-hello Clay- George mantenía la vista al de ojos esmeralda, bebiendo algo de su café.
-Hi-Hi George- La voz del rubio parecía tranquila. Frotando sus ojos con sus manos.
-Hello Baby- El de cabellos negros se metió en la conversación sin mucha import...
Eufórico. No era común para el enérgico Rubio, se sentía exhausto. ¡Había fallado otra vez!; Se sentía bastante angustiado y nervioso.
Su mascara que no refleja más que una emoción desastrosa sigue en su lugar, ocultando las verdaderas emociones y escondiéndose entre una fantasía falsa de perfección.
Suspiro, se sentía cansado y hambriento. Había practicado sus habilidades todo el día, ignorando sus necesidades básicas. Su cabeza daba vueltas y su gran corazón parecía salir de su pecho.
Sus manos tiemblan aún con la valiosa hacha de netherite entre sus manos tan fuerte como si alguien se la arrebata. Tan sólo la guardo entre su inventario, había terminado su dolorosa práctica de hoy.
Sería una pequeña molestia llegar hasta donde se hospeda, el lugar más seguro que conocía era la gran casa comunitaria, tal vez pasaría la noche ahí [...] No tenía mejor lugar a donde ir y estaba a punto de oscurecer.
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Una ola de frío comenzó a reinar, el aire hacía bailar las hojas de los árboles danzando entre el viento. Dream camino a paso lento, se sentía lo bastante cómodo, su mente estaba despejada, fuera de sus constantes problemas que tenía con los habitantes del servidor.
Ahora sólo eran el y un encantador paisaje que parece ser una perfecta pintura colorida, cada árbol era diferente y único al resto. Al igual que las criaturas que habitan esa exquisita zona, cada vez más lindos y perfectos.
Dream se sintió vacío. ¿Por qué no podía ser como ellos? Tan perfectos. Libres de hacer cosas que no afecten al resto y vivir en un mundo perfecto de fantasía. (Hipócrita)
Pronto las lágrimas amenazan con caer. Se sentía frágil, atemorizado que las personas lo utilicen como un juguete que pueden desechar a la basura sin valor.
Sonidos de lloriqueos salía por los labios del rubio, otra vez volvió a aquel sofocante pozo de angustia y desesperación que tanto carga consigo, el que a llevado desde el día que el servidor abrió sus puertas.
Retiro su fina máscara de porcelana para limpiar las lágrimas que caen por su rostro, mientras los llantos no paran, cada vez más fuertes y ruidosos con una euforia pesada de culpa y arrepentimiento.
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