TACITURNO

2. Chico nuevo

Capítulo 2

Primavera, los suéteres de lana, el café, los libros y el frio eran una perfecta complementación.

-Te compré brownies para que lleves al trabajo-Dijo mamá mientras dejaba el paquete sobre la mesa.

Comencé a trabajar con Rubén hace unos cuantos meses, realmente era el trabajo que siempre había querido.

-Gracias mamá, voy a comprar un café antes de llegar-

La tarde era fría pero los rayos de sol calentaban mi rostro, esa era una de las razones por las que me gustaba ir caminando al trabajo. Los árboles apenas florecidos decoraban el cielo turquesa

Entré a la galería y mi dirigí hacia el local el cual estaba totalmente a oscuras la puerta cerrada. Rubén no estaba allí. Siempre esperaba a que llegue al local para luego irse y volver para cerrar. Saqué mi teléfono para llamarlo, tardó en contestar

-Hola Allegra, disculpa que no te avise nada, estoy con algunos problemas, eh dejado la llave debajo de la maseta con margaritas. Cuando termines tu turno llévate la llave es una copia que hice para que tengas, no creo poder ir hoy ni mañana-

-No te preocupes Rubén, si no puedes venir a trabar puedo venir yo las mañanas también-

-Muchas gracias Allegra, si lo necesito te avisare-

-Okey, adiós-

Guardé el teléfono y saqué la llave de las margaritas. Hacía dos semanas que Rubén había cancelado mis días de trabajo. Creí que era porque se estaba tomando un descanso, pero al parecer tenía problemas de algún tipo. Lo único que sabía de su vida personal era que tenía 56 años y vivía solo, por lo que no sabía que tipo de problemas podía tener.

Entre al local, encendí las luces y prendí las velas aromáticas de vainilla como siempre que venía. El aroma a café no estaba y el suelo estaba lleno de polvo. Parecía que el local no había sido abierto desde que Rubén canceló mis días de trabajo. El lugar siempre estaba limpio y aireado, él estaba aquí casi todos los días, pero esta vez no y era la primera vez que pasaba.

Abrí una ventana a pesar del frio y comencé a barrer el polvo, el piso era de madera antigua por lo que era difícil de limpiar, el polvo se acumulaba el los agujeros del piso. Mientras barría el lugar entraron varias clientas, casi todas eran las que venían seguido, normalmente para ver las novedades y llevarse algo que les gustará o no, por lo que no debía preocuparme en recomendarles, ellas ya sabían lo que buscaban.

Mi teléfono comenzó a sonar era Sara

-Hola-Conteste sosteniendo el teléfono con la oreja contra mi hombro mientras acomodaba un libro en un estante

- ¿Ya estas lista?, voy por ti -Exclamo exaltada

- ¿Lista? -Pregunte extrañada

-Si, ¡donde te recojo? -

-No te entiendo-

-Si Allegra para la fiesta que organizó nuestro curso para darle la bienvenida a la primavera-

Hubo un minuto de silencio en la llamada, Sara suspiró -No me digas que lo hicieron otra vez-

-Así parece-Dije con el tono de voz que podía salir en aquel momento

-Les dije a las chicas que te pusieran en la lista que tú eras parte de nosotros y que...-

-No te preocupes, diviértete tú, de igual manera no hubiera querido ir-Señale tratando de ser convincente

-Ven conmigo de todas formas, en un rato paso por ti-

-No Sara, pero gracias de todas formas, diviértete-Repliqué