𝐁𝐄 𝐈𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄 ||| CHAELISA

益 DOS

Y es en la escuela -dentro del baño de las chicas, para ser más exactos- que golpea a Rosé de nuevo, la misma sensación de inquietud creciendo dentro de su pecho, haciendo que su respiración se vuelva más pesada y los latidos de su corazón más descompensados.

Lisa está cerca, tan cerca que Rosé puede sentir el aliento de la joven en sus mejillas, haciéndole cosquillas en la piel de una manera casi burlona. Sostiene el lápiz labial rosa en una mano mientras la otra descansa bajo la mandíbula de Rosie, tan suavemente que hace que la estudiante más grande se pregunte cómo puede algo tan delicado como el toque de Lisa sentirse tan caliente contra su piel.

Entonces el dedo anular de Lisa roza suavemente la parte superior de sus labios, quitando el exceso de pintalabios que queda allí, y Rosé quiere llorar o gritar porque, mierda, su mente es un desastre y quiere besar a Lisa y compartir su pintalabios con ella tanto que le duele.

Le duele porque no quiere alejar a su nueva amiga, le duele porque cualquiera podría entrar por esa puerta y difundir rumores sobre ellas, le duele porque tiene miedo.

Y, por supuesto, porque Rosé no tiene ni idea de si Lisa siente lo mismo; si Lisa ansiaba su beso tanto como ella ansiaba el suyo.

La cosa es que Rosé no sabe cuándo empezó. Pero está segura de que, después del incidente del baño, no había nada que deseara más que tener a Lisa cerca y saber a qué sabían sus labios.

Y aunque no quería nada más que eso, había algo más que deseaba igualmente: su debut.

Así que se dedica a entrenar. Baila, canta y escribe un montón de canciones mientras intenta actuar como si cada una de ellas no tuviera que ver con Lisa hasta altas horas de la noche. Al final se hace amiga de otras aprendices, pasa su tiempo libre con ellas, se ríe con ellas y, antes de que pueda darse cuenta, tiene un nuevo grupo de amigas.

Rosé espera que ninguna de las chicas se dé cuenta de lo roja que se pone cada vez que Lisa, que también es amiga de todas ellas, entra en la habitación vestida de negro de pies a cabeza, y naturalmente toma asiento a su lado antes de entrelazar sus dedos. Todo el mundo sabía que eran íntimas, las amigas más cercanas de toda la agencia, y la forma en que Lisa siempre se aseguraba de mostrar lo mucho que apreciaba a la chica mayor y su amistad no hacía ningún bien al ya sensible corazón de Rosie.