7. La oveja negra salió de la jaula

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Capítulo 7

- ¿¡Mamá, donde están las chispas de chocolate!?-Grité desde la cocina mientras revolvía la masa para galletas

-¡En el tercer cajón de madera!-Gritó desde el jardín

Encontré el paquete de las chispas y las tiré todas en la masa. Mientras colocaba las bolitas de masa en la placa mi teléfono empezó a sonar.

-Hola-Hablé sosteniendo el celular con mi hombro y oreja mientras terminaba de ordenar las demás

-¡Hola Allegra!-

-¿Qué sucedió?-Siempre que Sara hablaba con aquella tonalidad era porque algo bueno había pasado

-¿Por qué preguntas?, no hay nada-

-Ujum...-Asentí sarcásticamente mientras comía una chispa de chocolate

-Sabes, te llamé para hablar de cosas pero se me ocurrió algo en este instante-

-Si por supuesto, en este instante-Dije sarcásticamente

-Solo escucha-Se limitó a decir feliz-Las chicas organizaron una fiesta hoy en la noche y me pidieron que seas una de las invitadas-

Miré el reloj de la cocina (4pm de la tarde), Sara esperó una respuesta que no llegó

-¿Yy...?-Pregunto

-Fui la última a la que decidieron invitar, ¿Quién canceló a último momento? - Dije cansada

-Allegra como crees, me pidieron que te invite porque les caes bien-

-La mayor parte de esa oración la debes haber creado tú-

-Allegra debes venir, las vas a conocer y a los chicos también, puedes llevarte una sorpresa-

-No creo sorprenderme con los demás, los conozco hace cinco años-

-Inténtalo por lo menos ¿Vienes? -Preguntó esperanzada

-No lo se, déjame pensarlo y luego te envío un mensaje-

Sara resopló al otro lado de la línea

-Solo no hagas lo mismo de la otra vez que estuve esperando que llegaras y nunca viniste-

-Está bien, prometo avisarte-

-¡Espero tu mensaje diciendo que sí!-Gritó entusiasmada mientras reía y cortaba

-¿Quién era?-Preguntó mamá entrando por la puerta, mientras se quitaba los guantes

-Sara, invitándome a otra fiesta, ¿puedes creer que su excusa fue que las chicas querían que esté allí? - Puse los ojos en blanco Mamá se quedó en silencio, siempre que hacía eso era porque iba a decir algo que no me iba a gustar.

-¿Qué?-Pregunte cansada

-Nada, solo pensaba-

-Dime que piensas-Me rendí, la opinión de mi madre casi siempre influía en mis decisiones.

-Solo que creo sería bueno para ti ir-Dijo mirándome

-¿Lo estas diciendo en serio?-Sonaba agotada, continué poniendo las galletas en las placas tratando de tranquilizarme porque no tenía ganas de pelear con mi madre

-Si, claro que lo estoy diciendo en serio, quizás si dejaras algunos prejuicios que tienes de los demás a un lado podrías conocerlos de verdad-Su voz era calmada

TACITURNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora