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Eran alrededor de las dos de la mañana

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Eran alrededor de las dos de la mañana. En la sala, WonWoo caminaba de un lado a otro con MyeongHo en brazos, tratando de hacerlo dormir aunque era él quien se moría de ganas por irse a la cama. La idea de trasnocharse no le había parecido para nada buena desde el principio, pero le prometió a MinGyu ayudarlo con el cachorro y parte de ello implicaba turnarse en las noches para dormirlo en caso de que despertara.

Diablos. Comenzaba a cuestionarse seriamente el por qué había decidido tales cosas.

Aunque MyeongHo se caracterizaba por ser un cachorrro tranquilo, silencioso y que causaba muy pocos problemas, a la hora de dormir era todo lo contrario. No era como en la ducha, donde jugaba felizmente con la espuma, o como cuando le cambiaban el pañal, que se quedaba quieto hasta que le pusieran el otro. No. Si MyeongHo despertaba llorando en la madrugada, era un verdadero desafío hacer que conciliara el sueño de nuevo.

Ya había intentado con el extractor de aire que usó la niñera aquella vez y no funcionó. También le dio su pato de peluche, pero tampoco quería eso. Ni siquiera tenía hambre, eso lo supo cuando rechazó el bocado de comida que le intentó dar.

Así que ahí estaba, paseándolo por la sala luego de tantos intentos fallidos convencido de que estaba perdiendo el tiempo.

WonWoo lo conocía lo suficiente como para saber que no se dormiría pronto, al menos no así de fácil, así que tendría que optar por la última opción y la que seguramente funcionaría.

Subió las escaleras camino a la habitación de MinGyu. Sabía que él tenía trabajo al día siguiente y que estaba agotado por todo lo que había hecho el día anterior, sin embargo, necesitaba de su ayuda en esos momentos. Sino, ni MyeongHo ni él podrían dormir esa noche.

Lo sacudió con cuidado para que no despertara de malhumor y en cuestión de segundos sus ojos se abrieron, se los talló y bostezó grande. Tenía el sueño pesado así que en ningún momento escuchó a MyeongHo llorar, hasta ahora.

──Desde hace una hora está llorando, no sé qué quiere ──explicó en susurros, envió al cachorro──. Quizás tú puedas dormirlo.

MinGyu asintió ido por el sueño y se puso de pie, meciendo a MyeongHo en vano pues no se daba por vencido. Sus ojos estaban abiertos de par en par y una sonrisa pícara se podía apreciar en su rostro.

No fue sino hasta que empezó a tararear una canción de cuna que los ojitos de MyeongHo comenzaron a cerrarse de forma lenta para luego volver a abrirse, como si tuviera sueño y no quisiera desistir. El alfa siguió cantando hasta que sintió el peso muerto del cachorro caer sobre su pecho y hombro. Se había rendido ante el sueño.

MinGyu se dio la vuelta despacio, topándose con WonWoo sentado en la esquina de la cama, mirándolos con los ojos abiertos a duras penas debido a que el sueño comenzaba a consumirlo. Lo entendía perfectamente. La primera vez que le tocó dormir a MyeongHo, también estaba demasiado cansado.

──Tienes un don para hacerlo dormir ──admite en voz baja el omega.

──Yo diría que es la costumbre.

Sin pensarlo dos veces, acostó al bebé en el medio de la cama y se sentó en el otro extremo.

──¿Por qué lo acostaste aquí? ──susurró── Él ahora duerme en su propio cuarto.

──Deja que duerma con nosotros al menos esta vez. Así quizás no se despierte al sentir nuestro olor cerca ──contestó en voz baja.

──"¿Con nosotros"? ──preguntó exaltado y MinGyu asintió tranquilamente, cubriéndose con las sábanas blanquecinas── La cuna está en su cuarto. Puedo ir a llevarlo ──dijo poco convencido de que los tres durmieran juntos.

──Si lo movemos, se va a despertar. ──Se respaldó. Lo siguiente lo añadió con la voz más gruesa que de costumbre── Y te recuerdo que aún no termina tu turno de cuidarlo.

WonWoo captó la intención de MinGyu en seguida. No le parecía buena idea pasar la noche ahí, definitivamente no. De ninguna manera lo haría, pero se sentía tan embobado por el sueño y atraído por la suavidad de las cobijas, que ni siquiera pensó en una respuesta cuando ya se encontraba con la cabeza hundida en la almohada y cubierto por las sábanas, dándole la espalda tanto al cachorro como al alfa.

──Sólo por esta noche, MinGyu ──contestó a la mala gana.

El susodicho sonrió satisfecho y se acomodó dispuesto a dormir también, feliz porque había logrado que el omega pasara la noche con ellos.

Si bien era cierto que MyeongHo no volvería a despertar al sentir el olor de ambos junto a él, la verdadera razón por la que lo acostó en la cama era porque deseaba que WonWoo se quedara y la única manera de lograrlo era poniendo la excusa de que si el cachorro estaba durmiendo ahí, él también debía hacerlo.

Un poco tonto, sí. Incluso diría que infantil. En su defensa, desde hace un par de días el aroma del omega le resultaba agradable y al estar todo el día en el trabajo, casi no tenía tiempo de apreciarlo. Esa noche vio la oportunidad de dormir envuelto en su olor a limón y la tomó.

MinGyu nunca hubiera pensado que el aroma de WonWoo llegaría a gustarle tanto algún día, pero así era y no podía hacer nada para evitarlo, así como tampoco llevaría la situación al extremo. El omega no le gustó, sino su olor. Sólo eso.

Era un secreto que tenía bien guardado hasta ahora y así quería que se quedara, porque aunque se le había pasado un par de veces por la cabeza el decírselo y ser sincero con él, tenía miedo de que reaccionara mal y que toda la relación que habían estado construyendo se fuera a la borda por algo tan insignificante como eso.

Con cuidado de no aplastar a MyeongHo y dejarle espacio suficiente para que se moviera, se acercó un poco más a WonWoo hasta que su nariz estuviera un poco cerca del cuello ajeno. Procuró que estuviera dormido y al no recibir ningún quejido de su parte, supo que así era, por lo que se permitió inhalar su olor a limón y vainilla con más intensidad, una sensación de tranquilidad recorriendo su cuerpo antes de quedarse profundamente dormido.

WonWoo estaba despierto cuando sintió en su cuello el aire tibio que MinGyu inhalaba y exhalaba de forma tranquila y que por alguna extraña razón, no le había incomodado ni a él ni a su lobo, el cual agitaba la cola de un lado a otro por la cercanía del alfa y el ameno aroma a eucalipto y café que desprendía naturalmente.

Se dispuso a descansar, ignorando cualquier pensamiento que pudo haber pasado por su mente en ese momento.

Se dispuso a descansar, ignorando cualquier pensamiento que pudo haber pasado por su mente en ese momento

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We're Parents ✧ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora