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Luego de dar por terminado su día de trabajo y despedirse de sus compañeros, MinGyu se fue del restaurante y buscó rápidamente en sus bolsillos las llaves de su auto para irse a casa

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Luego de dar por terminado su día de trabajo y despedirse de sus compañeros, MinGyu se fue del restaurante y buscó rápidamente en sus bolsillos las llaves de su auto para irse a casa.

Tenía prisa. Todo el día estuvo pensando en volver a casa porque extrañaba a MyeongHo y a WonWoo, por muy exagerado que esto sonara. Quería verlos al menos un par de horas antes de irse a dormir para aliviar el tiempo que estuvo sin ellos.

Era una sensación extraña que empezaba a conocer, pues cuando vivía solo, su único propósito era trabajar y nada más que eso. No había nada diferente en la monotonía de sus días, todo era tan solitario que ahora que lo pensaba bien, ya no podía recordar cómo lograba vivir de esa forma tan... vacía.

Ahora tenía una razón por la cual volver a casa. Una razón que lo hacía sonreír y sentirse motivado a la espera de que el tiempo trabajando pasara rápido para poder estar con ellos.

Subió a su auto y miró la hora en su reloj. Faltaban unos minutos para las ocho de la noche, estaba a tiempo de ir a buscar a WonWoo a su trabajo. Porque sí. El omega había vuelto a trabajar luego de que sus dos semanas libres terminaran, viéndose en la obligación de pedirle a Somi que cuidara de MyeongHo. Ella aceptó, pero sólo por un par de días, pues era el único tiempo libre que tenía en la semana.

Tenían que contratar a una niñera, eso estaba más que claro.

MinGyu llegó a la cafetería y se estacionó afuera. Pensó en esperar dentro del auto a que el omega saliera, hasta que cayó en cuenta de que sería muy aburrido hacer eso así que decidió entrar, tomando asiento en una mesa alejada de las demás.

Sería divertido darle una sorpresa a WonWoo cuando este fuera a atenderlo creyendo que era un cliente más.

El lugar era pequeño pero también acogedor. La mayoría de las cosas eran de madera, la cual parecía brillar gracias a la buena iluminación de las lámparas. Las personas a su alrededor charlaban amenamente, disfrutando de sus cafés o postres, algunos en compañía de alguien, otros solos.

Aún con el pasar de los años, la cafetería estaba igual de amena como la recordaba. Y esa era una de las principales razones por las cuales pensó que sería buena idea ir con WonWoo a ese lugar para su primera cita. Lástima que esta fue un desastre y ni siquiera pudo compartir un café con él... y ahora el omega estaba trabajando en ese local, viviendo con el alfa con el que tuvo una muy mala primera impresión. Quién diría las vueltas que daba la vida.

Justo cuando estaba por preguntarse dónde estaba, lo vio.

WonWoo estaba atendiendo a unos clientes a varias mesas de distancia, por lo que no había notado su presencia. Sonreía de forma amable mientas tomaba sus pedidos, y aunque MinGyu sabía que aquella sonrisa era forzada, no evitaba que se viera linda haciéndola. Demonios, incluso el simple delantal ne gro con el logo de la cafetería se vio muy bien en él. Su olor pasaba desapercibido entre tantas personas, pero si agudizaba el olfato, podía sentirlo, suave y algo lejano.

We're Parents ✧ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora