Game Over: o ganas, o mueres

Shaula 4

Esto es un asco. Una verdadera ironía. Todos los peones tienen una derir de ayudas a lo largo del juego. Ayudas que se reparten al azar al comienzo del juego. Bueno, se supone que son al azar. Pero siempre ha habido un grupo de protestantes que opinan que los encargados del juego han sido sobornados. Aunque yo pienso que no ganan nada, así que siempre he creído en el sistema de papeletas, y en una lucha justa. Hay distintos tipos de ayudas, que se manifiestan en las pantallas: hay seguidores, aunque nunca sabes a quien estas siguiendo, hay mapas subterráneos, guías de supervivencia... Y una supuesta "ayuda" que me niego a reconocer como tal. Y, para mi desgracia, este año me ha tocado a mi. Otros agradecerían recuperar poco a poco sus recuerdos, a medida que recogen pantallas, como un pule al que van añadiendo piezas. Pero yo conservo todos mis recuerdos, no quiero recuperarlos, porque no hay nada que recuperar. Me podría haber tocado una guía para crear armas, un mapa con todos los posibles medios de escape, o un listado con los puntos débiles de los otros peones. Pero me tiene que tocar lo único que no quiero, que no me hace falta: mis recuerdos. Los que han participado y sobrevivido al juego dicen que habrían matado por recuperar sus recuerdos... Pero bueno, también mataron por ganar la partida. Lo malo de esto es que los ganadores nunca recuperan sus recuerdos, por eso matarían por tenerles. Yo nunca les he perdido.

Mientras maldecía a los creadores del juego, oí un ruido. La nave industrial era vieja, y habia crujido en numerosas ocasiones desde qie desperté. Pero lo que acababa de escuchar era distinto. Alcé la mirada, en busca de alguna anomalía en mi tranquila y perfecta nave industrial. Y la encontré, para mi desgracia,tarde.

Justo antes de que pudiera reaccionar unas enormes cadenas, que estaban colgadas del techo, cayeron pesadamente sobre mi pierna. Un dolor agudo me recorrió desde la punta del pie hasta la cadera. Tenia que salir de alli, librarme de la pesada cadena y huir. Y hacerlo antes de que la sombra, culpable de que esa enorme bestia se soltarse de las rígidas ataduras que la mantenían fija al techo,llegase hasta mi. Y ya estaba oyendo los rígidas pasos que corrían escaleras abajo.

Y lo único que tenia para defenderme era una pantalla con los recuerdos que supuestamente desconozco.

Los veloces pies de la persona que soltó la cadena se acercaban a un ritmo increíblemente acelerado. O me liberaba de la cadena o moriria a manos de la sombra que me quería matar, desde un principio.

Reuní todas mis fuerzas y empujé la cadena, tratando de liberarme de aquella pesada trampa, pero el dolor en el cuello me lo impedía. Apoyé fuertemente mis manos en el suelo y, con la pierna libre, hice fuerza. Un fuerte dolor recorrió mi espalda, y maldecí a las personas que me habían dejado mal puesta en el duro suelo. De un taconazo conseguí que se desplazara un poco, así que di otro. Y otro. El ruido de mis botas golpeando los enormes eslabones se mezclaban con los rápidos pasos del peon, que se acercaba. Era rápido, peri antes de que llegase a mi ya habia liberado mi pierna de la pesada cadena que la aprisionaba. El tamaño de la nave industrial estaba a mi : solo habia unas escaleras, y yo estaba en el punto opuesto. El peón tuvo que recorrer una gran distancia para llegar hasta mi. A pesar de lo rápido que era, cuando llegó, ya me habia liberado.

Cuando mis ojos lo vieron, a unos cincuenta metros de mi, mi cerebro reaccionó, e hizo que me levantara,que mi instinto de supervivencia se activará. Mas cuando apoyé la pierna que habia estado bajo las frías garras de la cadena, el peor dolor que habia sentido nunca hizo aparición, y recorrió cada parte de mi ser. Cai estrepitosamente al suelo, mientras la sombra que habia soltado la cadena se paraba para coger aire. Su pecho se movía, y su cara estaba oculta bajo Un oscuro flequillo castaño.

Solo conocía a una persona capaz de correr tan rápido. Una persona que tenía el pelo castaño. Una persona que habia sido la culpable de muchos de mis llantos, y de aún muchas más de mis sonrisas.

Y cuando levantó la cabeza, y apartó su pelo, comprobé que sus ojos marrones no habían cambiado. Al igual que el. Y que, aunque no me recordase, seguía siendo mi hermano.

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¡Hola! Siento haber tardado tanto en subir esta parte, pero a partir de ahora volveré a subir capítulos más seguidos.
¡Un beso! :)