➳ Capítulo 2

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Irías en la noche.

Como ahora estabas quedándote en la otra casa solo estabas con tu hermano, y el saldría esta noche con sus amigos.

Por otro parte tú no tienes amigos en esta ciudad, solo lo tienes a él y le dijiste que te quedarías durmiendo.

Fue un error por su parte creerte, porque no podías aguantar y decidiste visitar a Springtrap.

Ya habian pasado 4 días desde la última vez de la conversación con Springtrap.

Arreglaste las almohadas dentro de tu cama simulando que estabas durmiendo y comenzaste a arreglarte, como eran tiempos de verano te pusiste lo primero que estaba en la maleta.

Escogiste una blusa blanca con un listón negro y una falda. Liviano y refrescante.

En tu mochila metiste algo de comida, agua y la infaltable linterna.

Saliste por la ventana con cuidado porque la puerta principal estaba cerrada con llave.

Miraste a todos lados y no había nadie, entonces corriste entre los árboles en medio de la noche con el viento cálido.

Llegaste a la carretera y diste unos pasos más allá al lugar donde estaba el dolor de cabeza.

Porque para ti Springtrap era un verdadero dolor de cabeza, pero aún así no podías dejar de pensar en lo misterioso que era y preocupante por sus heridas de mal aspecto.

Sin olvidar la herida de su boca que dejaba a la vista la carne debajo de su piel.

Pasaste por encima de toda la seguridad que habían puesto para que nadie entrara, bajaste por un conducto y entraste por la entrada principal, abriste la puerta haciendo que sonara fuertemente por lo oxidada que estaba.

Llegaste adentro y miraste por la ventana pero no había nadie.

¿Dónde estaba él?

Intentaste prender las cámaras pero no funcionaban. Lo único era lo que arreglaba la ventilación y todas las fallas que podían presentarse en el lugar.

— ¿No que ibas a dejar que me pudriera?

Una voz te hizo sobresaltar casi tirando al suelo todo.

Springtrap estaba apoyado en la ventana mirándote.

Que susto te dió.

— Soy demasiado buena persona para hacer algo así. —repondiste.

Se rió y arregló el cable de una de sus orejas.

— ¿Qué haces aquí tan tarde?

Es extraño que él sepa que es tarde, se supone que está encerrado y no puede ver la luz del día, esa fue una pregunta que dejaste en tu cabeza pero no la hiciste.

— Mi hermano salió, y me aburro estando sola en casa.

Ladeó la cabeza.

— ¿Me ves cara de entretención? —habló a la defensiva.

— No, solo me pareces alguien misterioso. —te acomodaste en la silla— Creo que se más de lo que debería saber.

Springtrap se paró en frente de la ventana mirándote con odio.

— Eso no te conviene.

— Lo sé, pero a ti tampoco. Porque en cualquier momento podría entregarte y lo sabes.

El chico soltó una risa sarcástica.

— Soy un animatrónico. Además estar dentro de la cárcel es lo mismo que aquí. Diría que mejor porque puedo ver como los humanos pelean entre sí y aprender más de ellos para luego masacrarlos.

— No eres un animatrónico, ese es el problema. Yo sabía de tu existencia y llegué aquí esperando ver a un robot, no a un chico.

Lo examinaste por todas partes.

— Lo extraño es que tienes sus mismas características. Me arriesgaría a decir que eres alguien nada que ver con el animatrónico original, pero tienes su voz, ropa, gestos, acciones y misma manera de pensar.

Levantó los hombros.

— Porque yo soy yo. —habló con fastidio.

— No, Springtrap es un animatrónico.

— Mocosa, que te quede esto bien en claro. —me señaló con el dedo— Si no me crees me importa una absoluta mierda, pero yo soy Springtrap y siempre lo seré. Ahora vete que se me acabó la paciencia.

— No me iré.

Rodó los ojos y se fue caminando hasta adentro.

— ¿A dónde vas? —preguntaste con los ojos abiertos.

— Lejos de ti.

— ¡Necesito hacerte preguntas! —gritaste para que te escuchara porque se estaba alejando.

No respondió nada y caminaste a la ventana para hablar otra vez.

— ¡Regresa aquí Springtrap!

No hubo ninguna respuesta, maldición. Se había ido y ahora no podías resolver ninguna de tus dudas, porque a lo que viniste era para descubrir todo lo que no estaba en internet, sacar información.

Porque era algo que nadie te había pedido, pero lo querías resolver por tu propia cuenta.

Saliste de tus pensamientos cuando escuchaste nuevamente su voz grave.

— Si quieres respuestas, ven a buscarme.

Springtrap × Tú (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora