Últimamente estoy mirando todo en perspectiva, ocultando mis sentimientos y actuando como si todo estuviera normal.
¿En qué momento deje de ser yo misma? justo en el fucking instante que me rompieron el corazón.
Generalmente soy una persona espontánea, amable, sociable. Tengo mis días en los cuales todo parece como antes, pero por dentro no lo es.
Me pido perdón a mi misma por caer en esta horrible rutina que muchos llaman depresión.
Me cuesta aceptar todo lo que estoy sintiendo. Me cuesta abrirme a las personas y decirles lo que estoy pensando. Me encantaría ahora ver a cada una y expresar mis fucking sentimientos.
Estoy harta de vivir en el día a día fingiendo estar bien, fingiendo que puedo sobrellevarlo todo. No puedo. Lo intento una y otra, y otra vez y ese sentimiento amargo a vacío vuelve a mi cabeza y corazón. Ahí es cuando me doy cuenta que estoy totalmente sola e incomprendida.
En un mundo donde todos tienen el corazón roto ¿quien se va a tomar el tiempo de entenderte o recoger esos pedacitos? ya no existe y yo perdí la esperanza.
Si, muchos dirán "amor propio" "quiérete a ti mismo", lo hago. Pero ¿que más lindo que una persona venga, te abrace y te cure por un momento todo ese caos interno que llevas contigo? y vuelvo a estar sola.
Busco conexión, no compañía. O si compañía, pero con conexión.
Es muy fácil hoy en día que te digan "hermosa" "estás preciosa" "qué haces" "cómo estás", palabras vacías, palabras cliché, palabras. A mi conquístame con tu sonrisa, con tu visión de la vida, con información que viste por ahí y nunca compartiste con nadie. Háblame de tus miedos, de tus lamentos, de tus hobbies, de tus hábitos extraños que si los contas seguramente alguien te juzgue por ser "raro". Seamos raros juntos, o no seamos.
En este siglo, donde el amor es artificial, no quedan de esas personas que sienten una conexión. Quedan de esas personas que miran lo que mostras en redes y con eso se quedan.
Veni, conóceme, conozcámonos. Vos tenes tus mambos, yo los míos. Pero que lindo sería juntarlos y armar un caos enorme juntos, para luego calmarlo con un simple abrazo o beso.
Esas ganas, esas malditas ganas de sentir algo tan poderoso como el amor. Y esa desesperanza de saber que nadie tiene esas mismas ganas, ganas faltan.
Otro día, otro fin de semana, otro domingo que vuelvo a sentirme sola. Mi cuarto ya no es un refugio, es una cárcel. Mi mente ya no es calma, es desastre. Mi yo ya no es lo que era, quiero escapar.
Escapar, dejar de sentir, desaparecer. Soñar, vivir o volver a nacer. Pensar, repensar y sobrepensar sobre el ayer. No puedo dejar eso atrás, vuelvo a caer.
Quiero gritar, gritar como nunca. Dejar salir todo eso que estoy atravesando. Tengo dos espadas en mi alma, estoy agonizando. ¿Me quedó o me voy? no estoy bromeando. Estoy en un limbo donde mis múltiples personalidades se están peleando. ¿Escaparé? no lo sé. ¿Sobreviviré? tal vez.
Tal vez.