A.
11 de Agosto 2016.
Me sorprendí al ver la actitud de Callie hacia Penelope.
Jamás imaginé que ella estuviera harta de la actitud de la pelirroja.
Pero ese ya no era mi asunto.
Así que me fui.
Me aburrí de esperar.
Estaba revisando los mensajes que April me había mandado cuando sentí que alguien rápidamente se metió al elevador antes que cerraran las puertas.
Y esa persona era ella.
Mi ex esposa.
-Callie.
-Arizona, perdóname..- paro un momento para tomar aire y parar el elevador.
-Que mierd- me interrumpió.
-Perdóname por ser tan idiota, perdóname por buscar algo en alguien sabiendo que lo tenía contigo, perdóname por ser tan tonta al dejarte ir sin saber la verdad.
No respondí solo la miraba, miraba la angustia en sus ojos.
La culpa que parecía carcomer a ese par de luceros.
-Si algo queda entre nosotras, si hay aunque sea una pizca de esperanza para poder seguir juntas, por favor intentémoslo- paro un momento para poder poner su mano en mi mejilla- Te amo Arizona, te amo y jamás dejare de hacerlo, te amo.
-Callie, no..
-No hables, solo escúchame, te amo.
Nuestros ojos se conectaron y ambos se llenaron de lágrimas.
-Quiero hablar bien, quiero intentarlo, quiero contarte la verdad, quiero que sepas la verdad Arizona.- me dijo haciendo una leve caricia con sus pulgares en mis mejillas.
-No hay garantía de que esto funcione otra vez Callie.
-Pero por lo menos lo habré intentado, por favor.
-Callie..
-Arizona por favor.
-Ok, dime cuando y ahi estaré.
Esbozó una sonrisa cálida, una sonrisa llena de esperanza.
-El viernes a las seis en el estacionamiento, te estaré esperando.
Después de unos segundos el ascensor se empezó a subir hacia mi piso.
Cuando este indicó que estábamos en el área de pediatría, Callie me soltó y me acomodo un mechón de pelo detrás de la oreja.
-Te veo el viernes.
-Te veo el viernes.
Ella sonrió pero yo no pude así que solo le dedique una media sonrisa y me baje del elevador.
Casi corrí hacia mi oficina.
Quizás era lo mejor ¿saben?
Lo mejor para poder brindar paz a las antiguas Callie y Arizona.
Porque algo que no podemos negar.
Es que...
Aún recuerdo todo muy bien.
