Springtrap × Tú (+18)

➳ Capítulo 5

Faltaban pocos días para volver a casa y eso significaba ya no ver más a Springtrap.

— Entonces eso fue lo que pasó, ¿Me escuchaste? —habló mi hermano.

— Si, me alegro mucho por ti. —respondí dándole una sonrisa.

- ¿Te alegras de que haya vomitado en la piscina?

Abrí los ojos sorprendida.

— ¿Cómo? ¿Eso cuando paso?

Suspiró dándome una mirada de fastidio.

— No escuchaste nada de lo que dije. ¿Qué te pasa?

— Nada...

— ¿Estás distraída porque no puedes salir? No quise prohibirtelo, pero ya ponte feliz. —habló con la boca llena de comida.

— No te entendí nada. —lo miré con asco.

— ¿Tienes algún lugar al que ir?

Claro que si hermano, tengo que ir a ver a un... no sé que es pero alguien gravemente herido, algo bastante guapo y que estuvo a punto de matarme.

— No.

— Entonces porqué te quejas. —metió más comida a su boca.

— No me estoy quejando... Ah oye. —me acomodé en la silla— Tengo una pregunta.

— ¿Cual? —miró confuso.

— ¿Cómo dejar de caerle mal a un chico?

Procesó lo que dije por unos minutos y después se largo a reír.

— ¿Le caes mal al chico que te gusta?

Se puso a reír con fuerza.

De verdad que odioso.

— En ningún momento dije que me gustaba. Y no le caigo mal, o sea sí... no lo sé, es raro. Pero tampoco es un chico.

— ¿Una chica?

— No, es más complicado.

Levantó una ceja mirándome confundido.

— Tengo que decirte algo.

Creo que es una buena idea contarle, hice una pausa para encontrar las palabras correctas.

— ¿Recuerdas ese restaurant-

Su expresión cambió a una seria.

— Quedamos en que no hablaríamos de eso. —interrumpió.

— Pero solo...

— Era un juego de niños, ya basta.

— Si, lo sé. Pero es que lo encontré. Sigue vivo. —levanté la voz.

— ¿Quién?

— Springtrap.

— ¿Te lo acabas de inventar? —colocó una cara de fastidio.

— ¡No! Recuerda el único animatrónico de la atracción.

— ¿Qué atracción?

— ¡No te hagas el tonto! —fruncí el ceño.

— ¿Te estás escuchando? Lo único que haces es hablar estupideces.

— Estoy diciéndote algo real.

Rodó los ojos.

— Claro, entonces fuiste lo encontraste, te comió y después te vomitó entonces por eso ahora estás aquí. Increíble historia.