෴ SEIS

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El silencio las invadió mientras se sentaban una al lado de la otra en la cama de Lisa. No estaban frente a frente, ni sus hombros se tocaban como siempre lo hacían cuando estaban juntas. Algo era extraño y estaba haciendo que el pecho de Rosé ardiera de incertidumbre, especialmente cuando su mente ansiosa no podía dejar de preguntarse si hizo lo correcto viniendo a la casa de Lisa tan tarde y–

"Estoy enamorada de ti".

Por un segundo, el cansado cerebro de Rosé pensó que las palabras se habían deslizado de su propia boca sin su permiso. Pero entonces giró la cabeza y fue recibida por los brillantes ojos de Lisa que la miraban con tanto cuidado, con tanto amor que hizo que algo dentro de su pecho palpitara, como si estuviera a punto de estallar.

"Estoy enamorada de ti", repitió Lisa, más suave esta vez, mirando profundamente a los ojos de Rosé. "Y no puedo seguir actuando como si no lo estuviera, porque mereces saber que eres amada".

Incluso en la oscuridad, Rosé nota cómo las mejillas de Lisa se humedecen a medida que habla y tiene que contenerse para no besar todas sus lágrimas, sabiendo que la chica aún tiene más que decir. "Te he amado durante mucho tiempo, pero por fin estuve segura de lo que sentía el día que nos besamos. No pude dormir esa semana, pensando en lo bien que me sentí y en lo mucho que quería volver a hacerlo. Pero tenía miedo, así que no volví a mencionar el beso".

Rosé era la que lloraba ahora mientras Lisa sostenía sus dos manos con cuidado, sus ojos no se atrevían a soltar la mirada de la otra. "Tú tampoco lo hiciste, así que traté de ignorarlo. Pero eso no salió muy bien, como puedes ver", rió Lisa, limpiando algunas lágrimas que amenazaban con caer. "Te envié ese mensaje porque no podía dormir, no podía dejar de pensar en ti, Rosie".

Rosé sonrió a través de las lágrimas, y finalmente levantó sus manos para acariciar el rostro sonrojado de la más joven, pasando lentamente sus dedos por sus lindas y suaves mejillas rojas. "Las dos somos idiotas, entonces", comenzó, acercando la cara de Lisa hasta el punto en que sus frentes estaban presionadas la una contra la otra. "Porque yo también estaba despierta pensando en ti".

Eso fue suficiente para que Rosé volviera a tener los labios de Lisa contra los suyos.

Después de meses de anhelo, después de pensar que nunca podría volver a sentir el sabor único de la bailarina en su boca, allí estaba, besando a Lisa, sabiendo que la chica de la que estaba enamorada le correspondía.

Rosé sabía que nunca se sentiría tan bien como en ese momento, así que disfrutó de cada segundo, pasando el resto de la noche con Lisa, hablando de todo y de nada al mismo tiempo mientras pasaban las horas, volviendo a casa antes del amanecer con una sonrisa de satisfacción pegada a su cara y el regocijo bañando todo su cuerpo.

𝐁𝐄 𝐈𝐍 𝐋𝐎𝐕𝐄 ||| CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora