El Día D..

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Dia de la exposición...

Había sido siempre en sábado, las cosas que me marcarían para el resto de la vida eran siempre en sábado. Un sábado fue cuando me casé, cuando me divorcié también. Aún así seguía siendo mi día favorito de la semana. Me sentía plena como ciudadana y persona al terminar de trabajar con un escritorio limpio, sin pendientes, a las 5 de la tarde, después tenía que pasar una o dos horas con Chandler y Keana a la galería.

Invité a Alexa y Nick; el plan era que mi amuga y yo estuviéramos juntas mientras el hombre se anduviera de un lado a otro pero se veían tan felices juntos, tan bien que no pude interrumpir, no quise hacerlo. Hace un par de días recibí una llamada definitiva de Lisa; me dijo que estaba aqui en la ciudad , que si yo quisiera podríamos vernos pero otras palabras me dijeron que no estaba segura, no estaba lista para cualquier decisión que pudiera tomar a mi lado; quedamos en respetar lo que tuvimos y si necesitaba una amiga ahí estaría yo, ahí estaría; me sentía bien, mucho tiempo estuve agotada pensando en el futuro, me olvidé de que era posible una resolución tan pronta y sincera, una tan casual, eso era lo que necesitábamos.

Deambulé sola por varios pasillos, varias imágenes que no comprendía, unas que recordaba; un mensaje de Chandler me decía que pasara a la sala en donde a veces había clases particulares o prácticas; pensé que ella estaría ahí con su esposa y me dirigí a prisa, así podría marcharme del lugar lo más pronto posible; Alexa y Nick parecían estarse divirtiendo. No voy a negar que sentí nostalgia, mirarlos juntos, él con la mano en la espalda de ella, aunque Alexa era mucho más alta; la mano como un caballero, en el lugar correcto; sé que hubiera estado también así con Camila que nuestras manos estarían juntas; que aprovecharíamos cualquier espacio sin gente para besarnos, en la frente o en los labios; me gustaba besarle las manos. Pero eso ya no pasará.. No ahora.

Me pregunto si aún estaríamos juntas ya tendríamos hijos; a veces ella parecía no querer escuchar sobre el tema, a veces parecía como si quisiera que lo intentáramos; no creo que yo hubiera sido una buena madre; aún no sé ser un adulto competente, no me gusta este mundo; no quisiera traer a la vida a alguien a un mundo que está destinado a la destrucción y si eso es ser pesimista y egoísta entonces sí lo soy. Tendría miedo de responder a sus preguntas, ¿por qué la gente es mala? ¿por qué no todos son buenos? ¿existe el cielo?; ni siquiera sé sobre eso, ¿cómo podría?; sin embargo muchos veces me hice ilusiones, una niña con su color de cabello, sus modales y un carácter como el mío, lo deseé muchas veces y odie tanto a Camila por haberme arrebatado esa ilusión porque después de ella ya no quise nada de eso, porque con nadie más lo pude haber tenido.

Por supuesto había tiempo adelante, otras compañeras de vida quizá pero uno sabe; lo que yo quería, eso era con ella. No voy a negar que con Lisa viví momentos increíbles y que si ella me hubiera querido a su lado seguiría con ella; pero no fue así, no es así.

Al llegar a la sala, iluminada por un candelabro largo estaba un tripie rústico de madera obscura; un enorme cuadro que parecía vacío; no había nadie más, me adentré con la idea de esperar unos minutos; sé que Chandler estaría ocupado saludando a las personas; esperaría un poco más. Caminé sin interés de mirar el cuadro, con la meta de encontrar una silla en lugar que estaba como nunca lleno de cajas y papel, al pasar de lado y más cerca al cuadro que parecía estar vacío una pequeña foto en el centro me atrajo; era una foto instantánea, de la mujer más hermosa que había visto en toda mi vida; Camila casi de perfil en ella y una inscripción a tinta en la foto decía"El corazón de Lauren".

Comencé a llorar; no era justo; no sequé mis lágrimas, sabía que no serían muchas, tampoco me quedaría ese amargor en la garganta, el manantial que ella llenó en mi no se secaba, mis lágrimas habían marcado surcos a los costados de mi cara, lágrimas que hace tiempo marcaron mi cara, en su corriente se llevaron los mejores recuerdos, el sabor de sus besos, las ganas de luchar.

El principio del final... No siempre es maloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora