteles que indicaban el nombre de las tres calles a las que me podía dirigir. Pero yo no sabía hacia donde ir. Cuando salí del supermercado comencé a andar, sin una dirección fija.

Sé perfectamente donde estoy: una calle llamada "Mott", y sin embargo, estoy completamente perdido.

No sé hacia donde me dirigo, ni lo que busco, ni por qué tengo que hacerlo. Solo sé que debo buscar una persona con una pantalla igual que la mía. No sé como lo haré sin registrar a todas las personas que vea, y si lo hago lo más probable es que me detengan o algo por el estilo. Tengo tantas dudas que no puedo decirlas todas. ¿Quién era el hombre de negro? ¿Qué es un bug? No lo sé, pero por culpa del bug hay un hombre muerto. ¿Hacia donde debo caminar? ¿Qué recuerdos me han borrado? No tengo ni idea. ¿Quién soy yo? Esa es la más desconcertante. No sé ni quien soy yo, ¿como voy a saber quien era el hombre que me resultaba tan familiar, que es un bug, o porque han dicho que estoy en un juego?

Al final de repasar todas mis dudas solo saco algo en claro: No puedo cachear a nadie como si fuera algo normal. 

Entré en un viejo edificio, que tenía la puerta abierta. Lo más seguro es que estuviera abandonado. Empecé a subir escaleras. Un montón de escaleras. Finalmente llegué a una planta con un montón de puertas cerradas. Recorrí todo el pasillo, en busca de una habitación en la que pudiese entrar. Y, al final del pasillo, la encontré. Abrí del todo la puerta, que chirrió, y me metí dentro. 

Era una enorme sala, completamente vacia. Estaba llena de ollín y ceniza, probablemente a causa de un incendio. Una gran ventana presidia la sala. A través de ella se colaban los rayos de luz de fuera, y algun que otro sonido agradable, como la risa de un niño, o la música china. Me pregunto que estarían celebrando con tantas ganas. 

Me aseguro de que la puerta quede bien cerrada, por si acaso a alguien se le ocurre la misma idea que a mi. Y me recuesto en el suelo, frente a la ventana. 

De nuevo intento organizar mis ideas: -¿Dónde estoy? En un edificio abandonado, y hecho añicos, en una calle de Chinatown. - Estupendo, de momento funciona. - ¿Qué tengo que hacer? Hacerme con unas pantallas y deshacerme de sus propietarios. -Genial.- ¿Por qué tengo que hacerlo? - Mierda. Ya empezamos. -De acuerdo... ¿Que es un bug? 

Justo al decir eso, mi pantalla vibra, como si lo hubiese notado todo. Pero no encuentro respuesta a mi pregunta. Solo la foto de una chica, de pelo castaño y piel pálida. Su rostro, lleno de pecas, guarda unos enormes ojos castaños, y una boca cuya sonrisa sería hermosa. Si estuviese sonriendo. Al lado de esa foto hay un mensaje:

-Peón Nº 7. Estatura: 1.62 Peso: 44 Entrenamiento: nulo. Objetivo: peón Nº 6

No tiene mucho sentido, pero mi mente ya está hilando cabos. El peón 7 es la persona a la que debo robar la primera pantalla. La primera persona contra la que lucharé a muerte.

Game Over: o ganas, o mueresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora