Dulce e irresistible aroma

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Un dulce aroma despertó a la pelicrema

La joven se sentó en la cama, dejó escapar un pequeño bostezo y talló con delicadeza sus hermosos ojos

Volteó la mirada y efectivamente comprobó que el pelinegro no se encontraba en su lado correspondiente de la cama

Supuso que ahora debería estar en la cocina

Se levantó y el piso frio la hizo estremecer ligeramente

Acomodó y ordenó las mantas y almohadas sobre la cama antes de salir. Después de todo, había sido la última en despertar. No podría dejar desarreglada la cama

Eso no hacían los buenos huéspedes

Abrió la puerta de la habitación y allí estaba otra vez, el dulce aroma acarició sus sentidos como las olas a la arena

La joven olfateó un poco mientras caminaba por el pasillo, tratando de deducir el origen de aquel aroma

Se detuvo un instante y sus ojos se iluminaron como dos pequeños luceros

¿Acaso eran fresas y chocolate?

Podía sentir un tercer factor, pero, no pudo percibirlo adecuadamente y no le dio tanta importancia

Apresuró el paso hasta llegar a la cocina

Se detuvo en la puerta y observó con asombro y desconcierto la escena ante ella

Hanako estaba de espaldas lavando las fresas con sumo cuidado.

Lavaba una fresa a la vez, con la más pura delicadeza que jamás haya visto Nene en su vida, para después inspeccionarla ligeramente y colocarla en un recipiente transparente que se encontraba en una repisa a su izquierda y repetir la misma operación con el siguiente fruto rojo.

Lo hacía con tanta paciencia y destreza, que parecía todo un profesional en el ámbito culinario

Sin darse cuenta la boca de la detective formó una pequeña "o" ante el descubrimiento

— No te quedes parada en la puerta, no es como si estuviera descuartizando un cadáver —bromeó el pelinegro mientras lavaba otra fresa con la misma delicadez

— ¿Qué estás haciendo? —preguntó la detective con fingida ignorancia y desinterés a la vez que se acercaba a la mesa de la cocina

¿Acaso no era demasiado obvio que estaba cocinando? No, al parecer no.

Hanako puso los ojos en blanco ante la pregunta tan... mal camuflada. Él no era tonto y despistado como para dejarse engañar con algunas técnicas de la detective.

Oh no, claro que no.

— Fabrico bombas nucleares con fresas, mi querida oficial — respondió con simpleza para luego voltear y sonreírle a la detective con travesura un instante y luego continuar lavando las fresas con cuidado

— ¿Cómo es posible que no incendies la cocina? No sabía que los escurridizos ladrones cocinaban —admitió la joven ignorando la mala broma dicha anteriormente por el pelinegro, mientras se acomodaba en la silla y fijaba su vista en el contrario

— No puedo hablar por todos, pero al menos yo si cocino y debo decir que muy bien — se elogió así mismo con una sonrisa en el rostro mientras colocaba la última fresa que quedaba por lavar en el recipiente transparente

— Entonces debo probarlo por mi propia cuenta

— ¿A mí o a mis platillos? —preguntó Hanako con fingida inocencia mientras lavaba sus manos

¡Arrésteme Oficial! /HANANENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora